Jornada mundial del migrante y del refugiado en el mundo: una ocasión para vivir la fraternidad (28 sept.) -- Leandro Sequeiros, Presidente de ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta)

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Millones de hombres y mujeres del Sur Global se ven forzados a dejar su tierra
En muchos países del mundo asistimos a manifestaciones (a veces violentas) contra la llegada de migrantes y refugiados a los países europeos. Para muchos, es signo de la debilidad de los gobiernos ante las presiones de gobiernos muchas veces corruptos.

Para otros, protestar es expresar el rechazo a lo que les parece una islamización de la cultura cristiana europea.
ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidad para los refugiados, alerta del aumento de migrantes y refugiados y hace una llamada a la solidaridad y humanidad internacional.

Desde las religiones también hay una apelación a la solidaridad. Muchas Diócesis cristianas de todo el mundo han respondido al llamamiento del Papa León para la campaña de 2025. El último domingo de septiembre se ha señalado para ser un día de sensibilización y abrir la mente y abrir las puertas para acoger. Hay una sola especie: la especie humana. Las razas, culturas y religiones son accesorias.

Migrantes y refugiados
Cuando hablamos de migrantes y refugiados, muchas veces se usan indistintamente ambos términos de manera errónea. ¿Qué significa cada uno de estos términos? El Comité español de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, tiene la respuesta más precisa.
Migrantes y refugiados, ¿qué diferencia hay?

Migrantes:
Los migrantes económicos son personas que han salido de su país en busca de oportunidades laborales. En ocasiones, provienen de países en pobreza extrema y pueden llegar a jugarse la vida para entrar en un país con el fin de trabajar.

Refugiados:
A diferencia de los migrantes, los refugiados son personas que huyen de conflictos armados, violencia o persecución y se ven por ello obligadas a cruzar la frontera de su país para buscar seguridad.

Los motivos de la violencia y de la persecución pueden ser por muy diversos tipos: persecuciones étnicas, religiosas, de género, por su orientación sexual… En todos ellos, estas causas han provocado temores fundados por su vida, lo que les convierte en ‘refugiados’ reconocidos internacionalmente, con acceso a la asistencia de los Estados, ACNUR y otras organizaciones.
Dentro de los refugiados, muchos de ellos malviven en campamentos construidos por ACNUR u otras organizaciones, pero también existen refugiados que viven en áreas urbanas o rurales y necesitan ayuda para poder reconstruir sus vidas.

Flujos mixtos de migrantes y refugiados

En algunas rutas de desplazamiento encontramos lo que se llaman flujos mixtos. Es el caso del Mediterráneo, donde si analizamos la procedencia en 2017 de las personas que cruzaron, encontramos:
Países en guerra como Siria, en los que su población huye de una guerra y es por ello objeto de protección internacional: cuando cruzan las fronteras se convierten en refugiados sirios.
Países como Marruecos, donde la gran mayoría son migrantes económicos. Sin embargo, aunque se trate de un país en paz, puede haber entre quienes cruzan las fronteras algunos refugiados que han huido por su orientación sexual, por persecución religiosa…

A estos añadimos en 2025 los refugiados de la franja de Gaza, los sudaneses y etíopes y los ucranianos, sin contar a los miles de víctimas en África del cambio climático que han producido los países industrializados.

En estos casos, las solicitudes se revisan de forma individual en el país donde se solicita asilo antes de otorgar la categoría de “refugiado”.

El mandato de ACNUR: proteger a los refugiados
La Agencia de la ONU para los Refugiados, que nace después de la II Guerra Mundial, tiene un mandato claro: el de proteger a todas aquellas personas, víctimas inocentes, que han huido de la guerra y la violencia.

Aunque al principio se pensó que la Agencia tendría una duración temporal, el número de conflictos y persecuciones (étnicas, religiosas, de género, por orientación sexual, etc.) no ha dejado de crecer llegando en 2017 a máximos históricos desde su creación.

De cara al futuro se habla cada vez más de los desplazados bajo el contexto del cambio climático: personas obligadas a huir por consecuencias del cambio climático como la desertificación o la desaparición de ciertos territorios con la subida del nivel del mar. El número de refugiados y desplazados, si se cumplen las previsiones, podría multiplicarse por cuatro.

Aunque las aportaciones de los socios siguen creciendo en España cada año, el número de refugiados en el mundo hace que el porcentaje de financiación al que somos capaces de llegar sea cada vez menor, provocando recortes en cosas tan básicas como la comida.

Las religiones y los migrantes y refugiados
El 28 de septiembre de 2025, la Iglesia de todo el mundo celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, acogiendo la llamada del Papa León a caminar con nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados, en cuyos rostros reconocemos «el rostro de Jesús que se ha hecho huésped y peregrino en medio de nosotros.»

En todo el mundo, siguiendo las directrices del Consejo Mundial de las Iglesias, las tradiciones religiosas son cada vez más sensibles al drama de los migrantes y refugiados. Desde la tradición cristiana, muchas diócesis de todos los continentes organizan marchas, oraciones y celebraciones para estar cerca de los más vulnerables y dar testimonio de que, efectivamente, «Dios camina con su pueblo».  
 
La Iglesia católica celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado desde 1914. Siempre ha sido una ocasión para mostrar preocupación por las diferentes categorías de personas vulnerables que se desplazan, para rezar por ellas ante los numerosos retos a los que se enfrentan y para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrece la migración. 

Desde hace unos años, el Papa Francisco ha decidido que se celebre el último domingo de septiembre, y en 2024, 110 años después de su creación, la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado se celebró el 29 de septiembre, con el lema «Dios camina con su pueblo», título también del mensaje del Papa Francisco para ese día.

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral acompañó el lanzamiento y la difusión de este mensaje con una campaña de comunicación especial: el propio Papa Francisco había invitado a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a «caminar juntos, con los más vulnerables, con Jesús».

  El Papa León [https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/messages/migration/documents/20250725-world-migrants-day-2025.html] ha hecho público un mensaje con ocasión de la 111 jornada mundial del migrante y refugiado.

  Para apoyar este «llamamiento a la acción» del Santo Padre, el Dicasterio ha elaborado y publicado diversos materiales en diferentes idiomas: un subsidio para organizar una caminata paso a paso con migrantes y refugiados, kits para la celebración de la Jornada Mundial, imágenes y vídeos en profundidad, entre ellos dos vídeos sobre las rutas migratorias atlántica y centroamericana… 

Las diócesis de todo el mundo, las conferencias episcopales y las diversas realidades de las iglesias locales han respondido con entusiasmo y creatividad a este llamamiento, como puede verse en el vídeo publicado en los canales del Dicasterio un mes después de la JMMR2024: algunas organizaron un maratón con migrantes, otras una vigilia de oración, otras un simple momento de convivencia. 

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco nos animó a crear «espacios de encuentro», ocasiones en las que podamos mirar al prójimo a los ojos y reconocer en su rostro el de Jesús… ¡Esperamos que la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado se convierta cada vez más en una oportunidad para crecer en fraternidad!