«No somos ni chavistas ni socialistas, porque la Iglesia de Cristo es apolítica» -- Entrevista a Monseñor Enrique Albornoz

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El obispo principal de la Iglesia Católica Reformada de Venezuela negó que esa organización esté en el centro de un plan del presidente Hugo Chávez para penetrar y dividir el Cristianismo en el país.
«Queremos desmentir todo lo que ha estado rodando dentro y fuera de Venezuela: eso de que somos una iglesia chavista y socialista. El presidente Chávez no tiene nada que ver con nosotros. No somos ni chavistas ni socialistas, porque la Iglesia de Cristo es apolítica», dijo desde Ciudad Ojeda el padre Enrique Albornoz, de ese culto reformista.

Albornoz reconoció que hace cuatro años participó en el programa Aló, Presidente y almorzó con Chávez, pero insistió en que desde entonces no ha tenido contacto con el jefe del Estado. «No hemos recibido ni un bolívar de Pdvsa ni de ningún otro organismo del Gobierno. Nuestra institución sobrevive muy austeramente, gracias a las donaciones de los feligreses y de algunas organizaciones privadas», agregó.

Asimismo, el religioso aseguró que entre los laicos que financian a la Iglesia Católica Reformada de Venezuela no hay integrantes del alto gobierno nacional. «Nosotros apenas somos 10 sacerdotes, y tenemos unos 2.000 fieles, todos en el estado Zulia», acotó.

El obispo también aclaró que apoya los planes sociales del Gobierno, pero también los de la oposición. «El padre Simón Alvarado, uno de nuestros sacerdotes, ha trabajado aquí en unos programas del gobernador Manuel Rosales», relató.

Cuando se le pidió a Albornoz que opinara sobre algunos aspectos cuestionados del gobierno de Chávez, como la corrupción y el autoritarismo, el obispo prefirió desviar el tema. «Nosotros no vamos a politizarnos como la Conferencia Episcopal Venezolana. Nos mantenemos al margen de la política», aseveró.

El sacerdote negó que su intención sea dividir a la Iglesia.

«No queremos ser una Iglesia paralela, y tampoco somos disidentes. Para ser disidente, antes yo debía haber sido católico, ¿no?, y eso nunca fue así.

Yo siempre he estado dentro de las iglesias Luterana y Anglicana», añadió.

El problema, dijo, es que en la Conferencia Episcopal Venezolana causó malestar que su Iglesia recibiera a los padres Jon Jen Siu García y Simón Alvarado, quienes abandonaron el catolicismo por estar en contra del voto de castidad.

Desde entonces, le ha dolido ser llamado «delincuente» por monseñor Roberto Lückert, obispo de Coro, y le ha sorprendido el silencio guardado por monseñor Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, con quien que él dice haber «compartido trabajo ecuménico».

Albornoz también desmintió que su Iglesia esté relacionada con una institución de nombre similar, con sede en Miami. «Nosotros pertenecemos a la Iglesia Anglicana Latinoamericana de Canadá y la Comunión Ortodoxa Anglicana Mundial», informó.

Adicionalmente, el obispo refutó otras informaciones que han sido publicadas por la prensa: como que su Iglesia aprueba la homosexualidad y el divorcio. Pero recordó que dentro de la fe anglicana se permite el matrimonio de los sacerdotes y la «nulidad del casamiento por razones bíblicas».

Y aunque insistió en que la Iglesia Católica Reformada de Venezuela «no es nueva, y trabaja en el país desde antes del año 2000», admitió que la organización no lleva sino «dos o tres meses» inscrita ante la Dirección de Cultos del Ministerio de Interior y Justicia.