Cuaresma 2024: La vida es un cántico al Creador -- Fernando Bermúdez, teólogo

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

En medio de los ruidos de este mundo neoliberal que ahogan el espíritu, escuchamos en el silencio, el himno de la creación.Todo cuanto existe nos habla de Dios. ?l está presente en todo. Personas y animales del campo, aves y peces, plantas, árboles y flores, montañas y nubes, ríos, lagos y mares. Toda la creación canta a su Creador.

?Laudato si??.Canta el sol de día y la luna de noche y todas las estrellas, galaxias y planetas del universo. Todo canta al Spíritu Creator.Canta a Dios la vida de la naturaleza, el silencio del desierto y la música del viento. Descubrimos su presencia en el canto de la fuente que brota al pie de la montaña y en el río que discurre por la vega buscando el mar.Descubrimos su presencia en los pájaros que saltan entre las ramas de los árboles, mirlos, gorriones y ruiseñores.

Y en todos los animales de la tierra. También en las culebras que salen de entre los cañaverales del río. Todos los seres viven y quieren vivir y viviendo cantan al Creador.Y sobre todo, descubrimos a Dios en la humanidad sufriente, en los niños bombardeados en Gaza y en las madres palestinas abrazando a sus hijos muertos, ametrallados, y en todos los hambrientos de la tierra.Descubrimos a Dios en los inmigrantes y refugiados que arriesgan su vida en las pateras, abandonando su tierra, en busca de una vida digna.Descubrimos a Dios condenando las injusticias y crímenes de este mundo capitalista unipolar y el racismo del Norte global.

Descubrimos a Dios derramando su misericordia y ternura sobre los pobres y débiles de  la tierra y sobre los que luchan por humanizar este mundo.Descubrimos a Dios ofreciendo perdón a los que reconocen sus pecados y debilidades y se comprometen por un cambio personal y estructural.Dios se nos hace presente en todo.

En el silencio, lejos de los ruidos, podremos escuchar y saborear los cánticos del universo y la presencia de Dios. En él vivimos, nos movemos y existimos. Su presencia nos envuelve. ¡Laudate omnes gentes, laudate Deum!