La ultraderecha trumpista y el cristoneo- fascismo -- Bernardo Barranco V

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

El presidente vargentino, Javier Milei, pasó este fin de
semana en la Conferencia de la Acción Política Con-
servadora (CPAC, por sus siglas en inglés) en Estados
Unidos. Milei ofreció el sábado una ponencia sobre los
peligros del socialismo, parecido a lo que expuso en el
Foro de Davos, Suiza.

En la convención anual de la ultraderecha CPAC, coin-
cidió con Donald Trump, quien tuvo elogiosas expresio-
nes para el argentino, a quien calificó de gran caballero
y muy popular. Ajustando su lema de campaña, acotó:
Es un tipo estupendo y uno de los pocos que pueden
hacer a Argentina grande de nuevo, añadió el ex presi-
dente estadunidense.

El rol de la CPAC es acoplar las derechas radicales de
todo el mundo en torno a las mismas agendas, preocu-
paciones e ideas, bajo la conducción de ciertos lideraz-
gos republicanos, articulados en torno a Trump y Steve
Bannon.

La eventual victoria de Trump en las elecciones presi-
denciales de 2024 en Estados Unidos representaría
una seria amenaza para América Latina y en especial
para México; aranceles y migración serían un binomio
calamitoso para nuestro país.

En Argentina, la ultraderecha utilizó a Milei como recur-
so para que las élites económicas contrarrestaran las
pretensiones regulatorias, fiscales y asistenciales para,
así, volver a incrementar sus ganancias.

Por eso claman ¡libertad, carajo! Dicha exclamación es
un grito heterogéneo, viene desde las empresas más
rancias hasta las demandas del catolicismo vetusto por
la defensa de la familia, la sexualidad tradicional y con-
tra el aborto.

En México, la polémica senadora Lilly Téllez invoca la
presencia de Milei para agitar los espíritus retardaríos y
así despertar de su letargo político a los heroicos anta-
gonistas de la ultraderecha. Téllez invitó al ultradere-
chista Milei a venir a México para tener un diálogo
amistoso y conocer sus ideas políticas en el contexto
nacional e internacional.

Téllez ha desnudado su talante ultraconservador. La
legisladora, en septiembre de 2021, asistió a una
reunión con Santiago Abascal, líder del partido español
Vox, ultraderecha radical, con quien firmó la Carta Ma-
drid, que sostiene la necesidad de frenar el avance del
comunismo en el mundo.

Téllez transita ya en el viraje a la ultraderecha. Hay una
gran tendencia mundial. En ella, hay oportunismo, pero
tiene pocas herramientas conceptuales. Como otros po-
líticos, dicho recorrido será gradual.

Es un hecho que la ultraderecha secular, fascista o su-
premacista tiene en la Iglesia católica a una gran aliada.
El reconocido teólogo Juan José Tamayo, autor de La
internacional del odio, le llama cristoneofascismo.
El autor explica en el libro su concepto: El cristoneofas-
cismo es esa alianza entre la ultraderecha legitimada
por el capitalismo y los movimientos cristianos integris-
tas que encuentran el apoyo de importantes jerarcas de
la Iglesia, concretamente de todos los adversarios del
papa Francisco, a quien empañan sus planteamientos
críticos con el neoliberalismo.

La nueva derecha trumpista sostiene que la mayoría de
partidos de derecha son blandengues y no representan
al conservadurismo, por lo que es necesario que endu-
rezcan sus posiciones. En suma, los integrantes de la
CPAC coinciden en que estamos frente a una crisis mo-
ral, política, social y civilizatoria. Ese ha sido el discurso
de Vox.

La aparición en México de la ultraderecha forma parte
de un largo proceso histórico cuyo epicentro lo situa-
mos en la guerra cristera 1926-29. Desde entonces hay
dos grandes tutores: la Iglesia católica y el Yunque. His-
tóricamente, ambos precursores, cada uno con sus in-
transigencias, lógicas de poder y confrontaciones con la
sociedad moderna y secular. Cada actor por separado
ha exhibido posturas ultras.

El pensamiento católico conservador mexicano ha he-
cho gala de integrismo. Y al mismo tiempo ha sacrali-
zado el poder. Ya sea como lugar de conquista u objeto
de feroz presión. El hecho es que encontramos a dis-
tinguidos miembros yunquistas encaramados en pues-
tos de poder y de servicio público.

Eduardo Verástegui, protegido y financiado por Trump,
sueña con un México que le permita a Dios ser el cen-
tro de nuestra nación, así lo dijo en un video que subió
a redes sociales para lanzar su candidatura frustrada
hacia la Presidencia.

Es una muestra simbólica que la ultraderecha mexicana
se enfila a una aparición política en forma. Articulándo-
se con movimientos Pro Vida, Yunque, el Frente por la Familia, el Opus Dei, Legionarios de Cristo y empresarios católi-
cos, que por ahora apuestan por Xóchitl Gálvez, con capacidad financiera.

Las tendencias mundiales de Europa y Estados Unidos
sugieren la potencialidad en México de la aparición de
partidos de ultraderecha. Se antoja una conformación
ultraconservadora de clase media, blanca y católica. Ya
sea porque se sientan agredidas por las narrativas de la
4T o que reivindiquen sus raíces, historia y revanchas.

Para este 2024, se antoja muy difícil que aflore electo-
ralmente. Es más, a corto plazo la ultraderecha debe
remontar obstáculos legales y políticos inmensos. Tiene
recursos y redes internacionales. Pero a mediano y lar-
go plazos todo puede suceder.

(jornada.com.mx) 28/02/202