La visita del Papa Benedicto XVI a América Latina -- Mario Mullo Sandoval y Rosita Leiva Valles, Presidentes de la Federación Latinoamericana

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BenedictoXVI.jpgFederación latinoamericana para la renovación de los ministerios
La venida del Papa Benedicto XVI a América Latina, en el mes de Mayo de 2007, a la ciudad de Aparecida, Brasil, para inaugurar la reunión de la V Conferencia del Episcopado latinoamericano, CELAM, representa un acontecimiento histórico, social, cultural, político. Por lo tanto, los latinoamericanos debemos tener conciencia de lo que significa esta visita.
Después de la reunión de Santo Domingo, quedo en el pueblo de Dios y algunos Obispos, un interrogante sobre la ingerencia de Roma en los asuntos latínoamericanos que están relacionados con la participación de las comunidades cristianas y su pensamiento teológico en la línea de la liberación de los pueblos de la esclavitud y la dominación.

Esta situación coincide con la actitud de la jerarquía Romana que condenó al teólogo Leonardo Boff y ahora ha condenado a John Sobrino y condenará a quienes piensan desde las comunidades comprometidas con la liberación de los pueblos latinoamericanos.

Desde las comunidades, los grupos cristianos, la Federación Latinoamericana para la renovación de los ministerios, los grupos ecuménicos, nos preguntamos: ¿la Iglesia y su jerarquía ha sido puesta para salvar o para condenar? Es el mismo interrogatorio que se hicieron los cristianos de la edad media en la época de la inquisición.

Hace unos meses vino a América latina el presidente Bush, en muchos países que visitó no fue grato, la prensa desde algunos puntos de vista señaló que las intenciones de esta visita se resumen en respaldar la política pro imperialista.

Ahora viene el papa Benedicto XVI, nos preguntamos después de inaugurar el V CELAM que más trae entre manos? Si antes condeno a Sobrino, detiene el celibato opcional, la ordenación de las mujeres, la ordenación de diáconos indígenas en México, la opción preferencial por los pobres, y otras mas?

¿Que esperamos de Roma? ¿mantener el centralismo teológico como en la época de la Colonia? ¿dejar a un lado el Concilio Vaticano II? ¿Resucitar el de Trento?
¿Recordar la época del patronato real que dominó hasta la época de la republica?

Un informe reciente del Banco Mundial advierte sobre la desigualdad en Latinoamérica y la abertura de la brecha entre ricos y pobres.
Unos 47 millones viven en la mayor de las miserias, El Global monitoring report 2007, divulgado por el Banco Mundial señaló que la proporción de latinoamericanos que subsisten con menos de un dólar diario disminuyó La venida del Papa Benedicto XVI a América Latina, en el
mes de Mayo de 2007, a la ciudad de Aparecida, Brasil, para inaugurar la reunión de la V Conferencia del Episcopado latinoamericano, CELAM, representa un acontecimiento histórico, social, cultural, político. Por lo tanto, los latinoamericanos debemos tener conciencia de lo que significa esta visita.

Después de la reunión de Santo Domingo, quedo en el pueblo de Dios y algunos Obispos, un interrogante sobre la ingerencia de Roma en los asuntos latínoamericanos que están relacionados con la participación de las comunidades cristianas y su pensamiento teológico en la línea de la liberación de los pueblos de la esclavitud y la dominación.

Esta situación coincide con la actitud de la jerarquía Romana que condenó al teólogo Leonardo Boff y ahora ha condenado a John Sobrino y condenará a quienes piensan desde las comunidades comprometidas con la liberación de los pueblos latinoamericanos.

Desde las comunidades, los grupos cristianos, la Federación Latinoamericana para la renovación de los ministerios, los grupos ecuménicos, nos preguntamos: ¿la Iglesia y su jerarquía ha sido puesta para salvar o para condenar? Es el mismo interrogatorio que se hicieron los cristianos de la edad media en la época de la inquisición.

Hace unos meses vino a América latina el presidente Bush, en muchos países que visitó no fue grato, la prensa desde algunos puntos de vista señaló que las intenciones de esta visita se resumen en respaldar la política pro imperialista.
Ahora viene el papa Benedicto XVI, nos preguntamos después de inaugurar el V CELAM que más trae entre manos? Si antes condeno a Sobrino, detiene el celibato opcional, la ordenación de las mujeres, la ordenación de diáconos indígenas en México, la opción preferencial por los pobres, y otras mas?

¿Que esperamos de Roma? ¿mantener el centralismo teológico como en la época de la Colonia? ¿dejar a un lado el Concilio Vaticano II? ¿Resucitar el de Trento?
¿Recordar la época del patronato real que dominó hasta la época de la republica?

Un informe reciente del Banco Mundial advierte sobre la desigualdad en Latinoamérica y la abertura de la brecha entre ricos y pobres.
Unos 47 millones viven en la mayor de las miserias, El Global monitoring report 2007, divulgado por el Banco Mundial señaló que la proporción de latinoamericanos que subsisten con menos de un dólar diario disminuyó levemente. Que uno de los problemas sin solución es el de la muerte de millones de niños cada año por enfermedades que se pueden prevenir. Que el mayor desafío para la región es conseguir ofrecer a los pobres servicios de calidad, como educación y salud.

El informe hace un llamado a dejarse de promesas, de llamar a los países ricos a que cumplan los convenios sobre el calentamiento global y el apoyo a los países en desarrollo.
El Papa Benedicto XVI, conoce, que viene a un continente pobre, donde la miseria es un denominador común, la desigualdad social ha provocado la lucha de clases, donde se están dando procesos de lucha política por lograr instaurar verdaderas democracias representativas en los países, de manera que haya participación del pueblo y se terminen los cacicazgos, la corrupción, la explotación, la dependencia, la deuda externa.

Conoce también que trabajan comunidades cristianas de base, alimentadas con la reflexión del evangelio y la practica social, política, esta realidad muchas veces no es comprendida por algunos pastores que niegan las capacidades de las comunidades y las prohíben o condenan.
La juventud latinoamericana invadida por los medios de comunicación, el Internet, y otros, desea ver en la iglesia, más autenticidad y coherencia en la predicación del mensaje, exige mayor testimonio de los obispos y sacerdotes. Constituye un escándalo cuando constatan que no se vive lo que se predica, esto les ha conducido a la indeferencia religiosa.

El pueblo vive en su religiosidad, los santuarios, las misas pagadas, alimentan el sentimiento religioso, no se aprovecha para planificar una seria evangelización que comprometa al creyente en apóstol de Jesús.
No queremos ser predicadores ni consejeros, solamente deseamos que en este momento de la historia la Iglesia en el mundo y en América Latina, el Papa, los Obispos, los presbíteros, los cristianos, nos esforcemos por cumplir el evangelio lo mejor que podamos.