Corbyn, Sanders, Melenchón, Carmena. El éxito electoral de candidatos mayores -- Andrés Gil

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

(eldiario, 10-6-2017)
Del 15M a mayo del 68. La conexión entre las generaciones movilizadas en los años 2000 ?después de la revolución conservadora y neoliberal impulsada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan; la caída del Muro de Berlín y la abdicación socialdemócrata de la Tercera Vía? con aquellas que se movilizaron en los 60 y 70 se está evidenciando en diversos procesos electorales. Manuela Carmena, Bernie Sanders, Jean-Luc Mélenchon y, este jueves, Jeremy Corbyn, han cosechado grandes resultados electorales representando opciones de marcado perfil de izquierdas. ¿Casualidad?

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, reflexiona al respecto: «Yo destacaría dos hipótesis. La primera, que el escenario de mediatización subraya el componenente individual y espectacular de la política, por lo que realza los perfiles fuertes por encima de las organizaciones políticas. Sobre esto hay mucho escrito, pero tiene que ver con la conjunción de nuevas tecnologías (televisión, internet) que dan un peso mayor a la imagen y lo simbólico frente a lo ideológico y de compromiso político, al corto plazo frente al largo plazo. Esto tiene que ver con titulares que resaltan las características del líder pero esconden los fenómenos sociales y políticos que están detrás de sus ascensos: ¿podría Manuela Carmena haber existido en 2003 y con burbuja inmobiliaria? ¿Podría Corbyn haber ganado dos veces las primarias en los tiempos fuertes de la Tercera Vía? Ninguna de esas reflexiones se abordan en estos tiempos «mediatizados».

«Por otra parte», prosigue Garzón, «la otra hipótesis es que hay una ruptura en la concepción del mundo de las clases subalternas y también generacional. Los perdedores de la globalización, sea por condiciones materiales o por expectativas frustradas, están más abiertos a aceptar discursos rupturistas o antiestablishment (Trump, LePen, Sanders, Corbyn o Mélenchon). En todas las elecciones coincide que los más jóvenes apuestan de forma acentuada por lo nuevo y antiestablishment (EEUU, Francia, UK, España…), mientras que los mayores tiran a lo conservador (caso brutal de Francia con Fillon pero también ahora con May o en España con Rajoy)».

En este sentido, Imma Aguilar, experta en comunicación política, afirma: «Quién mejor que un abuelo de izquierdas para ser un candidato anti. Hoy es lo que buscan los equipos de campaña, que tu candidato encarne el antisistema, que lo parezca. Me pregunto quién en España podría revelarse como ese abuelo izquierdista. Es posible que esa fuera una buena clave de futuro para los huérfanos políticos: el candidato (anciano) a la contra (de la élite) recuerda el inmenso liderazgo que tuvo José Luis Sampedro en el 15M; los perdedores son muy buenos en anti, como Pedro Sánchez; la indignación y el enfado encaja bien con los candidatos mayores de izquierda ?los viejos refunfuñan mucho e inspiran ternura al mismo tiempo?; la demostración de que la edad y la inexperiencia no son decisivas en el voto, todo lo contrario, incluso. La gente a menudo miente en las encuestas cuando dice que quiere gente nueva que viene de fuera de la política y jóvenes preparados: esa es otra de las falacias que los analistas manejamos. Todo ha cambiado y no siempre nos damos cuenta».

«Quizá estamos haciendo categoría de tres caso», tercia Lluís Orriols, director del Máster en Análisis Político y Electoral de la Universidad Carlos III de Madrid. «En muchos sitios parece que hay una correlación entre voto joven y voto a la izquierda, como pasa con Podemos, y es llamativo que candidatos mayores sean atractivos entre el electorado joven, porque solemos pensar que los votantes a la hora de elegir a los representantes lo hacemos teniendo en cuenta la representación que más se parecen a nosotros. Si somos jóvenes, buscaremos a un joven y llamativo que se arrope a un candidato mayor con entusiasmo, porque supera la barrera clásica del elemento descriptivo. Pero quizá se trate más de elementos muy ad hoc, en cada caso, no tanto de una regla».

