Juan José Tamayo, teólogo: «La Iglesia está incómoda en la democracia» -- Rebeca Castiñeira

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La Voz de Asturias

Considera que las palabras de Jesús Sanz no tendrán un gran impacto sobre el voto
Defiende el derecho de la jerarquía eclesiástica a manifestar su opinión, pero no comparte su objetivo partidista. El teólogo Juan José Tamayo cree que la Iglesia «no se sensibliza con las inquietudes de la sociedad», sino que intenta recuperar el protagonismo perdido.

¿Cuál cree que es el objetivo de las declaraciones del arzobispo de Oviedo?

Yo creo que la Iglesia se siente muy incómoda en la democracia , es un peso que no pueden sobrellevar. Se sienten a disgusto porque han perdido todo protagonismo en el terreno político, moral y de orientación cultural. Esto ha provocado una gran desubicación. Por eso ahora apuestan por posiciones más sectarias y se alejan de las inquietudes populares. No son sensibles con la realidad.

¿Cree que es lícito intentar mezclar la vida privada y la profesional, como hizo en su pastoral?

En absoluto. Salvo que la vida privada sea escandalosa y genere malestar en la sociedad, que destaque por compartir comportamientos poco ejemplares, como en el caso de los malos tratos o las actitudes agresivas. En el caso del maltrato, lo personal pasa a ser público. Es decir, salvo en los casos en que su vida privada tenga repercusiones negativas en el ejercicio de sus funciones.

¿Cuál es el perfil de Jesús Sanz dentro de la Conferencia Episcopal?

Yo creo que pertenece a la tendencia mayoritaria neoconservadora. En los años 70 y 80 había más tendencias diferentes, pero ahora se dividen básicamente en dos, los neoconservadores con tendencia hacia el integrismo y los conservadores. Yo creo que la ubicación ideológica y teológica es neoconservadora y con actitud militante y activa. Es el talante que le caracteriza desde que fue nombrado arzobispo. Se encuentra en plena sintonía con Benedicto XVI y Rouco Varela.

¿Sigue siendo habitual que la jerarquía católica haga estos pronunciamientos?

Los obispos y los sectores conservadores siguen el principio de mantenerla y no enmendarla. La Iglesia ha establecido una relación con la derecha y aprovecha cada ocasión que se le presenta, tanto las elecciones, como la aprobación de leyes o alguna actuación puntual del gobierno, para pronunciarse públicamente. Es legítimo que lo hagan, como cualquier colectivo. El problema no está en pronunciarse, sino en la orientación de las declaraciones. Desde la transición, la mayoría de los pronunciamientos suelen ser para apoyar a los programas de los partidos de derechas. El problema es que, aunque se erigen como representantes de la Iglesia, en realidad solo se representan a sí mismos, porque dentro de la Iglesia hay un gran pluralismo ideológico.

¿Deberían entonces evitar pedir el voto directamente como hacen ahora?

Siendo legítimos, los pronunciamientos son claramente orientativos del voto. Sin embargo, yo dudo de la eficacia de estos pronunciamientos, porque luego te llevas la sorpresa del elevado número de católicos que no hacen caso y se guían por criterios políticos y no eclesiásticos. La sociedad ha alcanzado la madurez política y no sigue tanto la jerarquía católica, se rige por su conciencia personal, por el programa de los partidos y por su respuesta a los problemas ciudadanos. Yo creo que cada vez influyen menos las creencias en la toma de decisiones políticas a la hora de elegir a sus representantes.

La forma de actuar del arzobispo de Oviedo, ¿es similar al resto de España?

Sí, la tendencia intervencionista en los temas políticos es general. Los obispos se encuentran con que cada vez pierden más seguidores en el ámbito eclesiástico, hay menos gente que participa en los sacramentos y los seguidores son gente de cierta edad. Cada vez es más difícil llegar a la gente en las iglesias porque están cada vez más vacías. Como no pueden influir a través de los púlpitos y las homilías lo hacen a través de las pastorales, buscan otros elementos de vinculación con la sociedad.

Esta no es la primera vez que unas declaraciones de Jesús Sanz generan polémica en Asturias. Hace un tiempo defendió el papel de las ONG católicas por encima de las laicas. ¿Cree que sus opiniones alejan a la sociedad de la Iglesia o que debe predominar su derecho a opinar?

El problema es que los sectores más conservadores de la Iglesia tienen un discurso frentista y establecen la contraposición en lugar del diálogo o los puentes para el encuentro entre las ONG laicas y religiosas, que tienen que trabajar codo con codo. Esto no redunda en beneficio de la solidaridad. D