Reflexión y Liberación
Jacques Gaillot era un ?obispo del Evangelio?, en la Iglesia, pero no ?de la Iglesia?, un obispo para servir a sus hermanos, como su Señor, no para sobresalir sobre los demás.
No se ha escrito una historia de las reacciones clericales y laicas ante el Concilio Vaticano II y luego ante los 50 años de anticoncilio. Pero una cosa es cierta: entre 1962 y 1965, personas desconocidas para el gran público se reunieron en Roma y dieron una impronta de creatividad evangélica a la iglesia que se repensaba a sí misma y su relación con el mundo. Ver noticia original en …