Jubileo de los jóvenes como «faros» de la esperanza -- Pedro Pierre

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Un millón de jóvenes cristianos llegados de los 5 continentes acaban de reunirse en Roma para el Jubileo de la esperanza en el cuadro de la “Jornada Mundial de la Juventud” para celebrar el Jubileo lanzado por el papa Francisco. Concluyeron su estadía con una misa con el papa León 14.

La temática del Jubileo era: “La esperanza no defrauda”.
La IA (Inteligencia Artificial) resume así los mensajes del papa a los jóvenes: “Mensajes clave del Papa. Llamado a la Comunidad: Les invitó a unirse y apoyarse mutuamente, para ser “faros de la esperanza”. Esperanza y Servicio: Los animó a ser “agentes de paz y esperanza” en un mundo de
divisiones y desesperación.

Reflexión Personal: Que miren su propio corazón para reconocer la presencia de Dios en sus vidas y busquen formas de servir a los demás y a construir comunidades basadas en el amor y la amistad, porque “son la sal de la tierra y la luz del mundo"

Recordemos lo que era el Jubileo en la Biblia. Gracias a Moisés los Hebreos habían huido de la esclavitud de Egipto con
ideales de libertad, equidad y fe. En el desierto del Sinaí se habían organizados por clanes, o sea grupos de familias con sus
responsables. También había decidido compartir equitativamente la poca comida que encontraban según la necesidad de cada familia.

Al llegar a Canaán-Palestina, decidieron que cada familia tuviera su parcela de tierra para vivir y alimentarse. Se reunían
periódicamente en Asambleas generales para confirmar su alianza con Dios, evaluar su organización y mejorarla. Promulgaron las leyes sabáticas y jubilares.

Las leyes sabáticas consistían a poner en práctica cada 7 años la libertad a los esclavos, la condonación de las deudas y
el descanso de la tierra a lo largo de ese año. Las leyes jubilares se revisaban cada 50 años. Se aplicaba las leyes sabáticas, se
devolvía la propiedad a quienes la hubieran perdido y terminaban con una gran celebración en la capital, Jerusalén. ¡Qué júbilo!

Se regresaba a los compromisos con Dios en el desierto del Sinaí porque Dios les había dado a conocer que “no debe haber
pobres entre ustedes” y que “la tierra es mía para todos, por eso no se puede vender ni comprar”. De hecho, la acumulación de
tierra y de dinero llevaba a la esclavitud y la cara de la esclavitud es la pobreza.

En nuestra Iglesia durante los 50 últimos años se han llevado a cabo 5 Jubileos. También se han realizado 38 ‘Jornadas
Mundiales de la Juventud’. La realidad es que los unos como la otras están bastantes alejadas de la realidad y sus impactos son
mínimos.

¿En las Iglesias locales se han relacionado las leyes sabáticas y jubilares con la organización del capitalismo para
denunciar su perversidad y encontrar alternativas de sustitución? En este compromiso de ‘sal y luz de la tierra’, ¿han organizado
los jóvenes movimientos u organizaciones para combatir la pobreza, por ejemplo? El Jubileo bíblico terminaba con una gran
celebración para alegrarse por el cumplimiento de las leyes sabáticas y jubilares. Hoy parece que el Jubileo se limita a unas
peregrinaciones sin mayor contenido relacionado con la actualización del Jubileo bíblico.

Volvamos a Jesús que vuelve al Jubileo para cumplir con su misión por el Reino. En su pueblo de Nazaret definió los ejes
de su misión que terminaría “proclamando el año de la gracia del Señor”, o sea, un año jubilar. Nos dice Jesús que la meta de su
ministerio de profeta se realizaba bajo la unción del Espíritu para “llevar Buenas Nuevas a los pobres”.

Luego detalla Jesús en
qué consistían estas ‘Buenas Nuevas’: “Anunciar la libertad a los cautivos”, pues en tiempos de Jesús había muchos encarcelados
por deudas y rebelión. “… y a los ciegos que pronto van a ver”, porque muchos de sus compatriotas no veían que el Reino crecía
en medio de ellos. “Despedir libres a los oprimidos” por los militares romanos, los terratenientes y las autoridades religiosas.

Jesús quería volver al proyecto de Dios intuido por Abraham y Sara, iniciado por Moisés y Miriam, ampliado por Los Jueces,
confirmado por los Profetas y los Sabios: libertad, equidad, fe liberadora, todo eso para lograr la fraternidad universal y terminar
con una gran celebración del Reino de Dios…

Eso es lo que nos toca hacer hoy en los Jubileos, en las Jornadas de la Juventud, en la Sinodalidad, por nuestro
compromiso bautismal de ser efectivamente “profetas, sacerdotes y reyes-pastores”. Lo estamos construyendo en las
Comunidades Eclesiales de Base y en todos los grupos, movimientos, organizaciones e Iglesias que hemos optado, a la manera
de Jesús, por la opción por los pobres y sus causas.

Confirmémonos en este camino de Jesús donde los pobres sean los
protagonistas de la Esperanza del Reino que viene ahora y llegará mañana en plenitud tanto en nuestras Iglesias como en la
sociedad.