Religión Digital
«La situación es terrible, muy mala, la gente tiene miedo porque cada hora tenemos réplicas del terremoto y hay muchos fallecidos». La voz de Fadi Najjar, sacerdote greco-católico en la ciudad siria de Alepo, suena entrecortada, a veces jadeante. Lleva casi 36 horas sin parar, desde que el ya histórico seísmo de 7,8 grados de intensidad segó miles de vidas en esa zona de Siria y en la vecina Turquía Ver noticia original en …