La lucha contra el TTIP llaga a los municipios

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imagesVFAWRCHO5En Julio de 2013 comenzaron, en el más absoluto secreto, las negociaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre la UE y EEUU (TTIP). El TTIP, junto al Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios (TISA) y al Tratado Económico y Comercial Integral entre la UE y Canadá (CETA), es el principal exponente del golpe de estado que las grandes transnacionales están llevando a cabo de forma encubierta en contra de la soberanía de nuestros países y los derechos de toda su ciudadanía.

El pasado miércoles 13 de mayo se dieron cita en Madrid representantes de Equo, Podemos, Izquierda Unida, Bildu, Ahora Madrid y Chunta Aragonesista junto a municipios europeos y alcaldes de algunos de los 30 ayuntamientos pioneros en el Estado español que han aprobado en pleno la moción municipal declarándose «Zona Libre de TTIP». En el evento los Partidos Políticos pusieron de manifiesto su compromiso con esta acción en aquellos municipios en los que obtengan representación a partir de junio. Así mismo, quedó claro el potencial de lograr el objetivo de llegar a los cientos de municipios que forman parte ya de esta acción en países como Austria, Francia y Alemania. En las intervenciones europeas se dijo que en nuestro territorio al TTIP no se le está dando la importancia que debiera y está siendo silenciado por los medios de comunicación. Esto también es un impedimento para que el movimiento social en su contra adquiera la gran dimensión de los anteriormente mencionados países europeos.

Y es que estos tratados defienden el inmoral lucro y los intereses de las empresas por encima de todo poniendo en grave riesgo el medioambiente, la salud pública y nuestros derechos económicos, sociales y laborales. Se desregularán aspectos clave para la protección de la salud pública como los alimentos, los medicamentos o los productos sanitarios. Al igual que se permitirán actividades muy perjudiciales para el medio ambiente como el fracking o el cultivo de transgénicos. Los servicios públicos esenciales se verán reducidos, cuando no privatizados, y los derechos sociales y laborales gravemente perjudicados.

Mediante el mecanismo de arbitraje de disputas entre inversores y Estados, conocido como ISDS por sus siglas en inglés, las grandes empresas multinacionales tendrán derechos exclusivos para demandar a los gobiernos ante tribunales de arbitraje independientes de los sistemas judiciales nacionales y europeos. De esta manera, la soberanía nacional de los Estados quedaría supeditada a los dictados de las empresas multinacionales.

Así mismo, el TTIP recoge la creación de un organismo permanente llamado Consejo de Cooperación Reguladora que supervisará todas las normas comunitarias concernientes a lo establecido por el TTIP,  dando acceso directo a los lobbies empresariales para influir y modificar en su beneficio nuestra legislación.

Todo lo anteriormente no haría sino agravar la cesión de  la soberanía social a las grandes corporaciones en lo local,  ya iniciada en noviembre del 2013 con la Ley de Reforma de los Gobiernos Locales. Con el TTIP se verán todavía más afectados los procesos de licitación pública, aumentará la privatización de los servicios públicos y se verá restringida la capacidad de los municipios para fomentar la actividad de las PYMEs locales y la creación de empleo.

Desde la Campaña #NoalTTIP, de la que Redes Cristianas forma parte junto a numerosas organizaciones sociales, sindicatos y partidos políticos, se han conseguido éxitos como sacar a la luz estos tratados, las movilizaciones del pasado 18 de abril y casi dos millones de firmas en contra, recogidas en la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE). No obstante, el peligro sigue siendo más real que nunca, como demuestran el Fast Track que se quiere aplicar al Tratado Transpacifico (TPP), las falsas reformas o maquillaje del ISDS y la aprobación de 17 nuevos transgénicos. No podemos bajar la guardia.

En el contexto actual de crisis sistémica en la que el paro, la pobreza y el hambre se están cronificando, el establecimiento de un orden económico internacional justo, equitativo, acorde con nuestros valores cristianos y respetuoso con los derechos humanos y el medio ambiente se hace cada vez más necesario y urgente. La aprobación del TTIP lejos de avanzar en este sentido supone  una grave amenaza para el modelo social europeo ante la que es preciso actuar.

Para ello es necesario, de una parte, incrementar la incipiente red de Ayuntamientos desde la que poder plantar cara, institucionalmente,  a esta nueva ofensiva neoliberal; y, de otra, respetar, fomentar y fortalecer  la lucha ciudadana ?desde las asambleas del 15 M, las asociaciones de vecinos y los movimientos sociales, etc.,  hasta los colectivos cristianos de base? contra las multinacionales y su búsqueda de una política alternativa basada en la economía local, el bien común y el empoderamiento de las personas.