La Ciencia Avisa -- Antonio Zugasti

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Nos jactamos de ser un mundo científicamente muy avanzado, pero cuando la ciencia dice algo que no nos gusta, miramos para otro lado. Porque la ciencia nos está avisando clara y reiteradamente de que la humanidad va por mal camino. Un grupo de destacados científicos especializados en cambio climático acaba de publicar un estudio que advierte que la humanidad se encuentra al borde de un desastre climático irreversible.

El informe, de 2024, basado en el análisis y seguimiento de las principales variables biofísicas, ofrece una conclusión clara e inapelable: estamos avanzando en la dirección equivocada.

A primera vista, resulta desconcertante comprobar cómo un fenómeno, como el calentamiento global ?identificado hace más de un siglo, medido con precisión desde hace más de cincuenta años y ampliamente divulgado al menos desde la década de los setenta? está resultando tan difícil de frenar.

A pesar de la gravedad de la situación, la respuesta de la sociedad sigue siendo débil e insuficiente. Esta parálisis se debe no sólo al poder de las corporaciones del capitalismo fósil, que ven peligrar sus grandes beneficios, sino también a la falta de coraje político y a una apatía generalizada. El cambio climático, aunque conocido por casi todos, se ha convertido en un ruido de fondo que los líderes políticos mencionan sin profundizar realmente en sus implicaciones

Creo que la dificultad de más peso, para enfrentarnos a este desastre anunciado, es que se ha impuesto la sociedad de consumo. Una sociedad en la que domina la idea de que el camino hacia la felicidad pasa por el consumo. Y la felicidad es algo a lo que los seres humanos no podemos renunciar. Por lo tanto, resulta muy costoso renunciar al consumismo.

Pero el consumismo, aparte de llevarnos al colapso ecológico, es un camino engañoso para conseguir la felicidad. Las aspiraciones de los seres humanos son demasiado complejas para pensar que pueden satisfacerse a base de consumo. Es fundamental diseñar otros caminos que nos proporcionen un sano bienestar y no pasen por un consumismo arrasador.

Ya desde la antigüedad clásica se reflexiona y se debate sobre estos caminos. Un punto de coincidencia entre los estudiosos del tema es que la felicidad tiene mucho que ver con la autorrealización de la persona. Labramos nuestra felicidad cuando nos acercamos a la plenitud de nuestras posibilidades en cuanto a nuestra calidad humana. Cuando llegamos a ser lo que podemos ser. Erich Fromm insiste en este ser, en contraposición al simple tener. Tener es algo que queda fuera de nosotros, ser afecta al fondo de la persona, ahí donde puede residir la felicidad.

Es, pues, fundamental buscar la felicidad por unos caminos humanamente más elevados que el consumo, y que no supongan el riesgo de colapso ecológico.