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Muere Periko Solabarria, histórico militante de la izquierda abertzale
El exconcejal de HB durante la década de los ochenta y fundador del sindicato LAB ha fallecido a los 85 años en Bilbao
ELCORREO.COM
El histórico militante de la izquierda abertzale Periko Solabarria ha fallecido hoy a los 85 años de edad. El que fuera concejal de HB durante la década de los 80 y fundador del sindicato LAB se encontraba ingresado en el Hospital de Santa Marina en Bilbao.
Reacciones de partidos, sindicatos y movimientos sociales
Los partidos de EH Bildu, en especial la izquierda abertzale, así como sindicatos, movimientos sociales y formaciones políticas han expresado hoy en las redes sociales sus condolencias por el fallecimiento de Periko Solabarria.
En los mensajes subidos a las redes sociales tras conocerse el fallecimiento de Solabarria se ha destacado su compromiso y la lucha que mantuvo durante toda su vida en defensa de los trabajadores y los más necesitados.
Sortu y numerosos dirigentes y representantes de la izquierda abertzale, como Joseba Permach, Pernando Barrena, Xabier Mikel Errekondo, Martín Garitano, Laura Mintegi o la cuenta gestionada en nombre de Arnaldo Otegi han destacado el ejemplo que ha supuesto Periko Solabarria.
Desde los sindicatos nacionalistas han expresado sus condolencias los secretarios generales de ELA, Adolfo Muñoz «Txiki», y de LAB, Ainhoa Etxaide, que se han mostrado dispuestos a seguir con su lucha. También la CNT ha destacado su «respeto» hacia Solabarria, con el que coincidieron en «multitud» de movilizaciones.
Asimismo, otras formaciones de izquierdas, como Irabazi y Podemos, le han señalado como un «ejemplo de compromiso y humanidad». El anterior alcalde de Barakaldo, el socialista Alfonso García, ha expresado sus condolencias por el fallecimiento de este vecino de la localidad.
Los movimientos sociales contra los recortes, en los que militó activamente en Barakaldo en sus últimos años, también han hecho público su pesar por su fallecimiento, como la asociación contra los desahucios PAH Bizkaia.
Solabarria fue cofundador de Herri Batasuna, diputado, juntero y concejal por este partido. Actualmente retirado de la primera línea política, seguía acudiendo a los actos y concentraciones de la izquierda abertzale, a pesar de su avanzada edad.
Nacido en Portugalete el 27 de enero de 1930, vivía desde hace años en Barakaldo. entró con poco más de once años en el seminario de Vitoria, donde cursó sus estudios y se ordenó sacerdote convirtiéndose en los años sesenta en uno de los primeros curas obreros. Comenzó a trabajar en 1963 en Altos Hornos de Vizcaya, a donde acudía con sotana, después estuvo empleado en las minas de Gallarta y más tarde en la construcción. Como obrero de este sector estuvo trabajando en la construcción del puente de Rontegi. Posteriormente, abandonó el sacerdocio, se casó y tuvo tres hijos.
Miembro de HB y sindicalista
Su actividad política y sindical fue intensa desde los años sesenta, lo que provocó sus primeros problemas con la policía. En mayo de 1969, cuando era coadjutor de la parroquia de Barakaldo, fue detenido por primera vez. En mayo de 1981 volvió a ser detenido, junto con el resto de los dirigentes de HB de la época. En el terreno sindical fue uno de los fundadores del sindicato abertzale LAB, junto al también exdirigente de HB ya fallecido Jon Idígoras.
En 1981 participió en el desplante al Rey en la Casa de Juntas de Gernika que provocó su desalojo por la policía
Con la llegada de la democracia, Solabarria pasó a desarrollar una actividad pública desde el minuto cero. En 1977 encabezó las listas de Euskadiko Ezkerra al Congreso de los Diputados por Vizcaya, aunque no obtuvo el escaño. Al año siguiente, sin embargo, pasó a ser miembro de Herri Batasuna integrándose durante muchos años en su órgano de dirección. «Conservo un imborrable recuerdo de nuestras experiencia en la Mesa Nacional -escribió Jon Idígoras en 1997-, en la que Periko era el contrapunto y la referencia más clara para que nadie olvidase que el mundo obrero y la izquierda estaban siempre presentes». El propio Idígoras recordaba entonces la contundencia de Solabarria en las campañas electorales y, en concreto un mitin en la plaza de Toros de Bilbao en la que comenzó afirmando que «Barrionuevo [ministro del Interior] es un asesino».
