Enviado a la página web de Redes Cristianas
He pensado mucho antes de difundir esta carta porque no quiero perjudicar a nadie. ¿Pero hay algo que pueda dañar más que callar y hacer ver que no pasa nada? He esperado el tiempo que he considerado prudente para no tenerlo que hacer, pero retrasarlo más, no tiene sentido.
Soy una persona de fe. Y lo que he aprendido en mi humilde progreso espiritual es que de nada sirve nuestro credo si giramos la cara ante las injusticias que vivimos día tras día. A veces soy yo la que tengo que rectificar, pero es también mi deber como cristiana, hacer lo que está en mi mano para defender lo correcto. Aunque sea un sencillo gesto como este, que cuesta tanto poco, y que a pesar de no ser más que un pequeño grano de arena, está lleno de esperanza por el Padre Eduard Falcó y por una parroquia formada por la gente de un maravilloso pueblo que se llama la Ampolla.
Los antecedentes son los siguientes (intentando resumir en la medida de lo posible): A finales del mes de julio, se le comunicó a Padre Eduard que el Obispo de Tortosa había decidido cambiarlo a una parroquia donde hay menos fieles (decisión ya firmada para que surja efecto el día 1 de septiembre). Al día siguiente de este comunicado, el Sr Obispo marchó de vacaciones. Nos quedamos todos de piedra. Las personas que forman el Consejo Parroquial esperaron a que volviera para pedir reunirse con él, y no les han citado hasta el 7 de septiembre. Sea como sea, la decisión ya se ha tomado, de forma unilateral, sin consultar a los parroquianos, y parece que sin conocer su realidad. Hago paréntesis aquí haciendo mención que a pesar de la consideración que tenemos por el Padre Eduard (que además ha acogido la decisión de modo ejemplar), entendemos que a veces la Iglesia debe tomar decisiones a partir de las necesidades que se presentan, a pesar de no ser populares. Pero este no ha sido el caso. Además, el pueblo de la Ampolla se quedará sin rector propio, pasando a suplir los oficios el Padre de El Perelló, con las consecuencias previsibles para un pueblo que en verano multiplica su comunidad.
Por otro lado, parece que se quiera ganar tiempo para que la gente se desanime. Me parece una humillación tanto por el Padre como por los feligreses. En unos momentos en los que la sociedad está tan removida y es tan difícil defender nuestra fe, creo que este tipo de actuaciones son un despropósito.
Básicamente dos reflexiones me vienen a la cabeza en la forma de actuar del Obispado de Tortosa:
En primer lugar, la desconsideración hacia el pueblo de la Ampolla en una resolución hecha de forma unilateral. ¿Por qué se toma una decisión de tal calado sin tener en cuenta a la comunidad? Cuando un líder tiene que llevar a cabo una acción trascendente, creo que es fundamental tener en cuenta la opinión de las personas a las que sirve. Este es el talante que nos ha mostrado Jesús: ?l con todo su poder, antepuso siempre a su rebaño. La Biblia está repleta de ejemplos. A mí me impresiona el hecho de que se arremangara y arrodillara para lavar los pies a sus discípulos. También es este el modo de hacer del Papa Francisco. Lecciones tenemos unas cuantas. ¿Si no queremos una iglesia casposa y caduca, no tenemos que hacer lo que esté en nuestra mano para cambiar estas formas? De poco servirá el esfuerzo de nuestro Papa si los que estamos por debajo, no cambiamos estos estilos tan arraigados a nuestra cultura. Un buen pastor debe conocer bien su rebaño. Y en esta decisión ha quedado patente que no es así.
En segundo lugar, parece que se quiera arrinconar a un pastor que está haciendo bien su trabajo: acercar a Jesús a la gente. Tenemos el privilegio de contar con un sacerdote volcado en el pueblo, donde nadie se queda sin poder acudir a él para recibir ayuda espiritual. Además, hay mucha gente que viene de fuera para escuchar sus maravillosas homilías que tocan el corazón. Más de una vez hemos comentado la suerte que tenemos de contar con un guía del nivel de Mn Eduard y que no nos extrañaría que lo pidieran para evangelizar a otras localidades donde precisaran de modelos con la fuerza misionera que él tiene.
Yo que, como otros muchos creyentes, tenemos que lidiar día a día y defender el cristianismo en una sociedad cada vez más herida y apartada de Dios, rechazo la forma como se ha llevado a cabo esta decisión. Porque estos estilos son los que nos han perjudicado durante muchos años a los propios cristianos. Es como el bosque que no deja ver los árboles. Este es el mal que se hace, cuando se ponen trabas para llegar a lo que verdaderamente importa.
Por estos motivos expuestos, me veo con el deber de dirigirme al Sr Obispo, al Papa Francisco y a medios de comunicación tanto impresos como digitales, para que se puedan hacer eco muchos cristianos y personas que se alejan porque las formas los impiden acercarse a Jesús, que es el único y auténtico protagonista.
Os agradeceré pues, que le deis la máxima difusión.