El obispo que llevaba pornografía infantil en su ordenador -- José Catalán Deus

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Religión Digital

El obispo canadiense Raymond Lahey, máxima autoridad eclesial en la provincia de Nueva Escocia, fue detenido el pasado 1 de octubre por posesión de pornografía infantil. Las autoridades presentaron cargos contra el obispo el 25 de septiembre y éste dimitió de su puesto al día siguiente -antes pues de su detención-, aunque no explicó las razones y se limitó señalar que necesitaba tiempo para su «renovación personal».

El Papa aceptó su renuncia inmediatamente. Lahey, obispo de la diócesis de Antigonish, en la provincia de Nueva Escocia, se encuentra en libertad condicional tras pagar una fianza de 8.370 dólares estadounidenses.

Tras su detención se ha sabido que la jerarquía católica sabía desde los años ochenta que un testigo, víctima de abusos sexuales por religiosos, había declarado que vio pornografía infantil en la casa del obispo. El arzobispo de San Juan de Terranova, Martin Currie, reconoció que en 1989 una víctima de abusos sexuales por parte de clérigos, reveló que Lahey tenía pornografía infantil en su domicilio. En esa época era obispo de la diócesis de Saint George, en la provincia de Terranova y Labrador. Según Currie, el sacerdote Kevin Molloy le confirmó la semana pasada que el testigo, Shane Earle (que en los setenta y ochenta, sufrió abusos sexuales en un orfanato de San Juan de Terranova regentado por religiosos), había visto el material pornográfico en la casa de Lahey hace 20 años, cosa que comunicó a su entonces superior, el arzobispo Alphosus Penney.

Lahey viajó en los últimos tres años en varias ocasiones a España. Según documentos judiciales difundidos el 8 de octubre por la televisión pública canadiense, CBC, el computador personal del obispo Raymond Lahey fue registrado por las autoridades canadienses cuando regresó de un viaje a Londres porque, entre otras razones, desde 2005 había visitado países conocidos por producir pornografía infantil, entre ellos, España, Tailandia, Alemania, Indonesia y Malasia.

Durante el registro que se le efectuó en el aeropuerto internacional de Ottawa, el pasado 15 de septiembre, los agentes descubrieron en su poder imágenes explícitas de varones, aparentemente menores de edad que en algunos casos podían tener unos ocho años de edad. Tras ser detenido, Lahey reconoció que le atraían los jóvenes varones mayores de edad, según los documentos presentados por la policía ante los tribunales.

Se da la circunstancia de que anteriormente Lahey había sido encargado de llegar a un acuerdo con víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en la provincia de Nueva Escocia. El acuerdo obliga a la diócesis a pagar 15 millones de dólares canadienses (unos 13,8 millones de dólares estadounidenses) a las víctimas de abusos, que en algunos casos fueron cometidos en 1950. Al anunciar el acuerdo en agosto, Lahey declaró durante una conferencia de prensa que quería «asegurar que desde hace tiempo» la diócesis, «como otras en Canadá, ha estado tomando medidas para proteger» la infancia y la juventud.

PURIFICACI?N INTERNA Y ‘SÍNDROME DE PEDERASTIA’

Entre las nueve preocupaciones principales del pontificado de Benedicto XVI, la purificación interna se ha demostrado de gran importancia, tal como se analiza en el libro de próxima aparición ‘Después de Ratzinger, ¿qué? Balance de cuatro años de pontificado y los desafíos de su sucesión’ (José Catalán Deus, Editorial Península, Noviembre de 2009, 632 pp), en el que se relata la preocupación creciente del Papa por este tema, y su evolución hasta convertirse en un gran escándalo para el catolicismo mundial, especialmente para el estadounidense: ‘Téngase en cuenta, se cuenta en el libro citado, que según el Center for Applied Research in the Apostolate (CARA) de la Georgetown University, entre 2004 y 2008 las parroquias y conventos estadounidenses gastaron un total de 2.100 millones de dólares en indemnizaciones, terapia para las víctimas, soporte psicológico para los acusados, gastos judiciales y otros costos relacionados con el tema de los abusos sexuales…