Periko Solabarria ocupó una larga lista de cargos electivos como representantes de HB: comenzó como concejal de Barakaldo en 1979, puesto en el que repetiría en varias legislaturas. Era parlamentario vasco en 1981 cuando, junto con los electos de HB, protagonizaron el desplante al Rey en la Casa de Juntas de Gernika que provocó su desalojo por parte de la policía. Fue también senador y diputado.
Defensa de los presos de ETA
Solabarria se implicó en la defensa de los miembros de ETA detenidos y consideró a los presos como un símbolo a los que ofreció su reconocimiento público. Cuando fue elegido diputado viajó a algunas cárceles para felicitar a los presos por el triunfo electoral.
En 1986, cuando se celebró en Bayona el juicio contra los dirigentes de ETA Txikierdi, Mamarru y ‘Txori’, Solabarria acudió como testigo de la defensa afirmando ante el tribunal francés que los encausados eran «héroes y mártires». «Ellos son nuestros Sandinos y nuestros Ché Guevara», recalcó. En 1997, con motivo de un homenaje que se le tributó al antiguo cura obrero, manifestó: «Tenemos la obligación de volcarnos en los presos porque son lo mejor que tenemos, la niña de nuestros ojos».
En 1997: «Tenemos la obligación de volcarnos en los presos porque son lo mejor que tenemos, la niña de nuestros ojos»
Todavía en 1998, Solabarría figuró en la lista de la izquierda abertzale al Parlamento vasco junto con el dirigente de ETA Josu Ternera. Se presentó ese mismo año como miembro del Santi Brouard Taldea, grupo del que formaban parte los dirigentes del partido HASI que habían sido expulsados y depurados por ETA una década antes.
En los últimos años la presencia pública de Periko Solabarria había disminuido de forma significativa, aunque en ocasiones comparecía en actos de la izquierda abertzale o aparecía firmando manifiestos. En 2013, incluso, fue citado a declarar en la Audiencia Nacional junto a seis miembros del grupo juvenil Ernai.
http://www.elcorreo.com/bizkaia/politica/201506/24/muere-periko-solabarria-historico-20150624130707.html
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La imborrable huella del fundador de la universidad de la trinchera
AGUSTÍN GOIKOETXEA
Periko Solabarria se forjó viviendo la vida, luchando cada día por la clase trabajadora y por la independencia de su país. En sus 85 años de existencia, quien fuera cura obrero ha dejado una huella imborrable, la de un activista social incansable que logró la empatía de la nuevas generaciones.
Una vida entregada a la lucha sin cuartel por un mundo mejor. Es una de las muchas conclusiones que se puede extraer y la imborrable huella que deja Periko Solabarria, no solo en los que estuvieron más próximos a su activismo social en estado puro, también entre aquellos que reconocieron su liderazgo, ganado en base a su carácter infatigable. Han sido 85 años en los que su frágil cuerpo no fue obstáculo para entregarse hasta la extenuación en ayudar a quien fuera, a quien le necesitase.
Desde la niñez tuvo claro a qué clase pertenecía, aunque su bautismo llegó, tal y como él confesó en numerosas ocasiones, cuando al ser ordenado sacerdote lo destinaron a Triano, en La Arboleda. Allí conoció lo que era la desigualdad y la pobreza en un poblado minero sin luz mientras en Neguri, lugar de residencia de los dueños de esas explotaciones, la había de sobra. «Me pregunté cuál era mi misión como cura. ¿Decir misa? No. ¿Evangelizar? Tampoco. La dignidad de la persona está por encima de todos los evangelios y todas las religiones. Me quité la sotana, como digo yo, y me puse a trabajar. Allí no hacía falta un cura, allí había que dar conciencia de clase, había que trabajar en grupo, para hacer un pueblo mejor, había que luchar contra aquella desigualdad y aquella pobreza», explicaba.
En aquellos años, Solabarria fue afianzando rasgos de su modo de ser que marcarían a quienes les conocieron hasta su muerte. Educó a aquellos seres humanos que dejaban su vida por un mísero jornal extrayendo mineral casi con las manos y les inculcó que, a través de la lucha en todos los órdenes, se podían alcanzar metas. Su Universidad de Triano no fue sino la primera trinchera en que este hombre enjuto pero al mismo tiempo enérgico se implicó.
El periodista Juan Mari Arregi supo de Solabarria cuando en 1966, siendo sacerdote, lo destinaron a Ortuella. En todo Meatzaldea «le consideraban un santo. Y si por santo es que era un hombre desprendido, generoso, entregado a los demás, austero, luchador, don Pedro, más tarde Periko, lo ha sido durante toda la vida», añade. «?l, primer cura obrero de Bizkaia, nos enseñó el camino a los primeros y muy pocos curas obreros de este herrialde», explica.
