Enviado a la página web de Redes Cristianas
(A propósito del reciente documento sobre Jesucristo de la Conferencia Episcopal Española)
DOS MENSAJES DIFERENTES
Es una verdad hoy incontrovertible que el mensaje central de Jesús de Nazaret fue y es la proclamación del Reino de Dios en nuestra historia, el anuncio de una vida digna y justa para todos y todas, a realizar no en el futuro, sino en el presente de nuestra sociedad. Una vida regida por el amor como mandamiento principal y único, generador de una sociedad fraterna y solidaria, la humanización de nuestra sociedad. Un Reino dirigido principalmente a los últimos y marginados de nuestro mundo. Mensaje que orienta la actividad y la misión de los seguidores de Jesús de cara al presente y al futuro, como tarea siempre nueva y creativa.
En una sociedad de cambio profundo y constante como la nuestra el mensaje debe dar respuesta a los desafíos concretos y constantes que plantea la sociedad. Aunque el mensaje es la implantación del Reino de Dios, debe concretarse en el momento presente. Debe tener en cuenta los descubrimientos que está realizando la ciencia. Es por ello un mensaje en continua evolución y creación, al compás de los cambios constantes que se realizan en nuestras sociedades.
Muy distinto es el mensaje que nos transmite continuamente la Iglesia, como institución jerárquica: Jesucristo, Salvador del hombre. Es siempre el mismo, porque se trata de conservar el depósito de verdades reveladas y de los dogmas que tienen validez universal. Es necesario guardar el mensaje que la religión cristiana ha ido enriqueciendo a través de los siglos hasta el momento presente. Nada está por descubrir. Está todo concluido. Es cuestión de recordar el mensaje terminado en cada momento de la historia. Es siempre más de lo mismo. Habrá que cambiar los medios técnicos, pero sin variar el contenido del mensaje cristiano. Mensaje que mira sobre todo al futuro, a la otra vida, a la vida eterna. A esta conclusión se llega leyendo el documento que acaba de publicar la Conferencia Episcopal Española sobre ?Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo??. Los grandes temas del cristianismo: Sagrada Escritura, creación, pecado, encarnación, redención, resurrección y vida eterna `permanecen intocables en su esencia. Por más que los descubrimientos científicos nos inviten a cambiar sobre aspectos importantes de estos temas. Los cristianos y cristianas de a pie tenemos este convencimiento de inmovilismo del mensaje de la Iglesia jerárquica.
EL CRISTIANISMO ORIGINARIO Y LA RELIGI?N CRISTIANA
Creo que es necesario distinguir el cristianismo como movimiento impulsado por Jesús de Nazaret y que funcionó en sus orígenes, siguiendo los testimonios y datos históricos sobre la vida y enseñanzas de Jesús, aportados por los primeros evangelios (Marcos, Mateo y Lucas); del cristianismo como religión que se instauró oficialmente en el siglo cuarto, al ser proclamado como religión del Imperio, y basado en el pensamiento de Pablo sobre Cristo resucitado, manifestado en sus cartas (J.M.Castillo. La humanidad de Jesús).
Jesús de Nazaret no fundó ninguna religión, sino un movimiento constituido por sus seguidores, en torno al mensaje del Reino de Dios, un mensaje laico que intenta establecer en el mundo una sociedad justa, fraterna, solidaria, que promociona una vida digna para todas las personas, especialmente para los más necesitados y excluidos de la sociedad. Este fue el cristianismo originario.
La religión cristiana se establece oficialmente en el siglo cuarto, a iniciativa de Constantino y su hijo Teodosio, junto con los obispos asistentes a los primeros concilios cristológicos, Nicea y Constantinopla. Religión que comenzó a organizarse como institución religiosa, fundamentada en las verdades reveladas dimanantes de la lectura literal del sagrado libro, la Biblia. Para ello se dotó de una estructura organizativa jerárquica, con unos ministros consagrados, dispensadores de lo sagrado; con unos templos como lugares de encuentro con el Dios de las alturas; y con unos mandamientos a cumplir, necesarios para conseguir la vida eterna, como premio a los cumplidores de estos mandatos.
EL RELATO FUNDAMENTAL DEL CRISTIANISMO
El compendio doctrinal del cristianismo está constituido por el Misterio de la Salvación, que es el relato fundamental: Un Dios Padre, creador del mundo de una modo definitivo y concluso y de la primera pareja humana, de la que nace el resto de la humanidad. El primer hombre y la primera mujer son colocados en el Paraíso Terrenal y caen en el pecado original de desobediencia al mandato de Dios. Un Jesucristo, Ungido e Hijo de Dios Padre, encarnación de Dios, mediante el nacimiento de María Virgen, y salvador de la humanidad, a través de su muerte redentora, su resurrección gloriosa y su ascensión a los cielos, morada de Dios Padre. Desde allí nos envía al Espíritu Santo, Dios presente en nuestra historia. Los cristianos están llamados a conseguir la vida eterna, que consiste en la contemplación de la esencia divina en los cielos. Este es el contenido fundamental de la fe cristiana, siendo la Iglesia encargada de cuidarlo y proclamarlo incesantemente, sin errores y desviaciones.
