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En primer lugar, una advertencia: todo ahorro es preventivo, por naturaleza. La RAE define así: en su primera acepción 1.tr. ?Reservar alguna parte del gasto ordinario??. Y en su segunda, 2. tr. ?Guardar dinero como previsión para necesidades futuras??. En las dos acepciones se trata de un verbo transitivo, y, sobre dodo en la segunda, se aprecia, con precisión y claridad, que el ahorro siempre se hace en previsión en necesidades futuras. El problema es que los economistas, además de que no son adivinos, aunque se lo hagan, tal vez conozcan los tecnicismos económicos en inglés, cosa que dudo. Si no se tiene claro el sentido de las palabras en la lengua materna, poco lo pueden tener en una lengua que no deja de ser posterior, y, de alguna manera, artificial.
Estamos pues con el ahorro preventivo. Se refieren aquel que el ciudadano normal no haría en circunstancias normales, pero que, para cuando ellas desparezcan, y mientras se mantengan, lo hace, o lo hace en mayor o menor cantidad.
El tema es que ese discurso del ahorro, en la España actual, es ficticio. ¿Cuántos españoles han sido capaces de ahorrar algo en los últimos tres años? Ese es el problema. La cantidad no solo de individuos, sino de hogares, que mal llegaban al día veinte de mes. Y estamos hablando de los pocos, poquísimos que, con duro sacrificio, conseguían ahorrar algo, es decir, tenían algo de liquidez, como dicen los entendidos en economía y finanzas.
Pero los que contemplamos, desde Caritas, por ejemplo, el otro lado de la realidad, o mejor, la realidad auténtica de la España deprimida, -¡sí, ya sabemos!, por culpa de los ineptos socialistas, capitaneados por ese ineptísimo Zapatero-, a quienes el Gobierno actual ha dejado de lado, olvidando que el gobernante lo hace, o lo debe de hacer, para todos los gobernados. Gobernar para los ricos, o gente de clase media que, aunque con dificultades, tira para adelante, no es nada difícil. El problema, señores gobernantes, es el de esos más de nueve (9) millones de españoles (Según Caritas) para los que el ahorro es una entelequia inalcanzable.
Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara