Te escribimos desde el MOCEOP (Movimiento por el Celibato Opcional), un
movimiento de Iglesia que lleva funcionando en España hace ya 46 años y
que está integrado en la Federación Internacional de Sacerdotes
Casados. Nos conocerás porque hace unos años te hicimos llegar por dos
veces un escrito nuestro y por la amistad común que hemos tenido durante años con
Jerónimo Podestá y Clelia Luro, impulsores de nuestro Movimiento.
Queremos expresarte nuestra felicitación más cordial por estos diez años de
servicio a la Iglesia y al Mundo, que tanto bien está haciendo en muchísimos
lugares.
Nos encantaron tus primeros gestos nada más salir elegido Papa,
renunciado a ropajes fastuosos
y vistiendo de modo sencillo. Valoramos muy
positivamente tu decisión de no vivir en las espaciosas y frías habitaciones
del Vaticano para ir a la residencia Santa Marta y comer el mismo menú que
las demás personas. Y nos entusiasmamos cuando dijiste: “¡Cómo
deseo una Iglesia pobre para los pobres!”.
Damos gracias a Dios porque vemos que es Jesús de Nazaret el norte de tu
vida e invitas continuamente a que todos también tengamos a Jesús como
referente fundamental de nuestra vida.
En ese sentido has intentado siempre actuar con hechos y con palabras. Tus
numerosos viajes han sido en su gran mayoría a países empobrecidos o marcados por
situaciones de injusticia, en guerra, países pequeños, de la periferia; como Sudán,
Congo, Irák, Barhein, Kazajistán, Mozambique, Mauricio, Marruecos, Chile, Perú,
Egipto, Mianmar, Bangladesh, México, Kenia, Uganda, República Centroafricana,
Albania, Brasil, Ecuador, Bolivia, Paraguay.
Nos ha encantado que dediques tu atención a dignificar a las personas que
viven en el Vaticano en la calle, dotándoles de servicios importantes para
ellos y hasta de un hospìtal para ser atendidos como merecen. Has acogido
a familias refugiadas de Siria y has estado presente en Lampedusa donde
tantos y tantas inmigrantes llegan en busca de un mundo mejor aunque muchos mueren en el intento.
Te esfuerzas al máximo por buscar la paz en el conflicto ucraniano, aunque
lamentablemente las potencias implicadas no te hacen demasiado caso y
sabemos que sigues intermediando en todo lo que puedes. Muchas
gracias hermano Francisco porque somos muchísimos los que en todo el mundo
también anhelamos la paz.
Te damos muy especialmente las gracias por esos tres magníficos documentos que nos has
regalado: Evangelii Gaudium, Laudato si’ y Fratelli tutti que hemo s saboreado y ampliamente comentado.
Valoramos enormemente tu preocupación por la ecología y la justicia social como algo totalmente interrelacionado. Igualmente reconocemos tus esfuerzos por la lucha contra la pederastia en la Iglesia y la necesaria transparencia para que se esclarezcan todos los casos que se han dado y se dé a las víctimas las compensaciones que correspondan en justicia.
También vemos con gran satisfacción tu comprensión y cercanía con los
homosexuales que has dejado claro en numerosas ocasiones, así como la
reconciliación con teólogos antes injustamente relegados, como Gustavo Gutiérrez,
Leonardo Boff o José María Castillo.
Muy importante también los cambios que has introducido en la Curia romana y en las
finanzas vaticanas que posiblemente hayan provocado enemistades hacia tu persona
por quienes no han visto bien esos cambios.
Muy importante tu crítica contundente a este sistema económico -“una economía que
mata”- que también te pone enfrente de aquellos que pretenden que todo siga igual
aunque sea a costa del sufrimiento de la gran mayoría de las personas.
Nos encanta tu talante de pastor, siempre alentando a que sigamos el camino de Jesús
y utilizando un lenguaje sencillo y comprensible por todos.
Genial tu decisión de promover el sínodo del Pueblo de Dios, más que el de los
obispos, porque has conseguido que en todas partes del mundo podamos expresar
nuestra opinión sobre los cambios que la Iglesia necesita en estos momentos. Has
dado normas para que los seminarios se actualicen y adapten a los nuevos tiempos y
animas siempre a obispos y sacerdotes a que actúen como pastores y no como
burócratas y has impulsado la cercanía con otras confesiones religiosas para
promover la unidad de todos.
No queremos terminar sin decirte también que desde nuestro colectivo, y
desde otros muchos e incluso desde algunas conferencias episcopales, creemos que
habría que dar pasos más decididos en determinadas cuestiones; como es la
claridad en las gestiones administrativas y económicas de la Iglesia, la opcionalidad
del celibato y el mayor protagonismo de la mujer en la Iglesia, incluso con el acceso
al ministerio sacerdotal. Se pierden muchas fuerzas activas en la Iglesia con esta
exclusión de las mujeres y de los curas casados, unos activos que ayudarían mucho en
el acceso a la eucaristía y una mejor evangelización de todo el pueblo de Dios.
Así lo hemos reflejado en nuestra aportación al Proceso sinodal que se puede ver en el
siguiente enlace de nuestra revista Tiempo de Hablar – Tiempo de Actuar:
https://moceop.net/wpm/index.php/noticias-destacadascpt/aportacion-de-moceopal-sinodo-de-la-sinodalidad/
Muchas gracias Francisco por estos diez años de servicio a la Iglesia y a la sociedad.
Que Dios te siga bendiciendo muchos años. Cuenta con nuestras oraciones.
Teresa Cortés y Andrés Muñoz, coordinadores de MOCEOP
10 de Abril de 2023