Reflexión y Liberación
Desde principios del siglo II, la Iglesia se ha organizado con una triple jerarquía.
Cada diócesis es regida por un único obispo, asistido por presbíteros y diáconos. La función del diácono es ayudar al obispo, especialmente en los servicios caritativos de la comunidad (diákonos en griego quiere decir servidor), pero también en otras funciones tanto litúrgicas como formativas. Ver noticia original en …