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Jerusalén Este, Palestina – Octubre de 2023
La terrible violencia entre las fuerzas israelíes y los grupos armados de la resistencia palestina continúa, con el resultado de miles de personas muertas y heridas en ambos lados, incluyendo decenas de hombres, mujeres, niñas y niños civiles. Esta devastadora escalada se produce tras un
ataque sorpresa de Hamás contra Israel, y el gobierno israelí amenaza con violencia y destrucción a largo plazo.
En Sabeel imaginamos un futuro en el que cada vida tenga un valor intrínseco y cada persona disfrute de libertad y seguridad, independientemente de su origen o identidad. Sabeel condena y lamenta la trágica pérdida de todas las vidas y el sufrimiento humano. Rechazamos categóricamente toda forma de violencia. Y reconocemos que el único camino que nos queda es la no violencia.
Han pasado 75 años desde la Nakba; 57 años de brutal ocupación militar en Cisjordania y Jerusalén Este, y 16 años desde que comenzó el asfixiante bloqueo militar de Gaza. Ante este proceso histórico aparentemente interminable de despojo y muerte, los grupos armados de la resistencia palestina iniciaron un ataque sin precedentes, que incluyó la trágica masacre de civiles israelíes.
En respuesta, el gobierno israelí ha iniciado ataques aéreos, campañas de bombardeos indiscriminados y acciones de respuesta que califican como crímenes de guerra ?acompañados de una retórica genocida? contra la población civil de Gaza. Los acontecimientos recientes han resultado en la trágica muerte y lesiones de numerosas personas israelíes y palestinas, así como en el secuestro de civiles.
Mientras vivenciamos y seguimos atentamente el desarrollo de los acontecimientos, es fundamental recordar:
?? El pueblo palestino lleva más de 75 años bajo ataque, sufriendo el despojo y la deshumanización del régimen sionista.
?? La continuación de las políticas israelíes de desplazamiento, apartheid y ocupación se ha visto facilitada por el respaldo de varias potencias mundiales dominantes, especialmente Estados Unidos, que continúa profundamente implicado en este conflicto.
?? En el último año, un giro hacia la extrema derecha en el gobierno israelí ha traído una intensificación despiadada de la ocupación militar. El pueblo palestino se enfrenta a expulsiones
violentas, demoliciones de viviendas, asesinatos en masa, asedios e indignidades cotidianas.
?? Se producen incidentes recurrentes, a menudo violentos, en los que extremistas judíos y fuerzas israelíes atentan contra el derecho a la libertad de culto, atacando la mezquita musulmana de Al Aqsa en Jerusalén, con la intención de reivindicar el lugar e intimidando a los fieles pacíficos.
?? Las autoridades israelíes han impuesto restricciones excepcionales a la población cristiana y las iglesias palestinas, sobre todo durante sus festividades religiosas. Persisten los ataques de grupos judíos radicales contra comunidades y propiedades cristianas palestinas, sin que las autoridades israelíes tomen apenas medidas en respuesta.
?? A lo largo de los años, la población de Gaza se ha sentido asfixiada por un estricto bloqueo israelí por aire, mar y tierra, que de hecho mantiene prisioneras a más de dos millones de personas y las ha privado de derechos humanos fundamentales. En los últimos días, Israel ha prohibido la entrada en Gaza de alimentos, combustible, electricidad, medicinas o agua.
?? Las fuerzas de ocupación israelíes agreden, esposan, vendan los ojos y sacan a rastras de sus casas de madrugada a los detenidos palestinos (incluyendo niños), y a menudo permanecen detenidos sin cargos formales ni juicio en prisiones militares durante meses o años. Las protestas
pacíficas contra estas políticas, incluso en forma de huelgas de hambre, tienen duras consecuencias.
?? Muchas viviendas palestinas de diversos pueblos y ciudades son incendiadas por colonos israelíes o demolidas por operaciones militares.
