La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, en declaraciones a la cadena SER, ha dejado atrás el tono conciliador con la Iglesia que usó el pasado jueves en el Congreso. Ha aprovechado para volver a atacar a la jerarquía y acusarles de mentirosos para recalcar que «nadie va a admitir que desde los púlpitos se trate de condicionar la política». Además, el ministro de Justicia ha avisado a los obispos de que sus palabras fueron «intolerables».
En sus declaraciones, María Teresa Fernández de la Vega, volvió a hablar sobre la Iglesia española, donde volvió a criticar el acto del día 30 de diciembre en Madrid y en el que ha acusado de mentir a algunos obispos. Todo esto, después de su comparecencia en el Congreso de los Diputados el pasado jueves, en la que se mostró conciliadora y abogó por las buenas relaciones con la Santa Sede.
Esta vez, De la Vega afirmó que la jerarquía católica «ha realizado valoraciones con determinadas manifestaciones los últimos días que han excedido su ámbito de funcionamiento». Acusó de mentir ya que «han dicho cosas, además, que no responden a la verdad y han faltado al respeto a instituciones democráticas como son el Gobierno y al Parlamento». Además, aseguró que «nadie va a admitir que desde los púlpitos se trate de condicionar la política».
A pesar de estas acusaciones, la vicepresidenta afirmó que «lo importante es que funcionen las relaciones, que vayamos avanzando como hemos avanzado en temas importantes como la autofinanciación de la Iglesia». Aseguró que la intención de su Gobierno es que se de un avance importante en la separación de lo que corresponde al Estado y lo que corresponde a la Iglesia. Por ello aseguró que ya «hay una ausencia de influencia religiosa en todas las instituciones políticas».
El ministro de Justicia aprovecha también para atacar a la Iglesia
Fernández Bermejo, en unas declaraciones en Antena 3, ha aprovechado para avisar a la Iglesia española que «si se transforma un acto litúrgico en una manifestación pública, deben soportar las consecuencias de la respuesta de quienes creemos que se está mintiendo descaradamente». Continuó sus ataques tachando de «intolerables» las declaraciones de los obispos durante el acto de las familias.
Aunque cree que la Iglesia está «en todo derecho a manifestarse», avisó que «si alguien dice esas cosas es evidente que va a escuchar algo que no le va a gustar. No se puede permanecer impasible ante semejante ataque a la verdad».
