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A inicios de 1952 inicia sus actividades con el nombre de Escuela Granja Demostrativa de Catacamas este centro insigne de Ceres y Minerva que ha potenciado al sector agropecuario y forestal de Honduras. Una obra del progresista gobierno del Dr. JUAN MANUEL GÁLVEZ DUR?N. En 1965 cambia su razón social por Escuela Nacional de Agricultura (ENA) y es en los años noventa que adquiere el rango de UNIVERSIDAD NACIONAL AGRÍCOLA, UNA, ubicada en el fértil valle de Catacamas, Olancho. Nosotros tenemos la honra de ser uno de sus miles de discípulos.
Contrario a lo que sucede con la mayoría de los centros educativos y universidades privadas y públicas de Honduras?quizás influenciados por el carácter interno de su alumnado– este Centro ha formado no sólo las manos y el cerebro de sus ciudadanos y ciudadanas, sino que ha generado un elevado nivel de conciencia social que ha hecho de todos sus egresados unos verdaderos titanes y transformadores del agro hondureño y centroamericano.
Pero las cosas históricamente no han sido color de rosa, ni miel sobre hojaldras. A principios de 1960 y siendo director don CARLOS SOTO se dio la primera huelga que se recuerde, casi todo generado por la falta de apoyo del gobierno central en ese tiempo dirigido por RAM?N VILLEDA MORALES. Pero los años de mayor agresividad y atropello para el estudiantado se dieron en la época de la dictadura militar encabezada por los nefastos coroneles OSWALDO L?PEZ ARELLANO, JUAN ALBERTO MELGAR Y POLICARPO PAZ GARCÍA, más de 16 años de dictadura apoyada con la complicidad del partido Nacional. En estos tiempos la ENA era administrada, y por cierto muy mal, por el Ministerio de Educación. Hubo varias huelgas una de ellas en 1965, pero la más prolongada y significativa fue en 1971 donde todo el estudiantado apoyado por sus egresados (AGENA) se trasladó a Tegucigalpa apostándose enfrente de la Casa Presidencial cercana al Banco Central de Honduras. Fue una huelga que gozó del amplio apoyo de la ciudadanía y de los medios de comunicación social donde la principal exigencia era el traslado administrativo de la ENA al ministerio de Recursos Naturales, desligándole del ministerio de Educación que la mantenía económicamente a cuentagotas, lo que se logró y a partir de entonces la ENA inició una etapa soñada y florida de desarrollo y proyección.
Durante el gobierno de JOS? MANUEL ZELAYA ROSALES se dio un nuevo impulso a la UNA con la construcción de nuevas edificaciones, apertura de nuevas carreras y el acopio de profesionales de renombre.
Sin embargo, después del golpe de Estado del 2009 la inestabilidad de la UNA, con la complicidad del bipartidismo, se empezó a sentir con la pretendida dictadura de su Rector, MARLON OTONIEL ESCOTO VALERIO, que si es cierto fue un buen Rector la sumisión a los golpistas le hizo perder adeptos e imagen.
La situación de la UNA es grave y el Gobierno debe responder con cordura y cautela y no con represión e imposición a estos muy justificados indignados estudiantes.
Según lo que hemos leído y escuchado ni el Consejo de Educación Superior, CES, aprueba por ilegal la reelección de este Rector al grado que ha rechazado la firma de los títulos y puesto en precario la graduación de más de 600 profesionales universitarios cuyos títulos no fueron avalados.
El Gobierno debe saber que los tributos que pagamos los ciudadanos hondureños son para generar desarrollo y bienestar y no para crear obstáculos, mucho menos si esto afectará los enormes esfuerzos que hacen los padres de familia para sostener a sus hijos.
La UNA tiene brillantes y competentes profesionales egresados que perfectamente pueden suplantar al Dr. Marlon Escoto, sin necesidad de establecer dictaduras.
El Dr. Escoto no puede estar chupando dos coyoles, como ministro de Educación y como Rector de la UNA, esta es una aberración.
¡NUESTRA SOLIDARIDAD CON LOS MÁS DE 4000 INDIGNADOS ESTUDIANTES!
¡EXIJIMOS EL REINTEGRO DE LOS ESTUDIANTE EXPULSADOS!
¡EXIJIMOS A LA POLICÍA NACIONAL Y MILITAR SACAR LAS MANOS DE LA UNA!
23 de noviembre 2016