Contra el G-­20: cambiar este mundo

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Estimad@s todas y todos,
el motivo de este correo es invitarles a sumarse al llamado: «Contra el G-20 / cambiar este mundo».
A principios de julio se llevará a cabo en Hamburgo, Alemania, la cumbre del G-20, foro creado para discutir temas relacionados con la economía mundial. Sabemos que el capitalismo es incapaz de generar alternativas de vida para superar el contexto de miseria, injusticia y desigualdad en que vive la mayor parte de la humanidad.

Como cristian@s, queremos hacer frente a la desolación que provoca el capitalismo con una praxis que genere solidaridad y esperanza. Es por ello que hacemos un llamado a participar en las diferentes actividades que se llevarán a cabo en Hamburgo desde unos días antes de la cumbre, a saber: una cumbre paralela para la solidaridad global, los días 5 y 6 de julio, un día de acciones de desobediencia civil, el viernes 7, y una mega marcha internacional el sábado 8.

Por medio de este correo, hacemos también un llamado esperanzado a la solidaridad de personas, grupos y organizaciones cristian@s de diferentes partes del mundo, para que unan sus voces a las nuestras.
Les pedimos que circulen el llamado entre sus contactos.
¡Muchas gracias por su solidaridad!
por el ITP,
Philipp Geitzhaus

**Favor de enviar sus adhesiones antes del 16 de marzo al correo: geitzhaus@itpol.de, indicando su nombre, su comunidad, grupo u organización, y su país.

«El rico actúa mal y hace como si nada;? el pobre es insultado y presenta sus excusas. Mientras le seas útil, se sirve de ti;?
cuando ya no tengas nada, te dejará.» (Eclesiástico 13, 3-­4)
El 7 y 8 de julio de 2017 se reunirá el G-­20 en Alemania, para hablar sobre la situación mundial. Tratará de solucionar los problemas más urgentes ?o por lo menos, tratará de hacerlos manejables? y hablará sobre el futuro de este mundo.

Nosotros también vamos a hablar sobre eso o, más bien, diremos algo que es evidente: ESTE mundo, en ESTAS condiciones, ¡no tiene futuro! A pesar de sus enormes posibilidades tecnológicas, a pesar de contar con recursos suficientes y del incalculable tesoro de experiencia histórica acumulada, surge la pregunta inevitable: ¿cuánto tiempo más podrá seguir por el mismo camino?
Las condiciones bajo las cuales subsiste y se reproduce la mayoría de las personas ? lo que llamamos capitalismo? producen miseria: desempleo, desigualdad en sus diversas formas, pobreza y muerte. El capitalismo no tiene nada que ofrecer ante las guerras, las causas de la migración forzosa, el terror y la inseguridad.

En su ilusión de crecimiento, inunda nuestro mundo de basura y produce por medio de la exclusión seres humanos «desechables» o «descartables», como señala el papa Francisco.
Y sobre todo produce una falta de alternativas, con la que contagia a las personas. A algunas las lleva a defender un mundo capitalista globalizado y aparentemente abierto (como, por ejemplo, en Alemania);? a otras, a poner su esperanza en una política autoritaria, no democrática (como ocurre de muy diversas maneras en Brasil, Rusia y Turquía).

Muchas personas alrededor del mundo están convencidas de esta falta de alternativas, y apoyan de manera creciente demandas de la derecha, nacionalistas y antidemocráticas, sin querer darse cuenta de que, de esa manera, perpetúan su miseria o sólo pueden defender parcialmente ante los demás su reducido nivel de prosperidad. Entre tanto, el capitalismo devora hasta el último trocito de democracia
que alguna que otra vez nos ha otorgado.

No es extraño que, en la reunión del G-­20 de este año, jefes y jefas de estado y de gobierno, junto con ministros y ministras de finanzas y dirigentes del Banco Central Europeo, el FMI, el Banco Mundial y la OCDE, hablen sobre los problemas y el futuro del
mundo. Aunque no lo harán los movimientos sociales, las iniciativas de paz ni los grupos ambientalistas. En un gran espectáculo, el G-­20 nos va a vender su política miserable y sin esperanza como una manera de salir de las múltiples crisis de este mundo, presentándose como quien resolverá los problemas.

Creemos que, como cristianas y cristianos, tenemos algo que oponer a esta desesperanza y debemos contrarrestarla. A partir de nuestras historias, a partir de la tradición bíblica, sabemos que la explotación, la miseria y la injusticia producen ricos y pobres. Pero también sabemos, por esas mismas historias, cuánto tiempo hace que los seres humanos creen y esperan que este mundo sea de otra manera. Esta esperanza en un mundo que, aquí y ahora, sea radicalmente diferente, un mundo de justicia y vida en plenitud para todas y todos, es una esperanza que seguimos teniendo hoy, y que se alimenta del valor de muchas personas que se siguen poniendo de pie y desafían las actuales circunstancias con su deseo de otro mundo, de otra vida.

Es por ello que hacemos un llamado a participar en las protestas contra la reunión del G-­20 en Hamburgo, los días 7 y 8 de julio. ESTE mundo lleno de miseria no tendrá la última palabra. Vivimos en este mundo y, precisamente por eso, tenemos el reto de
contradecirlo.
Opongamos a los dioses del capital, a las lógicas del aprovechamiento y el crecimiento, nuestra esperanza en una vida en plenitud para todas y todos. Opongamos al tedio desolador del eterno «más de lo mismo» del capitalismo, nuestra fantasía y creatividad.
Construyamos juntos, en la «casa común», ¡un mundo en el que quepan muchos mundos!