En un país que vivía bajo el estigma de haber sido declarado Católico, Apostólico y Romano, los seminarios imponían un estricto régimen de castidad a los seminaristas. Aprovechando la situación los coadjutores con sotana se valían de su lugar de privilegio para proporcionar a los alumnos pesadillas nocturnas.
Normalmente los muchachos no se atrevían a recitar durante la confesión la dura experiencia padecida. ··· Ver noticia ···
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