La democracia que queremos -- Comunidad Ecuménica Martin Luther King

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Santiago, 10 de septiembre de 2023
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Mateo: 5,6
Con ocasión de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado del 11 de septiembre se han producido un conjunto de declaraciones de compromiso con la democracia y los derechos humanos. Sin embargo, creemos, como comunidad cristiana ecuménica, que estas declaraciones no dan cuenta de lo que nuestro país necesita.

Especialmente nos produce rechazo la declaración del conglomerado político de derecha Chile Vamos, que, con una hipocresía descarada, proclama y demanda un rechazo a la violencia sin condenar el golpe de estado y la dictadura, consecuencia inevitable de él. Más aún, han justificado y celebrado el acto de mayor violencia al que ha sido sometido nuestra sociedad durante el siglo XX.

En nuestra mirada, estas declaraciones carecen de un elemento esencial para la existencia de una democracia real y una efectiva protección de los derechos humanos: LA JUSTICIA.

· La justicia es el valor primordial en la convivencia civilizada de los seres humanos organizados para compartir la vida

· La justicia es el dispositivo que permite resolver pacíficamente los conflictos.

· La justicia es la gran ausente en la convivencia que hoy compartimos.

La ausencia de justicia es impunidad.

La impunidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos por los agentes del estado y sus cómplices civiles desde el golpe de estado, que aún nos abruma. La misma impunidad endémica que protege hoy a los narcotraficantes y sus lavadores de dinero, al sicariato y a las grandes bandas criminales.

La impunidad de los civiles que saquearon el estado, amparados en el terrorismo de estado y que conforma una realidad de desigualdad socio-económica que aplasta la vida de las nuevas generaciones.

La impunidad de los abusos cometidos por empresas, burócratas, funcionarios diversos, que empujó a millones de habitantes de nuestro país a ser activos participantes del estallido social.

La impunidad de quienes se han corrompido en la colaboración con el estado en las más diversas actividades destruyendo la confianza esencial entre la ciudadanía y las instituciones causando una profunda indignación en nuestra sociedad.

La ausencia de justicia, en la vida de los chilenos y las chilenas, se siente en todos los ámbitos. Esa justicia que quienes, viviendo sumergidos en la burbuja de sus privilegios, la ven como una aberración que amenaza el lugar que tienen en el orden de un modelo socio-económico impuesto por medio de la violencia.

La justicia es mucho más que la legalidad punitiva que demandan sectores que, a la vez, viven en la impunidad de su complicidad con la dictadura criminal que asoló Chile durante 17 años. Justicia es un valor profundo de la sociedad que resguarda la dignidad y la integridad de la vida en todas sus dimensiones y en todas sus etapas.

La justicia de la democracia que queremos es aquella que garantiza vivienda digna, trabajo decente y educación de calidad para todos y todas. Sin un compromiso por la justicia, los compromisos por la democracia y los derechos humanos son expresiones vacías de contenido que no permitirán enfrentar una realidad de injusticia que la mayoría de los y las habitantes de este país vivimos cotidianamente.

La JUSTICIA, lo sabemos, sin Verdad es arbitrariedad, sin Reparación es indigna y sin Garantías de No Repetición no construye paz.