El presidente de Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel, ha asegurado que el Ministerio de Sanidad iraquí «ya no pide medicinas, sino cajas de muertos para enterrar a los fallecidos», y ha recordado que cada día mueren en Irak más de 100 personas y unas 500 resultan heridas. El padre Ángel ha hecho estas declaraciones en el aeropuerto de Barajas, antes de viajar a Irak, donde lanzará un llamamiento a favor de la paz y recabará ayuda internacional para el proceso de normalización del país y su reconstrucción.
Además, el representante de Mensajeros de la Paz distribuirá ayuda humanitaria y se dispone a comprar «féretros frigoríficos y a encontrar gente dispuesta a enterrar a los fallecidos», según la petición del Ministerio de Sanidad iraquí, que «las necesita mientras trata de encontrar a los familiares de los muertos».
El Padre Ángel ha recordado que un 75% de los niños iraquíes ya no van a la escuela, los mercados están desabastecidos, una tercera parte de la población vive en la pobreza, el sistema sanitario está absolutamente destrozado, el paro afecta a más de tres cuartas partes de la población y hay más de dos millones de viudas.
Además ha declarado que la guerra ha obligado a huir de Irak a más de dos millones de personas, que se encuentran en Siria y en Jordania, a los que visitará durante su viaje.
Un tratamiento en España
El Padre Ángel ha asegurado que la guerra existe porque los «políticos quieren» y ha pedido a los países que tienen tropas sobre el terreno que retiren a los militares y envíen médicos.
Ha expresado su esperanza de que en el próximo encuentro que mantenga el Papa Benedicto XVI con el presidente de Estados Unidos, Georges Bush, le diga que «la guerra no es posible y que hay que pararla ya».
Durante su estancia en Irak, el Padre Ángel preparará también el viaje a España, para su tratamiento médico, de varios heridos graves en los recientes atentados.
Mensajeros de la Paz trabaja desde mayo de 2003 en Irak, donde realiza actividades y proyectos a favor de la población iraquí, como envío de alimentos, medicamentos y diferentes materiales sanitarios y de primera necesidad, además de la rehabilitación y mantenimiento de centros sociales.
En este período la organización ha trasladado a España a más de 200 niños y adultos iraquíes con graves enfermedades o lesiones para ser tratados en distintos hospitales españoles.