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La reforma de la ley del aborto promovida por el Gobierno de Rajoy y que estaba siendo gestada por Ruiz Gallardón, exministro de Justicia, ha terminado en aborto. Ahora el padre de la criatura dice que se va porque no ha sido capaz de llevar a cabo la concepción que tanto deseaba.
El fracaso de esta iniciativa, ya admitido por propios y extraños, es solo un ejemplo de las muchas que este Gobierno ha emprendido y que se han demostrado inútiles, contraproducentes y lesivas para la mayoría de los gobernados. Cuesta entender el empeño de los malos gobernantes en estropear lo que funciona y en no arreglar lo que falla.
Ahora, señor Gallardón, por este flagrante fracaso y por un mandato salpicado por una fuerte contestación, podemos decir -como usted mismo ha reconocido honradamente- que ha sido un mal ministro. De modo que, bien dimitido y vaya usted con Dios.
Valladolid