Enviado a la página web de Redes Cristianas
(Encontré en el País de ayer, lunes 15 de abril de 2019, este artículo del certero y afinado columnista Xavier Vidal-Folch, de quien no tengo ninguna referencia sobre su ideología, o sus preferencias políticas. A lo más que me atrevo a asegurar es que se trata de un periodista liberal, no neo liberal a la moda, humanista, sensato, y con criterios sociales impecables, como pueden apreciar todos los que lean su artículo. Aprovecho para recordar que hay muchos «católicos», las comillas no son casualidad, de misa dominical, de hermandad de semana santa, y hasta de hacer muchas horas del cola para besar el pie del Cristo de Medinaceli el primer viernes de marzo, y que después se desinteresan de la justicia social, y del devenir de los más pobres.
No sé si Vidal-Foch es de éstos, intuyo que no, y me atrevo a asegurar que este artículo lo podría firmar, y lo haría, el papa Francisco, y, algo parecido, un documento de crítica profética, lo podría publicar, o mejor, lo debería, la Conferencia Episcopal Española, CEE. En mi opinión, se trataría de una predicación pura y típicamente evangélica).
«Enriquecer a los ricos y asfixiar a los pobres»
(El programa fiscal del PP es una provocación a quienes aún sufren las secuelas sociales de los recortes)
Xavier Vidal-Folch
En síntesis apretadísima, el programa fiscal del PP consiste en bajar los impuestos a los ricos y reducir los ingresos de los pobres. En resumen menos apretado, eso se traduce en bajar el impuesto de sociedades (por debajo del 20%), suprimir al 99% el de sucesiones (herencias) y al 100% el de patrimonio, podar a fondo el impuesto sobre la renta (40% el tipo máximo), rebajar el salario mínimo (a 850 euros) y pegar un hachazo a las pensiones. ¡Mientras el FMI aconseja aumentar impuestos a los ricos!
Es una provocación a quienes aún sufren las secuelas sociales de los recortes tras la Gran Recesión. El alma social de este PP no es la centroderechista de Mariano. Es simple ignorancia, cruel y ultra, del dolor social. No es conservadurismo social, sino incitación a la rebelión de las masas. Amén de una gravísima irresponsabilidad política para un partido de los de gobierno, atenta contra la viabilidad económica del Estado, cuyos ingresos fiscales son un 7% inferiores a la media europea.
A no ser que alguien se crea las paparruchas del parlanchín Arthur Laffer. ?ste ?maestro de Daniel Lacalle, el consejero económico de Pablo Casado? fue quien engañó a Ronald Reagan asegurándole (vía Dick Cheney y otros tristes patriotas carniceros) que una rebaja fiscal general, incondicional e inmediata relanzaría la economía. Acabó provocando uno de los peores fiascos presupuestarios (disparo del déficit y de la deuda) de toda la historia americana posterior a la Gran Recesión.
Algunas de las medidas resumidas se aplican en autonomías de la derecha, son clásicas en el programa pepero. Las peores han sido anunciadas oralmente, y claro, luego reinterpretadas y lanzadas contra los mensajeros, acusándoles de tergiversación. Da igual. Ahí están, en el fondo del armario Casado-Lacalle.
Preguntado el primero si desharía la subida del salario mínimo, dijo que sí, pero con el típico circunloquio. ?Lo que haré es cumplir la negociación a la que llegó el Gobierno?? de Rajoy, ?para subir a 850 euros el salario mínimo en 2020??. O sea, hoy, bajarlo. Avisado de su pifia, la disfrazó con que primero escucharía a patronal y sindicatos. Pero hay que agradecerle su sinceridad inicial. Sabemos lo que piensa de verdad, en el fondo.
Lo mismo le pasó a Lacalle tras declarar a El Economista (31 de marzo) que el debate de las pensiones españolas ?no es cuánto se revalorizan, sino cuánto se recortan, un 20%, un 30% o un 40%??. También dijo, donde dije digo, digo Diego. Gracias, sincero.
(Artículo trascrito del «El País», 15/Abril/2019, por Jesús Mª Urío Para el blog «El guardián del Areópago»)