Arregi recuerda cómo durante el franquismo su casa, primero la de Triano y luego en Villa Paquita, en Barakaldo, «un sótano húmedo, sombrío y frío, sería testigo de reuniones clandestinas y de trabajos con multicopista». Por aquel humilde sótano, aprovechando que lo habitaba un cura, pasaron militantes clandestinos desde ETA hasta el PSOE, de Txabi Etxebarrieta a Ramón Rubial, Felipe González o Nicolás Redondo.
Solabarria formaría parte del nacimiento de Herri Batasuna y hasta el último momento estuvo en la calle con los más pobres y excluidos. Para parados, obreros en lucha, mujeres víctimas de la violencia machista y la simple desigualad, personas migrantes, desahuciados,… siempre tuvo a su lado en la trinchera. «Hasta su muerte ?enfatiza Arregi?, Periko ha sido de los imprescindibles de los que hablaba Bertolt Brecht, de aquellos que lucharon toda su vida».
Su denuncia de la dictadura desde el púlpito de la iglesia de Santa Teresa, en Barakaldo, le llevó en 1968 a la prisión concordataria de Zamora, donde el régimen franquista recluyó a los curas disidentes. Le multaron con tres multas de 36.500 pesetas cada una, cuando su sueldo anual era de 36.000. «Soñaba con seguir predicando las injusticias, la abolición de la libertad de expresión, de sindicación, de huelga, manifestación, vida militante clandestina, una iglesia atada, callada del silencio de la dictadura. El púlpito fue mi tribuna militante y testimonio de vida en el trabajo de peón de la construcción. Mi voz fue grito, denuncia, lucha de huelgas», rememoraba.
Su solidaridad con la huelga de Altos Hornos de Vizcaya le llevó en 1969 de nuevo a la cárcel. «Tuve juicio en el Tribunal de Orden Público. Me ofrecieron salir pagando una fianza. Dije que ?no?. Soñaba en la cárcel, que era la escuela de mi militancia obrera y política», manifestaba Solabarria. En otra huelga, en 1977, le hicieron responsable de una lucha de 135 jornadas en la construcción de Bizkaia, lo que supuso 45 días de cárcel. «Me hizo el juez único responsable de la huelga de 3.000 trabajadores. Soñaba que por una vez toda la patronal del sector exigió mi libertad porque con Periko en la cárcel las obras seguían paradas. Fue la huelga más larga tras la guerra: 180 días», señalaba.
La lucha fue siempre una obsesión para este hijo de minero, quien siempre estuvo junto a su clase y a su pueblo. Humilde, rechazó los privilegios, siendo ejemplo para generaciones de vascos. «Soñaba con seguir luchando y tener ?alma minera, semilla guerrillera?. Soñar ?subrayaba? me hizo más fuerte en la batalla en los tajos obreros».
Tan solo su delicada salud lo apartó de las trincheras, aunque muchas veces fuera en contra de su voluntad. Su empatía con la juventud vasca le llevó a ser acusado por la Audiencia Nacional de «enaltecimiento del terrorismo» por participar en el acto fundacional de Ernai. «Me siento pequeño delante de vosotros, sois jóvenes pero grandes militantes. Me siento orgulloso de estar con vosotros», les confesaba a los militantes independentistas imputados con él.
La persecución no le amilanó, aunque finalmente no fue juzgado. El 28 de mayo, en las calles de Barakaldo, muy debilitado, tuvo fuerza para ponerse al frente de la pancarta como siempre, dejando claro que compartiendo lucha cualquier tipo de diferencia se olvida.
El domingo habrá un homenaje popular en Barakaldo
Nada más conocerse el fallecimiento de Periko Solabarria fueron innumerables las muestras de condolencia a sus familiares y allegados desde el ámbito político, sindical y social de Euskal Herria y de otros puntos. Para el domingo, a las 12.30, en el Herriko Plaza de Barakaldo, está convocado un homenaje popular. Los restos del histórico militante de la izquierda abertzale se encuentran en el tanatorio de Kareaga, en la localidad fabril, pudiéndose ser visitada la capilla ardiente desde hoy a las 10.00 hasta el viernes a las 18.00.
