Público
Un techo, alimento y algo con lo que calentarse cuando aprieta el frío. Poco más hace falta, pero ni eso pueden permitirse muchas trabajadoras y trabajadores. Hay que hablar de estas cosas, hay que gritarlo en estos tiempos de antiokupas criminales: El verdadero crimen, el más duro, el que nos condena a la infamia, es permitir que dejen sin techo a nuestros semejantes. Ahí ronda la muerte. Ver noticia original en …