El Dios de Jesús ¿es padre? -- Eduardo de la Serna

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

La pregunta del encabezado es, evidentemente, muy fácil de responder.
Sin dudas que Jesús se relacionó con Dios como con un padre y nos enseñó a hacerlo también nosotros; la respuesta es ¡sí! Pero eso no impide notar algunos matices que enriquecen la imagen paterna de Dios.
 

Y al decir ?imagen paterna?? lo hago adrede, porque deberemos ? en otro lugar ? mencionar la ?maternidad?? de Dios. Tema que también se ha señalado y también merece ser comentado. En esta ocasión nos referiremos a la paternidad.

No sería lógico ignorar que, si Jesús habla de Dios como de un padre, lo
hará teniendo en cuenta cómo se entiende la relación paterno-filial en su
tiempo. Algo muy diferente a como se entiende en el nuestro. Un padre,
para ser bueno, debe ?someter?? a sus hijos, y debe ser firme y rígido en
su educación.

No estaría bien visto que un padre no castigara duramente
a su hijo para educarlo (y esto vale tanto para el ambiente judío como
también para el ambiente greco-romano; ver 2 Sam 7,14; Pr 3,12; Sir
30,1). Está previsto que, si un hijo no obedece a sus padres, estos lo
acusen en público: es ?libertino y borracho?? y que sea apedreado (Dt
21,18-21); el mandamiento de ?honrarlos?? lo que pretende es que sea
reconocida su ?grandeza?? (tanto en hebreo como en griego la raíz de
ambas palabras es semejante).

En principio, entonces, sería de esperar esta mentalidad de parte de Jesús al hablar de Dios como padre, pero llama la atención que, por ejemplo, si buscamos el verbo ?obedecer?? en los Evangelios, nunca se dice en relación a Dios; tampoco ?honrarlo?? (salvo en citas del Antiguo Testamente y Jn 5,23 donde dice que no ?honra?? al Padre quien no ?honra?? al Hijo). Por el contrario, Jesús es
obedecido por ?el viento y el mar??, por ?los demonios?? ?? Podríamos
sintetizar diciendo que de Dios no se pretende que sea obedecido, sino
que sea amado (aunque hay que señalar, además, que el tema no es
abundante en el Nuevo Testamento). Pero demos todavía algunos pasos
más.

Podemos mirar que (siempre deteniéndonos en los Evangelios), si bien
Jesús destaca constantemente que Dios viene a reinar (?reino de Dios??)
cuando se habla de rey o reyes puede referirse a los reyes de los
pueblos (por ejemplo, el rey Herodes) o el título que se le da a Jesús en
la pasión (?el rey de los judíos??), pero por su parte, Jesús sólo lo aplica a
Dios en unas pocas parábolas, no en dichos o enseñanzas (un rey que
celebra las bodas de su hijo, o que separa ovejas de cabritos). Es sabido
que cuando Jesús habla de o a Dios siempre utiliza ?padre?? (la única
excepción es la cita del Salmo 22 en la cruz: ?Dios mío, Dios mío????).

Pero, y aquí algo notable: también solo en dos parábolas utiliza la
imagen de un padre para referir a Dios (Mt 21,28; Lc 15,11) y, lo curioso,
en ambas, es que este es desobedecido por uno de ellos. Y, a pesar de
todo, el padre sigue manifestando su amor por el hijo; no lo expulsa de la
casa. No hay castigo, no hay denuncias?? hay otro modo de relación. El
Dios que Jesús revela como padre no se parece a los padres de su
tiempo (como tampoco el Dios al que refiere como rey se parece a los
reyes de entonces). La imagen es, podemos decirlo, entonces, ?contra-
cultural??.

Pero, demos todavía, un paso más. Como es sabido, desde un tiempo
antes de Jesús, la actitud propia de las personas religiosas era "poner" a Dios lo más lejos posible. No se lo podía ni siquiera nombrar, como hemos dicho en más de una ocasión. Poner distancia con Dios era la mejor garantía de ?no tomar el santo nombre de Dios en vano??. Hemos
señalado que no podemos saber cómo era la oración de Jesús, pero que
ciertamente había entre él y su Padre un espacio de comunión, de
encuentro y de amor.

Esto lleva a Jesús a hablar de Dios como padre y
de enseñarnos a relacionarnos con él de ese modo. Destaquemos que
no es algo inaudito: en el Antiguo Testamente en algunas ocasiones,
Dios es presentado como padre, pero ? como decimos ? no era lo
habitual en tiempos de Jesús. Además, una cosa es hablar de Dios y
decir que es (como) un ?padre mío / nuestro?? y otra es relacionarse con él
con esa categoría de "padre". Una cosa es decir ?Dios es como un padre para su pueblo?? y otra dirigirnos a él llamándolo ?padre nuestro??.

No nos consta ningún escrito judío en el que alguien o muchos en su oración lo
hagan. Además, por lo que sabemos, Jesús ? que hablaba arameo; tal
era su lengua materna ? lo hacía con el término abbá. No hay
unanimidad entre los estudiosos si se trataba de un modo infantil de
dirigirse a sus papás, como se afirmó en otra ocasión, pero lo cierto es
que se trata de un modo claramente familiar. No se trata de un padre
distante, sino de un papá cercano.

De hecho, en las primeras comunidades urbanas, en las que no se hablaba el arameo, sino el griego, de todos modos, se siguió utilizando el término ?abbá??, tanto como un modo familiar de dirigirse a ?l como también de identificación
del grupo. Los cristianos y cristianas son un grupo que se ven a sí
mismos como hermanos y hermanas y que se relacionan con Dios como
un papá que les da identidad, que les regala siempre el perdón y la
ternura, un papá al que estamos invitados a amar y ? por eso ?
comprometidos entre nosotros a repetir y regalar y sembrar y distribuir
ese amor como presencia de Dios y su familia.
 
Foto tomada de https://tonyandrosse.com/2013/09/09/calling-god-abba-father-
llamando-a-dios-abba-padre/