Sortu expresó su pesar por la muerte de uno de los fundadores de Herri Batasuna, apuntando a que su pérdida deja «huérfana» a la militancia de la izquierda abertzale. La formación independentista se comprometió a mantener la «pasión por la lucha» que sostuvo Solabarria a lo largo de su vida. También lamentaron la pérdida Ernai, Alternatiba, Podemos, Irabazi, la red Independentistak, Euskal Memoria e incluso el anterior alcalde de Barakaldo, Alfonso García, del PSE. Fueron solo una muestra ya que, a través de las redes sociales, fueron muy numerosos los mensajes relacionados con el fallecimiento de Solabarria.
Los sindicatos ELA, LAB y CNT también se sumaron a los muestras de dolor por la pérdida de esta histórica figura, que definieron como un luchador siempre comprometido con la clase trabajadora y las personas más desfavorecidas. «Su puesto ha estado en la calle hasta el último suspiro, bien fuera peleando contra las injusticias políticas y sociales, contra los desahucios, en los conflictos laborales, contra la privatización de las cajas o la exclusión social… Donde hubiera una lucha por los derechos políticos y sociales en Euskal Herria, allí estaba Periko», remarcó LAB en su comunicado.A.G.
http://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2015-06-25/hemeroteca_articles/la-imborrable-huella-del-fundador-de-la-universidad-de-la-trinchera#
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Solabarría, tras el suicidio de Amaia Egaña cuando iba a ser desahuciada
PERIKO
Jon Odriozola
2015/06/25
De los imprescindibles, ciertamente, si a Brecht hacemos caso. Por «santo» le tenían ?y llamaban, o sea, no «santificado» a posteriori, sino en vida, su ejemplo y práctica? en Triano, el barrio minero de La Arboleda donde la gallartina «La Pasionaria», antes de que la llamaran así, era cantinera. Un santo sin hornacina ni cirios ni óbolos. Un santo varón. Un franciscano con harapo y des-sotanado: de la sotana al buzo, al «mono».
Ya venía de familia minera este portugalujo ?no era de Barakaldo, como suele creerse? cuyo padre, Tomás, murió silicótico recién él fue internado en el seminario de Vitoria donde muchos obreros mandaban a sus hijos por no poder pagarles una «carrera» confiando en que, por lo menos, allí tendría unos «estudios» y comida. Luego, y nunca mejor traído, «Dios dirá». Pronto se supo: renunció al honorario de cura y se metió a peón de la construcción: el primer cura-obrero, en el argot de entonces. Y no de palabra, sino de obra. Como el «sótano» ?no sé por qué le pongo comillas porque aquello era un sótano realmente, «Villapaquita», en la calle Providencia, una calle corta y sin asfaltar? donde durmió y paró tanto antifranquista (y lo vamos a dejar ahí…)
Cogíamos en Los Fueros el «Directo» de Barakaldo a Bilbao, y le veíamos con casco, gorro o pañuelo de jornalero de cuatro puntas metiendo cemento a un pivote del futuro Puente de Rontegi y, sin llegar todavía a Lutxana, bajábamos el cristal del autobús, porque de un autobús hablamos, y le gritábamos y saludábamos: «Periko, eh, Periko, agur». Y, oyendo su nombre, agitaba la mano saludando sin saber a quién, qué importaba eso. O los domingos en el Paseo de Los Fueros manifestándonos (en 1976, creo) contra la Planta de Amoníaco que querían instalar en una ya de por sí contaminadísima Lutxana-Barakaldo (Lutxana-Erandio tuvo sus mártires en 1969 contra la contaminación cuando la Ría casi se podía cruzar… andando de mierda que había en sus presuntas aguas) a sabiendas de las seguras cargas policiales de los «grises». Todavía en mayo de este año estaba citado para un juicio. Se me saltan las lágrimas. Y eso que soy un «rojazo» sin sentimientos.
Murió con la txapela y las botas puestas. Agur eta ohore y un abrazo a Begoña, su compañera, y sus hijos.
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Homenaje a Periko Solabarria por su vida de compromiso militante
Miles de personas han abarrotado hoy al mediodía la Herriko Plaza de Barakaldo para participar en el homenaje popular a Periko Solabarria, el histórico militante de la izquierda abertzale que falleció el pasado miércoles a los 85 años. Ha sido un acto en el que ha quedado en evidencia su intensa vida de militancia política y sindical, a la que han seguido también hasta su muerte su activismo social.