?? Comunidades palestinas enteras se han visto obligadas a abandonar sus hogares y tierras ancestrales, a veces para facilitar ejercicios militares israelíes.
Durante 75 años, las políticas israelíes se han basado en el desplazamiento, la ocupación militar y el mantenimiento de un régimen de apartheid. El sufrimiento de estos años está ligado en gran
medida al papel de la comunidad internacional en este caos, muy especialmente de Estados Unidos, junto con potencias mundiales como el Reino Unido, Canadá, Australia y otros. Al apoyar
sistemáticamente a Israel, Estados Unidos y otras potencias fomentan indirectamente la violencia actual.
La ayuda militar incontrolada, el blindaje diplomático y el enorme apoyo financiero de Estados Unidos contribuyen a reforzar las políticas actuales de Israel. El respaldo inquebrantable al ejército israelí no hace sino perpetuar el ciclo de violencia.
A la luz de estos desafíos, nosotras y nosotros, abajo firmantes, declaramos nuestro compromiso con la no violencia, motivado por las siguientes convicciones:
?? El poder del ejército israelí y de sus aliados no tiene parangón; la violencia no traerá la victoria.
?? La no violencia es una fuerza potente. Permite la participación colectiva de palestinos, israelíes y la comunidad internacional. El camino de la no violencia es el de más impacto potencial.
?? Nuestra lucha definitiva no es contra los individuos, sino contra el mal. La violencia daña a los individuos, pero nuestro verdadero adversario es el mal inherente a la ocupación y a las ideologías racistas; y ese mal puede ser vencido con el bien, porque Dios es la encarnación de la
bondad.
?? Defendemos la no violencia porque resuena con los principios divinos establecidos por el Creador. Al igual que la lluvia es imparcial y baña tanto a los oprimidos como a los opresores, nosotros defendemos los caminos de Dios.
A quienes creen en la violencia y la ejercen, queremos decirles:
1. Rechacen la violencia; no es la solución. No se dejen gobernar por la ira o la venganza.
2. A quienes aún empuñan las armas, les rogamos que se adhieran a los principios de las Convenciones de Ginebra y a las leyes de los conflictos armados. Defender la inviolabilidad de la vida de la población civil es un principio compartido por todas las religiones y la moral humana.
Que todos los combatientes se abstengan de la destrucción gratuita de vidas humanas y se adhieran, como mínimo, a los principios de distinción, proporcionalidad, necesidad militar, trato justo de los prisioneros y medios no malum en se (intrínsecamente malos).
3. Reconocemos a quienes han optado por observar el derecho internacional humanitario incluso, en medio de tanta devastación.
Invitamos a nuestros amigos, amigas y colegas, y a todas las personas comprometidas con la justicia, la paz y la reconciliación a que apoyen nuestra misión no violenta. Las prolongadas políticas de desplazamiento, ocupación militar y apartheid del gobierno israelí deben ser desmanteladas, pero no a costa de nuestros valores y humanidad.
La eliminación del otro no es una opción viable. Apóyennos en
nuestros esfuerzos no violentos.
La comunidad internacional debe comprender que una paz duradera y el cese de la violencia están entrelazadas con la búsqueda de una auténtica justicia basada en el derecho internacional. Los palestinos piden una resolución justa a la injusticia de la Nakba, el fin de la ocupación militar y del sistema de apartheid.
La tenacidad y el espíritu del pueblo palestino se mantienen
inquebrantables, expresados en el sumud (?perseverancia firme??). La mayoría no violenta de la población palestina, junto con nuestros amigos y amigas israelíes e internacionales, debemos seguir utilizando la creatividad y el coraje como las principales herramientas, y es imperativo que
todos y todas quienes buscamos la liberación, la justicia y la paz en Palestina e Israel nos apoyemos mutuamente.
Invitación a suscribir esta Declaración llenando el formulario aquí:
https://fosna.nationbuilder.com/sabeel_statement_october_2023