La madre de todos nosotros nos visita -- Francisco Javier Sánchez González, capellán cárcel de Navalcarnero y párroco Sagrada Familia de Fuenlabrada

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Este era el cartel que presidía hoy en el salón de actos nuestra Eucaristía del dia de la Merced, patrona de los presos y presas, y que había dibujado Alejandro, uno de los muchachos que está en el taller de cerámica y que se brindó hace unos días a dibujar el cartel para este día. Era una frase acompañada de un dibujo de la Virgen María, un cartel que después de la celebración hemos recogido y estará también puesto durante todo el año en las paredes de nuestra Iglesia, en la parroquia Sagrada Familia de Fuenlabrada, porque queremos también tener presente así en nuestra comunidad parroquial y de manera palpable a todos los muchachos de Navalcarnero con los que día a día compartimos parte de nuestra vida, de nuestras alegrías y de nuestros sufrimientos. Los presos de Navalcarnero son parte de nuestra comunidad cristiana de Fuenlabrada, como la comunidad de Fuenlabrada es también parte de la cárcel de Navalcarnero, somos y nos sentimos una única comunidad de hermanos y de hermanas que juntos vamos caminando y compartiendo nuestras vidas desde nuestras diferentes situaciones.

Hoy hemos celebrado un año más en la cárcel de Navalcarnero la fiesta de la patrona, la Virgen de la Merced, y como siempre ha sido una celebración especialmente fraterna, emotiva y vivida. Ha sido una celebración donde una vez más todos hemos palpado y respirado la presencia de un Dios Padre-Madre que camina en cada momento a nuestro lado, una celebración donde han tenido un puesto especial todas nuestras madres, a las que hemos agradecido profundamente todo lo que hacen y han hecho por nosotros. En la celebración quizás no había que decir la palabra Dios porque todos lo hemos respirado, porque el Dios de Jesús que siempre nos acompaña, hoy ha sido traído especialmente por su madre y nuestra madre, María de Nazaret, María de la Merced.

Hemos ido un grupo de voluntarios más numeroso de lo habitual porque siempre en ocasiones especiales procuramos que vaya más gente de la calle a conocer esta realidad, además querían ir también hoy las personas que participaron en el Camino de Santiago durante el verano que son de la parroquia, querían también participar en la celebración junto con los muchachos con los que caminaron en la experiencia de Santiago, así que hemos sido trece voluntarios los que hemos acompañado hoy a los muchachos. Hemos pasado los controles pertinentes sin problema, y hemos llegado al salón de actos, porque hoy la celebración, al ser fiesta, era para todos los módulos. Se ha preparado todo y se ha comenzado a avisar a los muchachos. Muy especial como siempre también la bienvenida, todos se acercan, nos saludamos, nos damos un abrazo de bienvenida y después hemos comenzado un pequeño ensayo de cantos, seríamos cerca de doscientas personas las que llenábamos el salón.

Hacia las once y cuarto ha comenzado la celebración, con un silencio mayor que el habitual. La celebración partía fundamentalmente del texto de la Visitación de María a Isabel que nos relata el evangelio de Lucas, y en torno a esa visita y a la visita de María a nuestra cárcel nos hemos centrado. La primera lectura de Filipenses, el texto que San Pablo escribe en la cárcel antes de morir y que sin embargo rebosa esperanza, alegría y entusiasmo; en el texto se repetía varias veces ?estad siempre alegres??, y esa frase también ha sonado de manera especial, es la alegría de un preso creyente en Jesús que hoy también quería transmitir esa esperanza alegre a nuestros presos de Navalcarnero, es la alegría del que ha encontrado sentido a su vida a pesar de todo lo que está sufriendo, y quizás también asi lo han captado los chavales.

