El gran regalo de la Navidad de Jesús -- Benjamín Forcano

0
58

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Benjamín Forcano1En esta Navidad de la desconcertante pandemia, olvidamos el principal regalo que a nadie debiera faltar. A nadie. Porque el olvido, tras muchos siglos recorridos, se ha convertido en reemplazo de la fraternidad y del Dios amor por la idolatría del dios dinero, que odia, divide, discrimina, esclaviza y mata.

Falta precisamente quien marcó la historia que venimos haciendo, que ?l desplegó y que, pese a ciclos devastadores, alcanzó cumbres de verdad y de gloria inimaginables. Falta El porque , bajo la excusa y arrogancia de quienes lo confundieron con extravíos y barbaries de sus seguidores, se alzaron en exterminadores de su persona y mensaje, reduciéndolo poco menos que a delirio y exaltada necedad.

Pero, -¡oh cruel ironía del suceder histórico!- quisieron relevar su recuerdo, sin poder abolir lo inmarchitable de su NAVIDAD, envolviéndola con adornos mil y con baratijas de calidad y consumo Ilimitados. Adornos y baratijas que no previnieron ni pudieron eliminar la alocada carrera de los virus que los nuevos señores del mundo crearon con su egoísmo ciego y competencia desenfrenada .

Falta, porque siempre hay nuevos señores que se empeñan en ignorar lo que nunca ignoró la humanidad: la batalla decisiva la trabó Jesús de Nazaret, la ganó El al dejar imborrable su memoria, con su fidelidad al bien y la verdad, demostrada hasta la muerte, en una muerte tan injusta e ignominiosa que sólo era posible por comportar en sí la victoria del Resucitado.

Y, en esa victoria, nadie le iguala y nadie como El nos provee de luz y esperanza para obrar como El y proclamar y adelantar su Reino a este nuestro convivir terreno.
Lo aprendan o no, la fantaseada victoria de quienes una y otra vez, no contaron y estuvieron contra El, se vino a abajo y apareció en todo su esplendor la orquestada y regodeada derrota, de quienes lo crucificaron y lo dieron como irremisiblemente muerto.
Y, lo aprendan o no, su empeño de seguir dominando como nuevos señores, acabará en el vacío y la muerte auspicada por ellos de miles y millones no les dará pie para celebrar ningún triunfo, pasarán, caerán en el olvido y la historia seguirá siendo lo que tiene que ser por poder y amor de quien la originó y nos puso en ella.

Con El, el aldeano de Nazaret, crucificado en Jerusalén por los señores de este mundo, y sobresaltados ante su resurrección, nació para la Humanidad la vida eterna, nuestra vida eterna
Es esa nuestra ESPERANZA. El gran regalo la Navidad de Jesús, que inspira, sostiene y da plenitud a nuestra vida.

NAVIDAD 2020 ? CON ESPERANZA
Benjamín Forcano