AGUSTIN GOIKOETXEA|28/06/2015
Periko Solabarria empleó su vida en luchar por un mundo mejor desde que siendo cura fuese destinado en 1954 a Triano y conociese las condiciones de extrema pobreza en la que subsistían los trabajadores. Una vida volcada en la lucha por la liberación nacional y social que hoy se ha resumido en un emotivo homenaje popular que ha reunido a caras conocidas de la izquierda abertzale pero también a ciudadanos que le conocieron en el tajo cuando ejercía de peón o reivindicaba los derechos de la clase trabajadora desde el púlpito siendo el primer cura obrero vizcaino. Fue un recuerdo coral, en el que su papel en la fundación de Herri Batasuna y LAB estuvo presente pero también la lucha de Solabarria en favor de los presos, por los derechos de los animales, solidario con otros pueblos, de las mujeres, de los jóvenes, arropando a los desahuciados o aquellos personas que malviven.
Entre un pasillo de ikurriñas y banderas rojas, han llegado los tres hijos de Solabarria que han depositado en el kiosco de la Herriko Plaza los restos del histórico militante junto a su txapela y su bolso, seguidos por un retrato del homenajeado que transmitía la fuerza de sus convicciones. A partir de ahí, desde los bertsos de Xabier Amuriza e Idoia Anzorandia se ha ido glosando su vida desde Meatzaldea a Barakaldo, del púlpito al tajo, volcado en la lucha en favor de la clase trabajadora. Al que ha seguido el agurra que le han dedicado una treintena de dantzaris, en su mayoría mujeres.
Mensajes de recuerdo
Desde Zaragoza y Andalucia, han llegado mensajes de recuerdo del Comité Unitario de Trabajadores de Zaragoza y de Nación Andaluza, antes de que Juanjo Zarraga hablase de «Don Pedro», el cura de Triano que fue «un revolucionario en todos los aspectos» en su lucha por la justicia social. Infatigable, ha dicho Zarraga, «representó la esperanza» para los mineros y sus familias, y logró atraer hacia la lucha nacional y social a trabajadores llegados de fuera de Euskal Herria. «Fue un líder revolucionario«, ha añadido, incidiendo en que «fue y es molesto» para muchos. Igual por ello, el Ayuntamiento de Abanto, gobernado por el PNV, ha dado el nombre de un parque a dos sacerdores aún vivos pero se olvidó de Solabarria, ha criticado el veterano militante de la izquierda abertzale de Meatzaldea.
En el homenaje no han faltado representantes de las diferentes luchas en las que se implicó, que le han dado las gracias por su entrega y han colocado sus enseñas en un andamio junto a su rostro. Además, ex presos han depositado las makilas que les fueron obsequiadas al ser liberados como señal de agradecimiento a su implicación con su lucha. Desde la prisión de Soto del Real, el preso Jabi Carballido también ha tenido palabras de agradecimiento para un hombre que ha dejado huella en la historia del país, especialmente en Ezkerraldea y Meatzaldea. «Periko, allá donde esté tu fuerte solidaridad hará que todos volvamos a casa y consigamos la paz y la libertad para nuestro pueblo», era uno de los mensajes transmitidos por el prisionero
Siempre cerca de los jóvenes, lo que le llevó a ser imputado por su participación en el Gazte Dandaba, en Urduña en 2013, hoy representantes de Ernai le han dado las gracias por su entrega y cómo fue capaz de mantener la juventud a lo largo de sus 85 años de vida.
Referente del «frente amplio»
Tras una ofrenda floral, ha tomado la palabra Txusa Padrones, ex concejal de Barakaldo, que ha recordado que Solabarria ha sido durante décadas la imagen de la izquierda independentista en la segunda población de Bizkaia.«Periko fue un resistente… estuvo en las trincheras junto a quienes lo necesitaron», ha enfatizado. En ese aspecto, ha destacado que el homenajeado no tuvo problemas en acercarse a personas o movimientos de otras ideologías y, con el tiempo, se ha convertido en un referente del «frente amplio» por la independencia y el socialismo que se sigue construyendo en Euskal Herria.
El ex alcalde de Laudio y ex preso, Pablo Gorostiaga, gran amigo de Solabarria, ha hablado acerca de su carácter solidario, cercano pero a la vez «hombre de acción» desde que participó en la fundación de Herri Batasuna y luego participó de su Mesa Nacional.
Uno de los momentos más emotivos del homenaje, que se ha prolongado durante hora y media, ha sido cuando su hija Enara, emocionada, para hablar del carácter inconformista y luchador de su padre. No han faltado los agradecimientos a la red de mujeres que le apoyaron en momentos duros y el respaldo de muchos vecinos que siempre estuvieron cerca de Periko. El acto ha terminado con el canto del Zutik emakumeak, Internacional y Eusko Gudariak
http://www.naiz.eus/es/actualidad/noticia/20150628/la-herriko-plaza-de-barakaldo-acoge-el-homenaje-a-periko-solabarria-por-una-vida-de-militancia