Enrique de Castro en la presentación de la Agenda Latinoamericana en Cádiz: «La parroquia debe ser la casa de los pobres» -- Emilio López-Juan Cejudo (foto)

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Diario de Cádiz

«No hay que condonar la deuda a los países de América y África, sino restituirles como limpieza de un pasado»
«La parroquia la concibo antes que nada como la casa de los pobres y de los excluidos, como la casa abierta de los que no tienen techo», afirma el sacerdote Enrique Castro (Madrid, 1943), que desde 1972 ejerce su ministerio en la de San Carlos Borromeo, en Entrevías, en el madrileño barrio de Vallecas, que el pasado año el Arzobispado de Madrid quiso clausurar y convertir en un centro asistencial de Caritas «por realizar una liturgia y una catequesis que no son eclesialmente homologables».

Enrique de Castro participó el pasado jueves en la presentación de la décimo octava edición de la Agenda Latinoamericana, un libro de reflexión y trabajo que utilizan los grupos de educación popular latinoamericanos y del que se editan más de 80.000 ejemplares.

Precisamente sobre esos países, y los de África, los conocidos como del tercer mundo, el sacerdote opina que «no hay que condonarles la deuda, sino restituirles como limpieza de un pasado de expoliación».

Asimismo añade que «hay que dejar que los actuales gobiernos democráticos de esos países desarrollen su propia política, un socialismo nuevo, ya sin la influencia de los países del Este, siempre que el capitalismo grosero no provoque que se quede en un sueño».

Sobre la actualidad de la Iglesia apunta que se ha producido una involución en relación con el Concilio Vaticano II.

«Hace tiempo que vamos a la época de Juan Pablo II, con un Vaticano deteriorado por las finanzas, que saneó el Opus Dei, al que se otorgó por eso carta de ciudadanía en la Iglesia y se canonizó a Escrivá de Balaguer. Se ha creado una nueva élite de poder, con una ideología que ya no es la del Vaticano II, con unas bases contrarias a la teología de la liberación y cortando la línea de apertura en los seminarios. El Papa actual fue además el brazo ejecutor de Juan Pablo II».

El cura de Vallecas se confiesa sin embargo un convencido de que «la liturgia la inventó Jesús de Nazaret y es una mesa, pan y vino, donde nos sentamos todos juntos y dialogamos en torno a la fe común, que supera el miedo y es la base de la solidaridad, todos a nivel de igualdad».

Añade que «se tata de descubrir la riqueza del Evangelio, porque si te implicas tu vida cambia, pero a los curas les falta ese descubrimiento por miedo a desnudarse con la gente desnuda».

Apuesta por la asignatura Educación para la Ciudadanía: «Para educar en el respeto a la diversidad, porque es importante que la convivencia ciudadana se aborde en los colegios. No sé como alguien se puede oponer, lo que no es normal, después de la Constitución de 1978 es que el Estado aconfesional de una carta especial a la Iglesia, la Religión no puede ser una asignatura».

Por último, sobre la crisis indica que «ya estaba en Entrevías y aquí en el Cerro del Moro, los seiscientos euristas, los pobres y los inmigrantes ya estaban en crisis, que es del sistema de mercado, para que los estados enjuguen sus arcas, y habrá hasta beneficiarios».