«En suma», concluye Garzón, «las condiciones estructurales de la fase actual del capitalismo han introducido diferentes cleavages [bloques de electores] que dividen a la población entre jóvenes/mayores y ganadores/perdedores que están alterando los sistemas políticos. Una hipótesis adicional es que la capacidad de alcance es mayor cuando el representante del discurso antiestablishment es una persona mayor y aparentemente de orden, especialmente en sociedades no demasiado desestructuradas».

El amor a un padre que amó la justicia, la libertad y la República

(Olivia Carballar, lamarea, 10-6-2017)

Con 91 años, Ascensión Mendieta ha localizado los restos de su padre, Timoteo, que fue fusilado en 1939. Ella tenía 12 años.
La familia de María Ibarra era de derechas. La familia de Timoteo Mendieta, de izquierdas. Ambos se casaron y la madre de María nunca más volvió a hablar a su hija. Estaban enamorados hasta el tuétano. Tuvieron tres hijas: Pepa, la mayor; Ascensión, la segunda y Paz, la tercera. Una cuarta, María, murió a los diez meses. También tuvieron cuatro hijos varones. La guerra, el hambre, la dictadura apretaban. Timoteo amaba a su mujer, a sus hijos, a la libertad y a la justicia. Y su amor por la República lo llevó a la muerte. Miembro de UGT, fue detenido y asesinado el 16 de noviembre de 1939. María le guardó luto hasta su muerte, en 1988. Nunca más volvió a reír, ni siquiera cuando el tío Paco, el marido de Paz, a la que le pusieron el nombre a conciencia, le cantaba en broma: ?Tres, eran tres las hijas de Elena / Tres, eran tres y ninguna era buena??. María se ponía de los nervios y todos los demás se partían de la risa. Ella no, nunca. Fue como si hubieran muerto juntos.
Cuando detuvieron a Timoteo, María se trasladó con sus siete hijos a vivir con su suegra a una habitación del puente de Vallecas, en Madrid. El pequeño dormía encima de la tapa de un baúl. Su madre nunca la ayudó. Fue su suegra, la madre de Timoteo, ese hombre de izquierdas que amaba amar, quien la trató como si fuera una hija. Timoteo le hizo prometer que nunca llevaría a sus hijas e hijos a verlo a la cárcel. Lo único que le pidió es lo que le dieron a ella cuando Timoteo ya no estaba: la foto con todos ellos en una latita. Hoy esa foto la guarda Ascensión, que tenía 12 años cuando mataron a su padre, que tiene 91 cuando intenta localizar sus restos en una fosa del cementerio de Guadalajara (que acaban de ser hallados).

Después de la primera búsqueda fallida, a petición de la jueza argentina que investiga los crímenes del franquismo, Ascensión suspiró y dijo: ?Qué le vamos a hacer, lo hemos intentado??. A los diez minutos, hablando como con ella misma pero en voz alta, añadió algo que nunca antes había pronunciado: ?Fui yo la que les abrió la puerta cuando lo vinieron a detener??. Fue la expresión del pesado sufrimiento con el que ha cargado toda su vida. Ascensión y sus hermanas sintieron devoción por su padre, que nunca empezaba a comer sin haber repartido la comida a sus hijos. Uno de aquellos días de calamidades murió una niña en una familia donde no tenían ni para una caja de madera. Timoteo mandó a varios compañeros a su casa para que recogieran la bancada de la entrada y, con ella, construir la caja en la que introdujeron el cuerpo para ser enterrado con dignidad.

Sufría cada vez que veía a las niñas cargando cántaros de agua de la fuente para los ricos por un cachito de pan. ?l prefería que sus hijos pasaran hambre antes de enfrentarse a aquella escena infame. ?Mis hijas no van a trabajar para nadie??, decía. Ascensión, que se hizo sastra, cuenta que su deseo era ponerles una panadería. Quién no lo podía querer. Quién pudo matarlo. Era solidario, justo y llevó su amor hasta sus últimas consecuencias. ?Sin haberlo conocido, yo quiero muchísimo a mi abuelo. Y mira que yo quería a mi padre, pero como mi madre ha querido al suyo?? eso es imposible??, cuenta Chon Vargas Mendieta, cuyo testimonio ha permitido construir este relato. ?Mi abuelo Timoteo fue un virtuoso del amor??, concluye.