Tras la primera lectura, el Salmo ?El Señor es mi Pastor??, que como siempre le hemos recitado en común y luego cada uno ha ido repitiendo la frase que más le llamaba la atención o le ayudaba en ese momento. Ha sido un momento especial de oración emocionada, como me decía después una psicóloga del centro que también ha participado con nosotros: ?me ha emocionado ver como repetían ellos las palabras del Salmo haciéndolas suyas y en un perfecto silencio??. El Salmo le hemos hecho nuestro, no ha sido una oración muerta que repetimos como en otras ocasiones, hemos palpado y sentido desde lo más profundo de nuestro ser que El Señor acompaña nuestra vida, que es nuestro Pastor, que se preocupa de nosotros, que nada tememos con su presencia a nuestro lado; el Dios acompañante de cada ser humano hemos sentido que nos acompañaba también hoy a nosotros, que no se desentendía de lo que nos pasaba sino que era y es parte de nuestra vida.

Después hemos leído el Evangelio de Lucas y juntos hemos hecho la reflexión para nuestra vida sobre El. María nuestra madre entiende cuando Dios la propone ser su madre y contar con ella de modo especial, que decirle sí a El es dedicarse a ayudar a los hermanos y hermanas más necesitadas y por eso justamente se ?pone en camino??, María, la mujer sencilla de Nazaret no se cree la importante, se cree la colaboradora con Dios en su plan de acción para el mundo y por eso ayuda a su prima necesitada; María hoy también venía a nuestra cárcel como madre y nos visitaba como cualquier madre visita a su hijo necesitado, nos visita desde la cercanía, desde el amor, desde el estar al pie de nuestra cruz y comprendernos. Y nos invita a que nosotros también podamos visitar y hacer presente a Jesús en medio de la cárcel, que nosotros también podamos ser cristianos en la cárcel colaborando para hacerla más fraterna, más humana, que nosotros también podemos hacer de esta ?casa?? un sitio especial de encuentro y de esperanza. Dios también cuenta con nosotros como contó con María nuestra madre, nosotros también somos sus brazos, sus manos y sus piernas para poder hacer una cárcel más feliz para todos. Y con María, que nos trae a Jesús, también vienen todas nuestras madres, todas nuestras madres que también están con nosotros al pie de la cruz de la cárcel, todas las madres que a diario sufren porque sus hijos estén en el dolor de la pérdida de la libertad o porque sus hijos no sean capaces de salir de la droga, del alcohol o de la delincuencia, en María de la Merced también están todas nuestras madres visitándonos y sufriendo por nosotros. Hemos tenido por eso un recuerdo emocionado y cariñoso para cada una de ellas.

Yo les contaba que cuando nos reunimos todos los meses en la parroquia con las familias, son las madres las que, reconociendo cómo son sus hijos, y que no salen adelante, siempre terminan diciendo que están a su lado porque ?son nuestros hijos??, ?yo sé cómo es mi hijo, yo sé que me quiere cuando está en la cárcel, pero yo sigo ahí, porque es mi hijo??, son palabras de Carmen, de Carmina, de Enma?? y de tantas madres con las que compartimos alegrías y sufrimientos. Es la madre al pie de la cruz de su hijo, es la madre amando incondicionalmente al hijo machacado por la cárcel durante años?? en un momento de silencio y de presencia especial las hemos recordado y hemos dado gracias profundamente por ellas, hemos sentido toda la fuerza de su amor en aquel espacio triste que hoy se ha teñido de esperanza y de fraternidad, no nos hemos sentido solos, las hemos sentido a nuestro lado; como siempre más de una lágrima de emoción se nos ha caído pero sobre todo lágrimas de agradecimiento, lágrimas de amor, y por eso, lágrimas de Dios., porque donde hay amor solo puede estar presente el mismo Dios.

Hemos dado gracias por ellas en voz alta, y hemos realizado nuestras peticiones por ellas, han pedido también los chavales como siempre por los voluntarios que cada día vamos por allí ,han pedido por el mundo, han pedido por la gente que trabaja en el centro?? delante había dos psicólogas que han participado en todo momento de la celebración, y que han estado emocionadas por todo lo que estaban allí viviendo, como luego nos han comentado.

