La guerra en Ucrania y los atentados de París -- Ernesto Viento

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

El ex-presidente ruso Mikhail Gorbachov es uno de las personalidades que ha avisado recientemente de que la guerra en Ucrania puede desembocar en una guerra nuclear. Mientras la prensa sigue centrando la atención en los atentados de París, mientras se empiezan a decidir qué derechos sociales se recortan con la excusa de la ‘guerra contra el terror’, mientras esperamos a ver qué país del mundo es atacado como represalia a estos atentados, la guerra en Ucrania sigue deteriorándose y siendo la gran espada de Damocles del mundo actual.

De todas formas, según algunos análisis, es posible que el atentado de París guarde alguna relación geoestratégica con la guerra de Ucrania, o mejor dicho, la guerra económica con Rusia que puede volverse militar y nuclear. Francia era hasta hace unos meses uno de los mayores aliados de Estados Unidos, especialmente en su aventura militar en Libia y Siria, pero también en los intentos de bloqueo a Rusia.

Sin embargo, recientemente, el presidente francés Hollande ha mostrado una cierta independencia de Estados Unidos, y ha tomado algunas iniciativas propias en el tema ucraniano. En noviembre y diciembre comenzó a tener contactos con Rusia, incluso algún encuentro con el propio Putin en tierras rusas. Apenas unos días antes del atentado, Hollande pidió a la Unión Europea abandonar el bloqueo económico contra Rusia.

Algunos analistas sugieren que los atentados de París han sido una especie de ‘castigo’ a Hollande por esta política independiente de los dictados de Washington, y una forma de volver al carril. Uno de estos analistas es Paul Craig Roberts, que fue subsecretario del Tesoro con la administración Reagan.

Rusia, además, tiene en su seno a unos 27 millones de musulmanes, bastantes más que los 6 millones de Francia, los 4 de Alemania o los menos de 2 millones en España. Podría ser cuestión de tiempo que aparezcan colectivos radicales en su territorio, de forma parecida a como ocurre en Chechenia.

El verdadero problema para el Pentágono no es el islamismo radical, sino Rusia. El escenario, Ucrania. Y cada vez se están mostrando más claras las cartas. El año 2015 puede ser determinante.