Los implicados son un 4% del total del clero, un porcentaje pequeño o grande según se mire, 4.392 de 110.000 sacerdotes diocesanos, y tres cuartas partes de los casos han sucedido entre 1960 y 1984, cuando la práctica usual ante los casos descubiertos eran los simples traslados de diócesis y sesiones de psicoterapia. Un obispo que ha reconocido su culpabilidad, Anthony O?Connel, de Palm Beach in Florida, admitió en 2002 una tolerancia generalizada ‘en la que era ley el informe Masters & Johnson e imperaba un clima de trasgresión sexual’. En diversos estados federales se ha querido juzgar a la Santa Sede como responsable, pero siempre se ha impuesto el principio de inmunidad. Y un cardenal, el de Bostón, Bernard Law, fue obligado a renunciar’.

Ya en las oraciones del Via Crucis de 2004, mientras agonizaba su predecesor, el entonces cardenal Ratzinger había sido bastante explícito: «¡Cuánta suciedad hay en la iglesia, e incluso entre los que en virtud de su sacerdocio, deberían pertenecer completamente a Cristo!». El libro citado dedica un extenso capítulo a detectar los orígenes del problema, su extensión y loos medios puestos en marcha para combatirlo. Y señala al ‘sindrome pederasta’ como uno de los grandes desafíos para el hipotético sucesor del Papa Ratzinger, junto a desmoralización sacerdotal, reducción de los fieles, colegialidad, organización en red, tribalismos, y poder laico, entre otros.

EXPECTATIVAS Y COMPORTAMIENTOS INHUMANOS

En cuento a este último caso, el del obispo canadiense, el presidente del episcopado canadiense, el arzobispo James Weisgerber, declaró que se siente «sorprendido y triste» por las denuncias contra el obispo Lahey y reconoció la importancia «de que estas graves acusaciones sean investigadas por los tribunales competentes». Por su parte, el administrador apostólico que ahora está al frente de esa diócesis, el obispo de Halifax, monseñor Anthony Mancini, señaló que «en este momento en el que muchos corazones se rompen, tenemos necesidad de comprender de nuevo -o de hacerlo por primera vez- el poder curativo que viene del amor de Dios».

En una carta escrita el 2 de octubre a los católicos de toda la provincia de Nueva Escocia, el prelado propone «algunas lecciones de las luchas que en los últimos años hemos librado». En primer lugar, «comprender mejor a la persona humana en su integridad», ya que «todos somos humanos y si lo ignoramos y no lo tenemos en cuenta, continuaremos teniendo expectativas inhumanas que producirán comportamientos inhumanos. Otra lección es que la falta de liderazgo pastoral está relacionada con la falta de comprensión de las diferentes relaciones interpersonales necesarias para mantener unida la comunidad de creyentes.

Los obispos, los sacerdotes, los diáconos, los agentes de pastoral laicos, no son superhombres o seres superiores; el liderazgo en el pueblo de Dios no tiene nada que ver con el poder, es cuidar al pueblo de creyentes». En su carta, publicada en la página web de la diócesis canadiense de Antigonish, el prelado destaca que «queda mucho por hacer; algunas cosas pueden hacerse inmediatamente y otras requieren tiempo». En el momento de «crisis actual», el prelado recomienda «buscar la actitud con la que podamos reconstruir poco a poco nuestras relaciones mutuas y nuestra capacidad de confiar los unos en los otros y de preocuparnos por los demás». Y concretamente pide «comenzar por ponernos silenciosamente ante Dios y después volvernos al otro para aceptarlo y amarlo».

La detención de Lahey coincide con recientes y polémicas declaraciones de Silvano Tomasi, observador del Vaticano ante la ONU, según quien los sacerdotes que hayan incurrido en abuso de menores ?no son pedófilos, sino efebófilos??, ya que a su juicio ?no se debería hablar de pedofilia, sino de homosexuales atraídos por adolescentes.??