Líbranos del mal -- Carmen Palmieri

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Moceop

Estoy en contra de toda acción que violente la libertad de elegir. Desde la manera de vestir, de comer, de pensar, de sentir… Ni hablar de la imposición de presencias, de formas de vida, de creencias religiosas.

Siento un fuerte rechazo por los seres que violan el espacio de vida de los demás, que violan creencias y sentimientos. Me es difícil pensar con gentileza o caridad en los violadores sexuales, que no solamente invaden el cuerpo de sus víctimas, sin ningún escrúpulo, sino también su mente y su alma, dejando una huella tan terriblemente dolorosa y destructiva que, seguramente, aún la mejor terapia no logra reconstruir el daño espantoso que causan.

Y si esto lo pienso y siento en los casos dados con seres adultos, de hombres y mujeres que han tenido experiencias sexuales -agradables o no- o «encuentros románticos» que han terminado mal, dejando un recuerdo negativo o no, me es sumamente difícil aceptar que hayan seres tan pervertidos como para violentar la inocencia en su más pura imagen: el alma y el cuerpo de un niño o niña.

Hace una semana conocí el caso de Oliver O?Grady, el sacerdote católico conocido como el Padre Ollie, que durante décadas se escudó en su cuello de religioso, abusando de la confianza, ingenuidad y descuido, sí, de los padres de familia que le entregaron en bandeja de plata la vida y la pureza de sus hijos.

Este tipo, enfermo a todas luces, fue amparado por la iglesia católica, que no tuvo ningún empacho en simplemente transferirlo de una ciudad a otra, mientras «ejercía» su apostolado «de fe» en diferentes ciudades de California, en Estados Unidos de Norte América.

Pero no quiero profundizar en la manera en que fueron cometidos estos abusos ni en las consecuencias de los mismos en los niños, hoy adultos, que los sufrieron, sino tocar el tema de cómo la mentira permanece, vive, vibra y reina en la manera de manejar estos terribles casos, para mantener debajo de un manto de alcahuetería y contubernio todas las maldades y suciedades que gente como O?Grady perpetra, sin obligarlo a dejar la curia y someterse a un tratamiento siquiátrico que lo hiciera salir de ese pantano de maldad, para luego entregarlo a las autoridades pertinentes para ser juzgado y condenado.

Nombres como los de monseñor Cain, el obispo Montrose, el cardenal Mahony y el actual papa Benedicto, en aquel tiempo el cardenal Ratzinger y hasta el entonces papa, Carol Wojtila, deben estar escritos permanentemente en nuestra memoria, pues fueron los cohechores de cientos de violaciones en niños y niñas al silenciar esta verdad.

Tom Doyle, canonista e historiador y también defensor de un grupo de niños violados, lo dice claramente: gran parte del problema es el empecinamiento del Vaticano en mantener a toda costa el celibato; esto hace que hombres y mujeres normales, que no pueden vivir su sexualidad con libertad y bajo el sol, tengan que recurrir a actos que violan sus mismos votos de castidad, en ocasiones con personas adultas, pero en otras ocasiones degenerándose hasta llegar a estos actos abominables y condenables.

La doble moral del Vaticano, de la iglesia católica, de muchos de sus guías y pastores, a través de su historia, está siendo ahora vista por todo aquel que quiera verlo.

No es posible continuar queriendo tapar el sol con un dedo. Estamos obligados a conocer la verdad y hacer que los demás la conozcan.

Estos son los vínculos de la documental «Líbranos del Mal», que pueden ver en YouTube, dividida en diez partes. Está filmada en inglés pero tiene títulos en español, así que no será difícil su comprensión. No es violenta, pero sí muy fuerte. La verdad, esta verdad, duele.

1 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=B_PCgy-QaQY 2 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=rOqUPIEba0c&feature=related 3 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=ihRqedjHnGE&feature=related 4 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=PlT3AcNcZjI&feature=related 5 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=5RwZq_xIwtY&feature=related 6 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=7uA0KouK4W4&feature=related 7 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=y-aGExZPuCo&feature=related 8 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=hY8uZHgV0O4&feature=related 9 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=uhlqVmDeqDs&feature=related 10 de 10 http://es.youtube.com/watch?v=7Gsk7TWaXio&feature=related

Por último, debo apuntar que la niñez y adolescencia de Oliver O?Grady tuvieron experiencias espantosas que, estoy segura, marcaron su vida. Pero sus superiores en la iglesia debieron haber visto las consecuencias que esto podría traer y evitar, a toda costa, que este monstruo continuara haciendo el daño que hizo. Y lo peor, es que no ha sido el único. Ni lo será.

A nosotros, reitero, nos corresponde evitar que se repita, en nuestras ciudades y barrios, en nuestras familias, en nuestros hijos o nietos, un hecho tan deleznable

El País.com 6 de Jul 2008