En el ofertorio hemos escuchado la canción de Nacha Guevara ?Yo te nombro libertad??, y ha sido especialmente sobrecogedora escucharla allí, escuchar la `palabra LIBERTAD en una cárcel tiene un sentido muy especial, escuchar que todos necesitamos y ansiamos ser libres en aquel contexto llega muy dentro de nuestro corazón. Y después hemos recitado nuestra plegaria eucarística juntos, hemos dado gracias por todo lo que recibimos de Dios y hemos rezado juntos para que podamos vivir nuestra vida allí con la ayuda de Dios y haciendo juntos la cárcel como lugar más habitable. Muy importante como siempre el momento del Padrenuestro, cogidos de la mano rezando y cantando que todos somos hermanos, que Dios es nuestro Padre, que todos somos iguales, que nadie hay mejor que nadie?? unidos voluntarios, presos, sacerdotes, psicólogas?? no había distinción, éramos una vez más la familia cristiana de Navalcarnero las que nos reconocíamos como hermanos, cada uno con nuestros pesares y alegrías, cada uno con nuestros trabajos, pero unidos en un mismo fin fraterno; toda la fuerza del Dios Padre-Madre la hemos respirado de nuevo en la oración que nos enseñó Jesús, la fuerza de una oración que no es rutina sino que es vida, y el centro un Dios que nos abraza a todos sin distinción y nos dice que cuenta con todos nosotros, que nos perdona, que nos invita a cambiar, que quiere que cambiemos, que confía en nosotros y que nos dice que miremos hacia adelante, que la vida merece la pena, que estamos presos pero que no somos presos, que El nos ha creado para ser libres y disfrutar del valor de nuestra libertad.

Y también como siempre no mucho menos emocionado el abrazo de la paz, el momento entrañable donde todos nos fundimos en un abrazo de hermano, y donde en cada abrazo cada ponemos una palabra de aliento y esperanza, una vez más nos hemos sentido también abrazados por Dios en cada uno de los abrazos, hemos sentido que Dios era y es el Dios del amor. Algunos en el abrazo nos decían que no nos olvidáramos, otros nos daban las gracias por ese momento, otros nos cogían fuertemente que casi no podíamos separarnos?? la sonrisa de un Dios tierno la hemos vuelto ha experimentar, de nuevo el abrazo de Navalcarnero ha vuelto a ser un abrazo redentor, un abrazo sanador de tanta dolencia y sufrimiento??.

En la comunión hemos cantado el Himno a la alegría como un canto especial de esperanza y de futuro, un canto de sueño, un canto que nos sitúa en esa mirada hacia adelante ?ven, canta, sueña cantando????, ojala que todos los sueños de los que allí estábamos se pudieran hacer realidad, sueños que supone sobre todo creer que se puede cambiar, que no estamos condenados a vivir esa vida para siempre?? en el fondo el mismo sueño de Dios para cada uno de nosotros y de nuestro mundo.

Una voluntaria, que además hoy se despedía porque es religiosa y va destinada a otra comunidad, nos ha leído una oración que todos teníamos delante dedicada a María de la Merced,y que por cierto es obra de un funcionario de la prisión que la hizo hace ya varios años; una oración que desde reconocer la situación de estar encerrado y la desesperación que eso supone se abre a la esperanza y confianza en María, ? madre, dame la merced de la esperanza, dame la merced de sentirme un hombre nuevo, dame la merced de la fe???? María acompañando hasta el final este momento de celebración y de encuentro con todos nosotros, a nuestro lado, al pie de nuestra cruz, y abriéndonos a un futuro de esperanza nuevo, acompañándonos como cualquier madre nos acompaña??

