Feliz Año Nuevo -- Antonio Zugasti

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Estos días es lo más normal desear a todos los que nos encontramos un Feliz Año, que este año encuentren la felicidad. Porque todos aspiramos a la felicidad, pero no basta que la deseemos o nos la deseen, el problema es cómo conseguirla. A lo largo de la historia muchos filósofos y pensadores se han preguntado por la felicidad: dónde se encuentra, cómo alcanzarla, pero nadie ha dado con la fórmula mágica para conseguirla.

Ya en la antigua Roma el cordobés Lucio Anneo Séneca escribe: «Todos quieren vivir felizmente, hermano, pero al considerar qué es lo que produce una vida feliz caminan sin rumbo claro. Pues no es fácil conseguir la vida feliz, ya que uno se distancia tanto más de ella cuanto más empeñadamente avanza, si es que se da el caso de haber equivocado el camino».

No hay duda de que el capitalismo, con su ideal de bienestar basado en el consumo, ha equivocado el camino. La civilización consumista lleva a nuestro pequeño planeta al desastre medioambiental. Pero es que, además, los grandes capitalistas nos muestran que tener miles de millones y consumir lo que les de la gana no deja satisfechos, siguen peleando como lobos para tener más y más.

Por el contrario, nos acercamos a la felicidad cuando nos desarrollamos como personas completas y equilibradas. El polo opuesto al hombre unidimensional que retrata Marcuse, para el cual sólo lo económico es realmente importante, un hombre que tiene atrofiados aspectos fundamentales como persona humana. Vamos hacia nuestra felicidad cuando cultivamos nuestra inteligencia y alcanzamos un pensamiento propio, crítico y sólido a la vez, no manipulado desde fuera. Cuando desarrollamos nuestra sensibilidad ante la belleza y el arte. Cuando desplegamos nuestra capacidad creadora en una actividad positiva, que pueda dar sentido a una vida humana.

Nos acercamos a una existencia feliz cuando diseñamos nuestro propio proyecto vital, en una decisión de nuestra libertad, con sensatez y responsabilidad. Cuando actuamos como seres sociales, conscientes de la importancia de las relaciones humanas en nuestra vida, en nuestro bienestar. Cuando potenciamos nuestras cualidades más positivas, como el amor, la generosidad, el sentido de justicia y la rectitud ética. Cuando procuramos una psicología sana, liberada de miedos y obsesiones.

Que en el nuevo año busquemos la felicidad por el buen camino