Domingo 13 de Septiembre, 24º del tiempo ordinario -- José María Castillo, teólogo

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Somos Iglesia Andalucía

Mc 8, 27-35
?En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: ?¿Quién dice la gente que soy??? Ellos le contestaron: ?Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas??. ?l les preguntó:??Y vosotros, ¿quién decís que soy??? Pedro le contestó: ?Tú eres el Mesías??. ?l les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: ?El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días??.

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y e puso a increparlo. Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: ?¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!?? Después llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: ?El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará??.

1. La gente tiene a Jesús por un profeta. Los más cercanos a él piensan que es el Mesías. Cuando Jesús comprueba que así lo ve la opinión pública, considera que ha llegado el momento de empezar a ?instruir?? a los discípulos sobre el final que se le avecina, es decir explicarles la muerte que le espera y la significación teológica de su muerte para la salvación de los humanos.

2. Jesús les revela que le espera: ?padecer mucho??, ?ser condenado?? y morir ?ejecutado??. Pero no sólo eso. Para el ?Profeta?? y el ?Mesías?? de Dios, lo más duro tuvo que ser que el sufrimiento, la condena y la ejecución vendría de parte de las máximas autoridades de la religión. Lo que, en sana lógica, planteaba, para aquellos hombres, una pregunta sin respuesta: o Jesús era un falso profeta y un falso mesías; o la falsedad y la mentira estaba en la religión que iba a matar a Jesús. Por eso Pedro no aguantó y se atrevió a ?increpar?? a Jesús.

3. A la vista de tal resistencia ?satánica?? (Mc 8, 33), Jesús le dice ?a los discípulos y a la gente?? que su muerte va a ser la de un crucificado. De forma que el que quiera ?salvarse?? tiene que ?cargar con su cruz??, la cruz de Jesús. ¿Significa esto que Dios nos salva por medio del sufrimiento? No. Dios no quiere que sus hijos sufran. Lo que Dios quiere es que sigamos a Jesús, que hagamos lo que hizo Jesús: aliviar el sufrimiento de pobres y enfermos aunque para eso tuviera que enfrentarse con la religión. Eso le costó la vida a Jesús. Y ése es el camino de la salvación. Dios no quiere más sufrimiento que el que nos viene por causa de nuestra lucha contra el sufrimiento. En eso consistió la cruz de Jesús. Y en eso tiene que consistir la nuestra.