EL PAPA EN VALENCIA.Isabel Pavón

0
109

Religión Digital

¡Acérquense, señoras y señores!. ¡Acérquense, por Dios bendito! Aún están a tiempo de llevarse un poco de gloria en el bolsillo. El nuevo Papa nos visita, y si en su día, no pudieron aprovechar la bendita oferta de comprar la colección de monedas de oro de Juan Pablo II, el rosario, no de madre alguna, sino de madera del Monte de los Olivos, y el libro de oraciones perpetuas… Si ustedes se perdieron el privilegio de poder lucirlas ante las visitas… Si su cartilla tampoco quedó bendecida con el billete que la banca polaca creó en su homenaje, una placa conmemorativa en la que se podía ver su cara impresa en un billete, y que fue colocada en el Banco Nacional de Polonia en Varsovia… Entonces, señores y señoras, esta es su oportunidad, única por cierto, y quizás irrepetible, de besar por donde pisan los garbosos neumáticos del Pontífice.

No tengan miedo, ni pudor, ni recelo… ni vergüenza. Todo esto sobra ante el gran acontecimiento. Acérquense, porque ¿qué pasará si las indulgencias no llegan a repartirse en su totalidad? (Me pregunto adónde irán las indulgencias que guardamos, que no damos, adonde irán los euros si no llegamos nunca a gastarlos…)

Bien, como les decía, mañana puede ser tarde, y la inversión es grande. Hagan caso. Les advierto que el que pestañea, pierde, y mientras alguno de ustedes se está ganando a pulso una plaza en el infierno por tacaño, otra gran multitud más generosa, celebrará su acertada inversión en el gran negocio. Eso sí, ni se les ocurra cometer la imprudencia de acercarse al vehículo y tocarlo. Estos son otros tiempos, y no los de Jesús que como mucho se subía un rato en burro, y además hasta dejaba que los niños se acercaran a ?l. Pero dejemos a Jesús ya que era harina de otro costal y no supo, al parecer, hacerse valer como es debido. Les repito, estos son otros tiempos, señoras y señores, y con la seguridad y el bienestar personal no se juega. En todo caso se juega con la fe y la generosidad de los feligreses.

Estos nuevos tiempos, perdonen la redundancia, son de ?mírame y no me toques que te puede salir muy caro??. Mucho más caro que los 450 euros que vale una figura del Pontífice. Y para contemplar la procesión, nada mejor que alquilar los maravillosos pisos que dan a las avenidas por donde pasará la comitiva, ya que las plazas de hoteles están agotadas. ¿Han cobrado la paga extra? Pues la van a necesitar la de julio y la de diciembre para sufragar los gastos. Desde dichas terrazas o balcones, deben mirar fijamente sus manos y no perderse puntada de la bendición universal. Y una vez pasada tan gran euforia, podrán negociar con los videos grabados del momento, venderlos, alquilarlos, exhibirlos en familia o entre amigos. En este negocio no hay pérdidas. Quién sabe el juego que una visita de esta índole puede dar. Alcancen todo lo que puedan. Con el tiempo se convertirán en reliquias salvadoras y sanadoras.

Además, mañana, que ya será otro día, podrán seguir criticando, ustedes mismos, los deleites inhumanos que se propagan por el mundo; lo mal repartidas que están las riquezas del planeta; podrán llorar a gusto leyendo las estadísticas de los niños que mueren de hambre en un minuto, etc. etc. Laven, señoras y señores, laven sus conciencias ahora que están a tiempo.

De mal nacidos es ser desagradecidos. Agradeced entonces enormemente que la visita sea en verano ya que algunos la consideran como ?un soplo de aire fresco?? para las familias ?sin aire acondicionado?? (las tres últimas palabras son de mi cosecha, no he podido resistirme).

¿Por qué les digo esto? porque el negocio, es el negocio, queridas y queridos, y porque ustedes, según tanta propaganda da a entender, se lo merecen.
Isabel Pavón es escritora y miembro de una Iglesia evangélica en Málaga.