Crece la tensión entre Europa y Rusia: ahora el gas -- Ernesto Viento

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La relación de Rusia con Europa se sigue degradando a un ritmo vertiginoso. La última y sorprendente noticia, que ha sido obviada por los medios de comunicación, es la nueva política de Rusia respecto al gas vendido a Europa. Rusia ha observado que sus gasoductos pasan por Ucrania, un país que está cerca de declararle la guerra; y que esos gasoductos llevan el gas hasta Europa, un continente que le está castigando con sanciones económicas. Su respuesta es lógica, aunque nadie la esperaba: a partir de ahora se dejarán de utilizar los gasoductos de Ucrania y el gas llegará por medio de Turquía.

Supuestamente hacen falta varios años para crear la infraestructura necesaria para llevar el gas hasta Turquía, pero parece ser que Rusia ha puesto toda la maquinaria en marcha. Turquía es el gran beneficiado de esta nueva estrategia; pese a ser un país perteneciente a la Otan, parece haber cambiado de bando en los últimos meses y no deja de firmar acuerdos con Rusia.

Europa ha reaccionado con estupefacción. La Unión Europea, por medio de Maros Sefcovic, ha afirmado que ‘no tiene sentido económicamente hablando’ lo que Rusia ha hecho, y que esta acción merma la confianza en Gazprom, la empresa estatal rusa.

Otro país al que parece convenirle este acuerdo es Grecia, que con unas elecciones este mes, podría dar un vuelco en su política exterior, alejarse de Washington y relacionarse con nuevos socios internacionales.

Se van deshaciendo los últimos lazos entre Europa y Rusia. Se va allanando el terreno a lo que podría ser una conflagración internacional de carácter grave; aún estamos a tiempo de evitarla.