El pasado 1 de marzo se tuvo, a nivel nacional, las Jornadas reivindicativas ?Por una vivienda digna??. Nutridas y numerosas fueron las celebradas en Barcelona, Madrid, Bilbao etc. En Sevilla las celebramos, aunque con menor asistencia, en solidaridad con 6 familias de inquilinos del Barrio de Begoña, al Norte de la capital, que están amenazados de desahucio por el propietario de los pisos. La manifestación partió desde el Parlamento de Andalucía que, como se sabe, está a un paso de la Basílica de la Macarena, dirigiéndose al barrio de las familias desahuciadas. Diversos fueron los gritos de apoyo por el derecho constitucional a una vivienda digna y los de repulsa contra los especuladores de la vivienda, los modernos atracadores y salteadores.
Estos apelativos me recordaron al instante la parábola del buen Samaritano. Encabezando la manifestación estaban las familias desahuciadas, despojadas de uno de los derechos humanos fundamentales del ser humano: la vivienda. Solidarizándose con ellas estábamos vecinos, familiares y representantes de fuerzas políticas, sindicales y movimientos sociales: un nutrido grupo de Corriente Roja y también de CGT, tres personas de IU y uno del PCA, del Foro Social de Sevilla, de Derechos Humanos, una representación de las Comunidades cristianas populares etc. Pero faltaban representantes de los 4 partidos políticos que, en Andalucía, se presentan a las elecciones, tampoco asistieron concejales de nuestro Ayuntamiento, gobernado por el PSOE e IU y, por supuesto, no había ninguna representación de la Iglesia oficial, ni de Caritas, ni menos de la Hermandad de la Macarena. En el camino nos encontramos con un grupo de Adventistas que, en una esquina del barrio del Cerezo, cantaban cánticos religiosos. Nos acercamos para que se sumaran a nosotros, pero nos respondieron que estaban predicando a Jesucristo??
Estaba claro quién eran ?prójimos de los que (hoy) caían en manos de los salteadores?? (Lc 10,36)