Enviado a la página web de Redes Cristianas
La profunda crisis económica mundial destapada en 2008, sigue afectando de forma significativa al modelo social de la Unión Europea, con especial incidencia en los países de la franja sur de Europa. No es una opinión, es un hecho.
Un hecho constatable por el impacto que está teniendo sobre los derechos más elementales en forma de regresión en la protección y el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales más básicos, protegidos todavía por ley. En este clima, han saltado todas las alarmas porque puede darse un cambio de gobierno en Grecia que destroce la estrategia de la Unión Europea, la de trabajar como testaferro de las grandes multinacionales beneficiarias de la globalización financiera, con Alemania de gendarme sobre el terreno de la macroeconomía, la que en verdad les importa.
Un botón de muestra, cercano y elocuente, es el ?lío?? de los centenares de empresas que han sido beneficiadas fiscalmente en Luxemburgo, con J. C. Juncker de responsable, y que se ha solventado con un cabreo del susodicho ante los medios de comunicación. Es inevitable acordarse de las llamadas ?vacaciones fiscales?? de unas pocas empresas bodegueras vascas y del celo europeo desplegado; y de la actitud de Almunia con los astilleros?? No me resulta fácil encontrar otra palabra que la de testaferro.
El miedo de algunos es a que la Grecia que surja de las elecciones de 2015, no quiera seguir con el programa colonial que le han impuesto, el que ha traído consigo más pobreza, la caída del PIB en plena deflación continuada, paro, endeudamiento alarmante, exclusión social… Los griegos acudirán a las urnas el 25 de enero en unas elecciones legislativas adelantadas y de ellas puede salir un gobierno presidido por la izquierdista Syriza (?Coalición de Izquierda Radical??), el Podemos de Pablo Iglesias heleno, que encabeza los sondeos. Hay que tener en cuenta que el hartazgo es mayoritario, el socialismo tradicional europeo no da soluciones, cada vez más a gusto recordando al partido demócrata norteamericano en el sentido de tener la misma base neoliberal, aunque todavía con matices, que desdibujan más su oferta: en Francia, Camps está yendo más lejos que Rajoy. El PSOE vota tres de cada cuatro veces en Europa de la mano del PP. Al final, la añorada socialdemocracia que se caracterizaba por un modelo neoliberal con límites y líneas rojas solidarias, ha saltado por los aires con Tony Blair como ejecutor sin que nadie saliera en serio al rescate.
Esta Europa de los mercaderes del consumismo insolidario teme el efecto dominó en España y Portugal, quien sabe si en Italia y ya veremos en otros feudos, como Francia o el este de Europa. Han caído en su trampa de acotarlo todo entre su neoliberalismo cada vez más salvaje y el modelo de Venezuela o Corea del Norte, por simplificar. La gente lee libros, periódicos e internet y escucha la radio. Se hace una idea de que la realidad es más amplia, y no quiere renunciar a terceras vías posibles. La gran mentira es negar la existencia de esas otras vías posibles porque implicaría salirnos del carril de este modelo tan injusto e incapaz de superar sus enormes contradicciones frente al ogro marxista, que ya no existe como rival. Este Sistema no funciona como tampoco funcionaría cualquier otro modelo materialista sin límite alguno. Ni el chino, ni el ruso, ni el indio. Ahí está la opción todavía incipiente de la llamada Economía del Bien Común que preferimos no enterarnos de su existencia. O las llamadas del papa Francisco para trabajar otras formas de repartir la riqueza del Planeta.
Otra política es posible. Cada vez más organismos muestran otras posibilidades, alertan de que el medio ambiente es explotado con efectos graves ya a corto plazo, y de que el beneficio financiero puede ir en aumento al mismo tiempo que se reducen los límites éticos ante la codicia, los derechos básicos y la exclusión social en el corazón del Primer Mundo; se reducen los derechos socioeconómicos, se controlan las materias primas al precio que sea, se despide y deslocaliza a trabajadores en empresas rentables, grandes emporios y magnates no pagan sus impuestos protegidos por la ingeniería fiscal y por los más de cincuenta burladeros legales para personas físicas y jurídicas (Luxemburgo, Andorra, Irlanda, Londres, Bahamas, Liechtenstein, Bahrein, Macao, Barbados, Mauricio, Islas Vírgenes Británicas, Mónaco, Islas Caimán, San Marino, Seychelles, Ghana, Singapur, Gibraltar, Suiza, Isla de Man, Islas Vírgenes de EE.UU., Jersey??). El beneficio es medido únicamente en dinero y no en valores de utilidad humana. Y eso, tarde o temprano, no se sostiene ni por la fuerza.
Grecia y sus elecciones, va a ser el espejo donde se verán proyectadas todas las imágenes de nuestra realidad decadente. Las de quienes son indiferentes a todo lo que creen que no les afecta, las de los codiciosos que pretenden convertir a Europa y el mundo entero en un Monopoly gigantesco, y la de quienes están hartas y empiezan a soñar con que otro mundo es posible antes que permitir que nos ?achinen?? a todos.
EE.UU., Reino Unido y Alemania, también dejaron alguna vez de pagar unilateralmente sus deudas externas (Estados Unidos varias veces, sin consecuencias para su país, claro). No es noticia. Ya veremos lo que pasa en Grecia ante la posibilidad de impago y los posibles efectos dominó y en la opinión pública. El resultado se me antoja imprevisible al ser un país donde los ciudadanos son un 40% más pobres que en 2008. Y son muy conscientes de ello, y no quieren continuar así porque creen que su realidad es injusta. Y no quieren que les vendan la injusticia como la receta a todos sus males. Tracatrá.