De Pastor a líder -- Deme Orte

0
231

Enviado a la página web de Redes Cristianas

La metáfora del Pastor aplicada a Jesús (?Buen Pastor??) creo que hay que
superarla. Se le han visto aspectos muy positivos, aplicados a Jesús: ama, conoce a sus ovejas, va delante??, las cuida, da la vida por ellas?? Pero, además de su anacronismo rural, arrastra connotaciones negativas: del ?rebaño?? (gregario, pasivo, obediente (?borregos??) y la desigualdad
Pastor-ovejas. No somos un rebaño.

Somos un pueblo de personas libres y capaz de organizarse.
La Iglesia ha venido usando la comparación para aplicarla a toda su
actividad: ?pastoral??, reafirmando la radical desigualdad clero (son los
?pastores??)- laicos, no como Pueblo de Dios sino como rebaño, feligreses,
que mantener unido y sumiso (sin ?ovejas negras??), recogido en el redil.

El pastor sabe lo que le conviene al rebaño y se lo da. Pero es más un ?buen gobierno?? que evangelización. ?Pastoral?? a veces es paternalismo: todo para el pueblo pero sin el pueblo. Pero no es igualdad ni democracia ni sinodalidad.

Por eso creo que ya no es oportuno usar esa metáfora rural, y sería mejor
la de ?líder??. Ya sé que todo lenguaje es ambiguo y se puede entender de
varias formas. No me refiero al ?Líder Supremo?? dogmático, inapelable,
autoritario?? El líder es uno más del pueblo, uno de tantos; nace de abajo, no traído de fuera o impuesto de arriba.

Todo grupo tiene alguna forma de liderazgo. Siempre hay personas que ?animan??, que empujan, que tiran del carro más que otras; que tienen cualidades que ponen al servicio del grupo. No para sobresalir, mandar o imponer o imponerse (como a veces vemos en algunos liderazgos políticos que pugnan por el ?poder?? en sus diversas formas).

El líder no tiene ?poder?? sino ?autoridad?? porque se gana a pulso el prestigio de sus opiniones o posturas coherentes y convincentes. Sólo si el grupo le ?reconoce?? como tal, tiene sentido su liderazgo; no por imponerse o ganar. El líder ha de ser crítico, autocrítico y criticable; no es cuestión de seguirle ciegamente ni obedecerle; no impone sino ?hace ver??, convence, seduce, anima??

Tal vez la ?animación?? sea la característica mejor de un líder: sabe animar.
Como los creyentes decimos del Espíritu: que nos anima. El líder ?anima??
porque transmite convencimiento y sabe motivar y movilizar. Tiene sus
cualidades (?carismas??), que el grupo reconoce, y sabe ponerlas al servicio de la causa común, no para figurar él, sino para servir al grupo y su causa.

Sabe transmitir, comunicar, ?anunciar?? la utopía por la que se lucha, pero se nota que se la cree porque la vive y le motiva, y con ello transmite motivación y ánimo. Su propia vida es ejemplo y testimonio de
coherencia.

Esto vale, creo yo, aplicado a Jesús, que no es un ?líder supremo??, sino un amigo que acompaña, anima; es uno más pero va delante con su ejemplo.
No hay dualismo pastor-oveja. Es un hombre más, uno de nosotros, pero
tiene claras algunas cosas que nos transmite y nos acompaña en la
búsqueda y la vivencia. No es cuestión de exaltarlo, sino de seguirle.
También en nuestra comunidad creo que hay poli- liderazgos: unas
personas nos animan más a la espiritualidad; otras al compromiso, otras a
la unidad, otras al servicio mutuo; otras a la sensibilidad feminista, o
ecologista; otras a la formación o al asueto.

No hay un líder único, nato y absoluto, sino un liderazgo colegiado, comunitario, compartido. Todas y todos somos más o menos líderes. No somos ovejas ni pastores de nadie.

Somos comunidad de hermanos y hermanas en nombre de Jesús, a quien
reconocemos como nuestro líder, hermano y animador. Es él quien nos
anima, y nos anima a animar. Nos animamos mutuamente.

(19-4-24)