MI PRIMERA COMUNI?N. Joaquín Moreno Amador

0
58

Iglesia de Base de Madrid

Me viene a la memoria una insignificante historia quizás reconocible, al menos en parte, por muchas de las personas que me son coetáneas.
Se trata de un niño que entonces tendría alrededor de nueve años, acababa de comulgar por primera vez y su verdadera preocupación era el pecado, el pecado mortal, tenía mucho miedo a morir e irse al infierno, como le había ocurrido a aquel otro que solo había pecado una vez y que murió por la noche sin tener tiempo de ir a confesarse al día siguiente. El padre Evaristo se lo había contado a él y a todos sus compañeros, muchas veces.

Del temor a pecar, paso al horror de sentirse en pecado mortal, su madre le había dado agua para aliviarle la tos aquella noche y, él ante la mirada del padre Evaristo no tuvo valor para no comulgar esa mañana, había prometido hacerlo todos los días de cuaresma, así que rompió el ayuno para cumplir con la promesa a Jesús, realizada ante su confesor.

Tampoco se atrevió a confesarle al padre Evaristo su pecado que de mortal, pasó a ser sacrílego. Así la pirámide de sus faltas fue creciendo y el niño también fue creciendo y con ambos las angustias, la mala conciencia, el alejamiento, en fin, el juego de las apariencias y de la auto justificación.

El pasado día 3 de junio de 2007, el niño que ahora tiene mas de 60 años, recalo en la parroquia de ?los curas rojos?? y en el solar adjunto a la Iglesia de la Parroquia se celebraba una misa oficiada por los tres curas que se ocupan de la parroquia, quienes ofrecieron la comunión bajo las dos especies, el pan y el vino. El pan era un pan normal, cortado en finas rebanadas, también el vino era normal y, ambos habían sido consagrados por los sacerdotes.

Se empezó a repartir la comunión y el pan consagrado no alcanzaba para tantas personas como había. En la zona en que se encontraba el niño de más de 60 años, no alcanzó el pan consagrado. Se produjo un momento de frustración, los asistentes se miraron con cara de resignación y, de pronto con la mayor naturalidad, dos mujeres que estaban con sus maridos y sus niños, se dieron cuenta de que tenían en las manos, el pan que habían comprado para sus respectivas casa y se lo ofrecieron a quienes estaban en rededor que lo tomaron y comulgaron con él.

El niño de más de 60 años que hacía mucho tiempo que no iba a misa, tomo de aquel pan y de pronto se dio cuenta de que estaba haciendo su primera comunión.
¿Es una historia algo dramática pero con un final feliz? No lo se, quizás sí, pero yo condeno a quienes tuvieron aterrorizados a los niños de mi generación y que sin haber aprendido nada, siguen atemorizando, aterrorizando e imponiendo su poder, a mayor gloria de su vanidad, sobre los más débiles de la sociedad, los pobres.

Un ejemplo evidente, es la comunidad de la PARROQUIA DE SAN CARLOS BORROMEO DE VALLECAS que por dedicarse solidariamente a aquellos que más les necesitan, está sufriendo una verdadera persecución por parte de la más alta jerarquía de la Iglesia Católica de Madrid.
Jesús repitió muchas veces aquello de ?tu fe te ha salvado?? y como muy bien comenta Enrique de Castro, Jesús no pregunto cual era esa fe; aceptaba la de su prójimo.