«Aquél fue un día decisivo en mi vida, porque comprendí que era capaz de vencer las circunstancias, por difíciles y adversas que fueran?? (Devika, 22 años, mujer dalit o intocable de la India). Sirvan estas primeras palabras de Devika para comenzar este artículo sobre la situación de las mujeres dalias -o de castas intocables- de la India, sobre la discriminación que sufren por ser dalits y por ser mujeres, sobre las alternativas que imaginan y sobre las resistencias que plantean.
De ello trata la investigación que durante tres años ha llevado a cabo la ONG india Behavioural Science Centre, radicada en el Gujarat, al noroeste de la India, con una larga trayectoria de trabajo con las comunidades más marginadas, y que ahora llega a España, en la obra ?El Columpio de Seda. El universo cultural de las mujeres dalits o intocables de la India??.
Discriminación por razón de casta
Estas mujeres se encuentran en el último escalafón del sistema de castas, o, mejor dicho, fuera de las cuatro castas o varna tradicionales, un sistema de organización social que aún pervive arraigado en la cultura del sur de Asia, y que convive con constituciones democráticas. El sistema de castas establece una discriminación profunda en todos los ámbitos, por el simple hecho de haber nacido en el seno de una familia de esta ?quinta casta?? o sin casta, que se plasma en prácticas sociales profundamente enraizadas, arraigadas no sólo en el consciente, sino también en el subconsciente de las personas y en el funcionamiento de las instituciones.
Y aunque la Constitución de la India consagra la igualdad de todos ante la ley, establece una serie de medidas de discriminación positiva, y prohibe la intocabilidad -la imposición de prácticas humillantes o discriminatorias por razón de casta- lo cierto es que las comunidades dalits se ven obligadas a vivir en las afueras de los pueblos, a ejercer los trabajos considerados más impuros o contaminantes -la agricultura por cuenta ajena, o las relaciones vinculadas o de servidumbre-, no se les permite entrar en los templos y en el caso de las mujeres, están sometidas a abusos sexuales por parte de hombres de casta alta.
Discriminación por razón de género
Asimismo, las mujeres sufren discriminación por su propia condición de mujeres en una sociedad fuertemente patriarcal como la india. Su papel esencial es ser reproductoras y se considera fundamental que tengan hijos varones, que transmitan la propiedad, el linaje y una serie de rituales de paso. No tener hijos varones se considera un infortunio, del que siempre se culpabiliza a la mujer. En cuanto al trabajo, las mujeres dalits de las que trata la obra se ocupan del trabajo doméstico y del cuidado de hijos e hijas -escasamente valorado porque, como en otros lugares del mundo, se considera propiamente como trabajo el remunerado- y a la agricultura por cuenta ajena, designándosele las tareas más arduas, de menor cualificación y peor pagadas, como el transplante de arroz o la recolección. Además, se niega a la mujer el acceso a los lugares que constituyen centros de poder o decisión civil o religioso o se las recluye y restringe su movilidad. En este sentido, la práctica del laj (cubrirse con el velo) es un modo económico y selectivo de control y una manera de convertir a la mujer en invisible socialmente. Se trata de un signo de modestia y de subordinación al hombre.
Estrategias de resistencia
A pesar de las condiciones opresivas que rigen sus vidas, las mujeres son capaces de imaginar alternativas y de ofrecer resistencias. Resistencias implícitas, en ocasiones ocultas, que no suponen reivindicaciones explícitas o confrontaciones abiertas, sino que son sobre todo subterfugios, o manipulaciones alrededor de las normas, desde una posición débil y con un contenido limitado. En cualquier caso, indicativas de que las mujeres no son seres pasivos que acatan las normas que las oprimen sin más, sino personas y agentes activas.
La autoestima de las mujeres
Entre las estrategias destinadas a aumentar su autoestima, podemos señalar la utilización de las técnicas de planificación familiar generalmente, la esterilización, mediante las cuales las mujeres tienen la opción de obtener control sobre sus cuerpos y sus vidas en una sociedad en la que prevalece el tener hijos varones y el papel de la mujer como madre; las instancias de autoafirmación sexual en las relaciones prohibidas o fuera del matrimonio; el tratar por todos los medios de obtener un trabajo remunerado y de este modo conseguir cierta autonomía. Las mujeres utilizan espacios físicos de forma diferente a la meramente funcional, cuando utilizan los pozos para reunirse entre ellas y o para tener citas. Una práctica habitual entre las mujeres, es del risanum (literalmente enfurruñada), por medio de la cual, la mujer se enfada por una nadería y se marcha con esta excusa a su hogar natal por una temporada.
Estrategias con base económica: las cooperativas de crédito
Pero además, las mujeres, ayudadas por el Behavioural Science Centre, han formado dos federaciones de cooperativas de crédito, con más de 2500 miembros, íntegramente gestionadas por las mujeres. Mediante estas cooperativas propician el ahorro, facilitan la concesión de préstamos y ponen en marcha actividades generadoras de ingresos que aumentan su poder económico. Además, las mujeres, con la unión y fuerza que les da la pertenencia a un grupo sólido, toman acciones llamadas ?liberadoras??, aquellas encaminadas a lograr una mayor justicia y a desmantelar la discriminación por razón de género y de casta. El impacto derivado de la formación de estas organizaciones ha sido enorme, porque han propiciado que las mujeres aumenten su poder colectivo y económico. Mediante la concesión de préstamos, se ha evitado que sus miembros pierdan sus tierras como consecuencia del endeudamiento, en condiciones abusivas, a manos de los terratenientes y se han puesto en marcha actividades o pequeños negocios. Las organizaciones han propiciado, además, la unidad entre las comunidades dalits y de castas desfavorecidas, aumentando la capacidad de negociación de las mujeres y la unión con otras organizaciones en defensa de sus derechos. Por último, a través de la formación dada a sus integrantes, las organizaciones han promovido el liderazgo entre las mujeres y las han dotado de herramientas para planificar, solucionar conflictos, adoptar decisiones y llevar a cabo proyectos que antes sólo llevaban a cabo los hombres y las castas altas.
La obra profundiza en la cultura de las mujeres dalits de la India, desde la perspectiva y las voces de las propias mujeres, señalando tanto las condiciones opresivas que rigen sus vidas, como sus resistencias, anhelos, sueños y deseos de cambio. De alguna manera, se reflejan la fuerza y el coraje de estas mujeres, su resistencia ante la adversidad, sus luchas y reivindicaciones y su afán por mejorar sus vidas y las de sus hijos e hijas. En definitiva, su esperanza en el futuro.
Para ampliar el tema..
El Columpio de Seda. El universo cultural de las mujeres dalits o intocables de la India.
Fernando Franco, Jyotsna Macwan y Suguna Ramanathan.
Edición española de Valeria Méndez de Vigo. Editorial Icaria, 2006.