Es sorprendente: el mismo gobierno que mintió hace una década sobre unas supuestas armas de destrucción masiva en Irak; el mismo gobierno que por esa supuesta causa comenzó una guerra que ha dejado un millón de muertos, la mayor parte de ellos civiles, en las cunetas de ese país (y los pozos petrolíferos a buen recaudo); ese mismo país ahora lanza una acusación sobre el uso de armas químicas en Siria, con el obvio objetivo de preparar una invasión militar de largo alcance en ese país.
La guerra de Irak, vista en perspectiva, pasará a la historia como una de las mayores atrocidades cometidas por un país invasor. Y se está gestando otro episodio similar en Oriente Medio.
Cualquier persona de bien, sea cual sea su lugar de origen o sus creencias religiosas y políticas, debe movilizarse para evitar esta nueva guerra de invasión, apoyando soluciones que realmente protejan a la población civil de los países de Oriente Medio.