Cartas

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Moceop

Sobre la polémica desatada en torno a la COPE, hemos decidido no publicar más ninguna carta de las muchas que hemos recibido en esta Redacción. Algunas nos han criticado duramente por habernos manifestado en contra de la linea actual de la Cope.
Queremos declarar que la polémica ha estado en nuestra revista, como ha estado en los fieles y en la misma jerarquía de la Iglesia según se puede ver en los siguientes testimonios.

«El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, aprovechó ayer su carta pastoral de Adviento para hacer una dura crítica al «sectarismo» y los insultos de la Cope»

«El Obispo de Girona critica a la COPE por denigrar al pueblo de Cataluña y su forma de actuar que hace perder la credibilidad en la Iglesia».

«El obispo Setién asegura: «no estoy de acuerdo con la manera de actuar de la COPE. De seguir existiendo, debería ser en función de una distinta manera de pensar sobre el servicio que la Iglesia debe prestar a la sociedad desde la plataforma que le da tener una audiencia importante».

«El obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Agustí Cortés, pidió ayer a la Conferencia Episcopal Española que corrija al periodista de la Cope Federico Jiménez Losantos».

«El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, se ha sentido «ofendido» por la COPE, polémica emisora que, dice, no respeta a personas
ni instituciones.

Jesús Sanz Montes, obispo de Huesca y Jaca, ha contestado este lunes a quienes acusan a la COPE de mentir y descalificar que «si esto se ha dado habría que verificarlo», porque dichas afirmaciones se hacen «a veces muy gratuitamente» y «lo que verdaderamente ofende es que se diga la verdad».

El cardenal primado Antonio Cañizares, defendió el derecho a la libertad de expresión de la Cope, en relación con las declaraciones realizadas por el diputado de CiU Josep Antoni Duran Lleida durante el debate sobre el Estatuto catalán.

Monseñor Rouco, cardenal arzobispo de Madrid también defiende la línea actual de la COPE frente a los ataques del PSOE y atribuyó el origen de la crispación actual a «instancias de poder económico, social, cultural y político».