Y después de la bendición y de sentir de nuevo el abrazo de Dios que nos envía a abrazar a todo los de la cárcel y a transmitirles todo ese amor, el Himno a la libertad de Labordeta. Pensábamos escucharlo en un cd pero al final lo hemos cantado nosotros, a pleno pulmón. ?Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad??, esa libertad que todos añoramos, esa libertad que la construimos entre todos, y esa libertad que supone sobre todo hacerse una persona nueva, una libertad que supone vencer todas nuestras cárceles, no solo la de Navalcarnero, sino todas nuestras cárceles y ataduras personales?? ha resonado de modo especial el canto en aquella casa, en aquella cárcel de dolor y de esperanza, en aquella cárcel donde todos compartimos nuestros momentos de sufrimiento y nuestros momentos de esperanza?? la cárcel de Navalcarnero de nuevo se ha teñido hoy de Pascua, de pascua cristiana, la muerte se ha transformado en vida desde cada gesto que hemos realizado?? el amor incondicional de María y de cada una de nuestras madres nos ha transformado y nos ha llenado de aliento a todos

Cuando hemos ido despidiéndonos porque ya se iban a comer los muchachos, había también alguna lagrima, lo vivido había sido muy especial y ahora volvíamos a la vida diaria, al comedor, al modulo, luego al chabolo?? pero llevábamos el corazón lleno de la experiencia de la Eucaristía compartida fraternalmente, no nos íbamos con las manos vacías, nuestro corazón estaba también lleno de los amores de nuestras madres, y desde luego del amor de Dios. De nuevo por parte de muchos chicos en esa despedida la palabra Gracias con una sonrisa en los labios. Nosotros también nos quedamos saboreando en medio de la tristeza todo lo que hemos vivido y compartido juntos?? Salíamos comentando todo por la M-30, ese pasillo de galerías horrendo que rodea toda la cárcel, un pasillo de hormigón, frío y desangelado pero que hoy también se ha hecho diferente con alegría y la esperanza de una madre que ha salido a nuestro encuentro y un Dios que nos ha abrazado. El grupo de personas de la parroquia que habían ido al Camino de Santiago han ido a ver a uno de los muchachos que había caminado con nosotros, y que no ha podido salir porque trabaja en cocina, querían también llevarle su cariño y su afecto; y otra voluntaria de la parroquia que va a ver a otro muchacho entre cristales, a las visitas de las comunicaciones, también ha ido a ver a su muchacho, decía que también quería abrazarle y transmitirle todo su cariño.

Hemos salido a la calle con el corazón lleno; no esperaba un aperitivo para compartir el día de fiesta con toda la gente que trabaja en la cárcel. Los muchachos hoy también tenían comida especial, tenían cordero, ojala que también lo hayan disfrutado a pesar de todo. Y en el aperitivo se me han acercado las dos psicólogas del centro que han participado en la celebración, emocionadas me han dado las gracias por todo lo que han vivido, coincidían en que no podían imaginarse todo lo que han visto: ?el silencio, la participación, el recuerdo emocionado de las madres, los abrazos, el rezo del padrenuestro, ya quisieran muchas parroquias vivir así una celebración con ese silencio?? además decían, se ve que no está improvisado, se ve que hay una comunidad cristiana aquí dentro, que se ha creado esa comunidad entre todos??.

Tengo que decir que esas palabras también me han emocionado, porque también ha sido siempre nuestro sueño, crear una comunidad cristiana en Navalcarnero, hacer que los muchachos se sientan parte de la Iglesia, se sientan comunidad, sientan que Dios también les quiere y apuesta por ellos, sientan que no son el desecho como podría pensarse sino que son los preferidos de Dios, que en esa Iglesia cabemos todos, que los presos son los primeros ?porque como las prostitutas nos van a preceder??, que dice el evangelio, me he emocionado y he vuelto a sentir y a respirar en sus palabras al mismo Dios y también toda nuestra debilidad: es la comunidad cristiana de Navalcarnero la que ha celebrado la Eucaristía en el día de la Virgen de la Merced.

Por eso al final del día una vez más la palabra Gracias y el sentir que Dios cuenta con nosotros; sentir en esta noche la sonrisa de Dios y de María que siguen al frente de nuestra comunidad, sentir que la Iglesia de Jesús está presente en la cárcel y que todos formamos parte de ella. Sentir que en la Iglesia todos podemos estar y que nadie tiene derecho a echarnos de ella?? ?cada vez que hicisteis algo a uno de esos mis hermanos más pequeños a mí me lo hicisteis????
24 de septiembre de 2014, Navalcarnero