LOS INTERROGANTES DE LA CIENCIA
Pero este mensaje se ve hoy interrogado por los descubrimientos de las ciencias (biología, física, cosmología, antropología, astronomía, arqueología??), cuyos resultados contradicen algunos enunciados y dogmas de la religión cristiana. ¿Podemos seguir considerando la Biblia como libro inspirado por Dios, libro histórico y su lectura literal? ¿El proceso creativo de Dios está concluido, si admitimos la teoría científica de la evolución? ¿Es razonable aceptar como histórico el relato del Paraíso y del pecado original, que es transmitido a toda la humanidad? ¿Es congruente considerar a Jesús de Nazaret como Dios encarnado, nacido de María Virgen? ¿Seguiremos hablando de la muerte de Jesús como redentora del pecado de la humanidad? ¿La resurrección de Jesús es un hecho histórico y físicamente constatable? ¿Continuaremos admitiendo que la vida eterna, contemplación eterna de Dios, es el premio que Dios concede a los fieles cumplidores de los mandatos de la religión cristiana? Son algunos de los interrogantes que las ciencias plantean al relato básico del cristianismo.
DOS RESPUESTAS DISTINTAS
Ante esta situación caben dos posturas diferentes: la apertura a los interrogantes que los descubrimientos científicos plantean a las afirmación básica del relato y los dogmas de la religión cristiana; o encerrarnos en la repetición de las mismas verdades consideradas reveladas y por ello inamovibles. Este es el pluralismo presente hoy en las iglesias cristianas. Por más que la jerarquía de la Iglesia se empeñe, no existe un pensamiento único entre los que se consideran creyentes en Jesús de Nazaret.
No es por casualidad que el documento de los obispos españoles hable fundamentalmente de Jesucristo, el Jesús Ungido, exaltado por la religión cristiana, Hijo de Dios, y no de Jesús de Nazaret, el hombre nacido de mujer, hijo de José y María. El enunciado de los diversos apartados del documento nos indica la postura elegida por la jerarquía de la Iglesia española. Estos son algunos de los capítulos: Jesús, Hijo de Dios encarnado. Jesucristo, viniendo de Dios y nacido de la Virgen María, de las entrañas virginales de María. Jesucristo revela la verdad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. La fe en la divinidad de Jesucristo es contenido de la predicación y testimonio apostólico. Jesucristo Salvador universal. Jesucristo Mediador único, por su muerte y resurrección redentoras. Jesucristo revelación plena y definitiva de Dios. El encuentro con Jesucristo Redentor meta del anuncio evangélico. La resurrección acontecimiento transcendente y al mismo tiempo histórico.
FE Y CIENCIA
Todos estos enunciados manifiestan a las claras la postura que adopta la jerarquía respecto a los interrogantes que la ciencia plantea al cristianismo. La fe está por encima de la ciencia. Las verdades reveladas y los dogmas superan a los descubrimientos científicos Pero si tenemos en cuenta las conclusiones a las que está llegando la ciencia no podemos seguir manteniendo algunas de las verdades proclamadas por la tradición cristiana y reafirmadas hoy por la Iglesia jerárquica española. Dos posturas claramente diferenciadas y presentes hoy en las Iglesias cristianas.
UN NUEVO PARADIGMA CRISTIANO
Un nuevo paradigma cristiano está surgiendo en el interior del cristianismo. Un paradigma que quiere ser coherente y tener en cuenta lo que la ciencia aporta a nuestra sociedad de cambio. Un paradigma que supone un desafío a la tradición cristiana. Vivimos en unas sociedades de cambio permanente. La religión surgió como respuesta a los interrogantes formulados por la sociedad agrícola. Hoy son otros los desafíos que se plantea la sociedad de cambios científicos, que hacen inviables, por poco razonables, las respuestas tradicionales imbuidas por la religiosidad ambiental. Hoy vivimos en una sociedad secularizada en la que la religión tiene poca influencia. Un nueva teología, postreligional, está surgiendo, acorde a los descubrimientos científicos de las sociedades de cambio (M. Corbí). Este nuevo paradigma está basado en dos pilares fundamentales: el cristianismo originario, el comienzo del movimiento iniciado por Jesús de Nazaret y sus seguidores y que se desarrolló en los primeros siglos; y las conclusiones de los descubrimientos científicos de los últimos siglos. Nace como respuesta a los desafíos de estas dos realidades. No pretende sustituir a ninguna verdad, como absoluta u exclusiva, sino ser un inicio de respuesta a estos dos desafíos de la sociedad moderna. Pero ahí está presente en nuestras iglesias cristianas para su reflexión y profundización,
Septiembre 2016