«Flor de vida» -- Deme Orte

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Este sistema mortal
llamado capitalismo
nos conduce hacia el abismo
de la destrucción total
de nuestro medio vital.
Y parece insuperable,
pues no parece probable
acabar con él de frente
por su poderío ingente
de una fuerza incomparable.

Pero al cemento más duro
le hiere alguna fisura
y asoma alguna rotura
en el más sólido muro
que parece tan seguro.
La gota cava la roca
aunque parezca tan poca,
una chispa incendia un monte,
siempre existe un horizonte,
y un pueblo a su rey derroca.

El sistema es un gigante
que tiene los pies de barro
y su propio despilfarro
lo llevará por delante
como una ruina rampante.
Este sistema ecocida
asesino de la vida,
aunque parezca tan fuerte,
lleva en sí su propia muerte
y será también suicida.

Aunque el asfalto al suelo
ahogue con su negrura,
la tierra fértil perdura
debajo, y busca el cielo
alzando frágil su vuelo.
Una flor en la rendija
toda la fuerza cobija
de la vida que renace
aunque la muerte amenace
a la planta más canija.

La ternura de esa flor
es la fuerza de la vida
de una raíz escondida
en la tierra y su calor
que busca luz y color.

El asfalto se deshace,
mientras algo nuevo nace;
hay grietas en el cemento,
cada día es el momento
de la vida que renace.
Abramos nuevas fisuras,
ensanchemos las que existen,
los trabajos que persisten
superan las desventuras
y abren promesas futuras.

Sembremos nuevas semillas
en las formas más sencillas.
Lo que se siembra perdura
y con el tiempo madura
y produce maravillas.

Apostar por la utopía
de que otro mundo es posible
con un orden sostenible
viviendo la ecología
en el quehacer cada día.
Trabajar por la igualdad
fomentando la hermandad,
apoyar el feminismo,
no a la guerra ni al racismo,
sí a la solidaridad.

Es la fuerza de la vida
desde su fragilidad.
El amor y la bondad
traerán la bienvenida
a una esperanza cumplida.
Una flor en una grieta
es una imagen concreta
de que lo débil es fuerte,
la vida vence a la muerte
y nunca se queda quieta.