EL MEJOR ANTÍDOTO. Manuel García Ripado, sscc.

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Siempre he pensado que el mejor antídoto contra la crítica eclesial no es el chillar y armar algaradas, sino poner de relieve los aspectos positivos que tiene y dar a conocer la entrega de sus miembros en la construcción de esta sociedad.

Hay muchas personas trabajando calladamente con los más abandonados de los paises más pobres y fuera de las rutas de la gran Banca y de las Alianzas de todo tipo.

Maite Iceta es uno de esos ejemplos. Religiosa de la Compañia de María que trabaja en el centro social y en el colegio que tienen en Kivu, R. D. del Congo. «Queremos, dice, dar una oportunidad a los jóvenes africanos, sobre todo a las chicas».

Llegaron al Congo en 1993. Desde que ellas gestionan el colegio ha pasado de 200 alumnos a 600. Lo llevan tres religiosas, dos españolas y una africana. «Estamos educando a mujeres haste de 50 años, edad que es igual a los 80 en el mundo occidental».

Un ejemplo más del trabajo de la Iglesia por construir un mundo mejor.