Los profesionales de los oficios religiosos, cuyas economías dependen de tales ritos y propiedades para mantenerse, han desarrollado un culto a sus superiores profesionales desde obispos al papado rayano en la estulticia idolatría. Así ha ocurrido con el cardenal arzobispo de Madrid que fue aupado a las nubes del olor de oveja cual otro Bergoglio pero cántabro el de aquí. Aclamado por la prensa confesional católica como el hombre de Francisco en España para llevar a todos a la salida de la iglesia en salida perfumada con estiércol de oveja.··· Ver noticia ···
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