La Conferencia Episcopal dice que considerar un derecho la interrupción del embarazo es «una inmoralidad envenenada»
«El anteproyecto presentado constituye un serio retroceso respecto de la actual legislación despenalizadora, ya de por sí injusta. Por tanto, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia, ningún católico coherente con su fe podrá aprobarla ni darle su voto. Tampoco debería hacerlo nadie que atienda a los justos imperativos de la razón». Esto es parte de lo que dice la declaraciónque acaba de presentar la Conferencia Episcopal sobre el anteproyecto de ley del aborto, bajo el título: Atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en derecho.
En él, los obispos tildan la reforma de «serio retroceso en la protección de la vida» y denuncian, entre otros aspectos, que el anteproyecto «otorga la calificación de derecho a algo que, en realidad, es un atentado» contra la vida.
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La Conferencia Episcopal ha denunciado en una rueda de prensa que el anteproyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo, que considera el aborto un derecho es una «fuente envenenada de inmoralidad e injusticia que vicia todo el texto», ha afirmado el portavoz Juan Antonio Martínez Camino. Argumentan que no se puede convertir en derecho lo que es un atentado contra la vida.
También rechazan que se ponga «como excusa» la salud «para eliminar a los que van a nacer». «La inclusión del aborto entre los medios supuestamente necesarios para cuidar la salud es de por sí una grave falsedad. Abortar nunca es curar, es siempre matar».
Los obispos se quejan también de la indefensión en la que quedarían los profesionales sanitarios que quisieran ejercer su derecho «justo» a la objeción de conciencia. Asimismo, Martínez Camino recordó la excomunión inmediata y automática de cualquiera «que participe directamente en un aborto que relamente se ejecute», es decir, como mínimo, de la mujer que aborto y los médicos que lo practiquen.
«Decidir abortar es quitar la vida a un hijo ya concebido y eso sobrepasa con mucho las posibles decisiones sobre el propio cuerpo, sobre la salud de la madre o sobre la elección de la maternidad», han afirmado.
Por último, rechazan lo que ellos consideran una «imposición» de una educación moral sexual «abortista y de género». En la ley se habla de la promoción de una estrategia de formación en salud sexual y reproductiva para todo el sistema educativo y sobre todo para las asignaturas relacionadas con ciencias de la salud.